Por el tiempo que pasó solo en la misión Apollo 15 a la Luna, Al Worden entró en el registro de récords como "el ser humano más aislado" de la historia. Hay otros siete astronautas que pasaron por esa situación aunque no durante tiempo.
Por el tiempo que pasó solo en la misión Apollo 15 a la Luna, Al Worden entró en el registro de récords como "el ser humano más aislado" de la historia. Hay otros siete astronautas que pasaron por esa situación aunque no durante tiempo.
Worden voló a la Luna en julio de 1971, junto con el comandante Dave Scott y el piloto del módulo lunar Jim Irwin.
Al Worden era el piloto de mando de la misión espacial por lo cual pasó tiempo solo en la órbita alrededor de la Luna, mientras sus colegas caminaban en la superficie lunar.
Hubo momentos en los que sus acompañantes estaban a 3.600km de distancia, en la superficie de la Luna. Y ellos eran las personas más cercanas.
Worden prefiere hablar sobre la misión y los logros, no de sí mismo. Apollo 15 es considerada como la misión más rigurosa científicamente del programa Apollo.
Consultado acerca de cómo vivió esa lejanía y soledad contó: “Al principio, uno les desea suerte: '¡Que tengan un buen alunizaje!'. El segundo pensamiento es: 'Qué rico que se fueron, tengo todo este sitio para mí'. Así que tuve tres maravillosos días en una nave espacial”.
“Hay una diferencia entre estar solo y sentirse solo. Estaba solo pero no me sentía solo. Yo había sido un piloto de combate en la Fuerza Aérea y después un piloto de prueba -sobre todo de aviones de combate-, así que estaba acostumbrado a estar solo. Y lo disfrutaba plenamente”, relató.
“En la cara oculta de la Luna ni siquiera tenía que hablar con Houston y esa fue la mejor parte del vuelo, a 400.000 kilómetros de casa”, dijo.
“Estaba muy lejos pero lo que más me impresionó de estar en la órbita lunar -particularmente cuando estaba solo- es que todas las veces que le daba la vuelta a la cara oculta, podía ver por una ventana la salida de la Tierra y eso era fenomenal”, agregó.
Además relató que tuvo “la oportunidad de ver el Universo desde una perspectiva muy distinta y de una manera muy diferente que cualquier otra persona jamás. Lo que vi es que el número de estrellas es tan inmenso que no podía distinguir una sola, lo que veía era un manto de luz”.
“¿Quiere sentirse insignificante? Paseé detrás de la Luna. ¡Ahí sí que sentirá que no es nada!”, concluyó.