Los máximos funcionarios de la Casa Blanca que se ocupan de la crisis venezolana tuvieron ayer una reunión fuera de lo común: el secretario de Defensa de Estados Unidos, Patrick Shanahan, recibió en el Pentágono al secretario de Exteriores, Mike Pompeo, y al asesor de Seguridad Nacional, John Bolton. No se ocultó que fue para hablar sobre la situación en Venezuela. A la vez, el presidente Donald Trump se comunicó por teléfono con su par ruso, Vladimir Putin, y también hablaron de Venezuela, aunque el temario fue más amplio. Washington apuesta a quebrar la cadena de mando de los generales venezolanos al gobernante chavista, algo que al parecer estuvo cerca de lograrse el martes pasado, cuando el líder opositor Juan Guaidó logró que un puñado de militares se sumara a su llamado y liberaran al jefe político Leopoldo López de su prisión domiciliaria. Tanto López como Guaidó han dicho reiteradamente desde ese día que han mantenido numerosas reuniones con generales en actividad.
La reunión en el Pentágono, de acuerdo con la cadena Fox en base a fuentes oficiales, se celebró a primera hora de ayer en una sala de alta seguridad conocida como El Tanque; allí Shanahan, Pompeo y Bolton estudiaron "opciones militares" que podrían usar en Venezuela. Debe subrayarse que Estados Unidos es el único país, del frente de más de 50 naciones que se oponen a Maduro, que plantea una acción militar como posibilidad. Tanto el Grupo de Lima como la Unión Europea repudian a Maduro pero rechazan una operación militar para quitarlo del poder.
Y a pesar de que la cartera de Defensa estadounidense no descarta una posible intervención militar en Venezuela, por el momento su postura ha sido la de abogar por dar espacio al diálogo para que se produzca un proceso pacífico de cambio de gobierno en el país. El pasado miércoles, durante una audiencia en la Cámara de Representantes en Washington, el almirante Craig Faller, responsable del Comando Sur de las Fuerzas Armadas, aseguró que "el Alto Mando ha dejado claro que esta tiene que o debe ser principalmente una transición democrática".
Sin embargo, han informado algunos medios locales que Bolton estaría más abierto a la idea de un despliegue de tropas estadounidenses que permitiera acelerar el proceso. De acuerdo con el diario The Washington Post, la postura belicista del asesor de la Casa Blanca lo ha llevado a enfrentarse con algunos de los principales líderes del Departamento de Defensa. De acuerdo con un artículo del diario publicado el miércoles, la actitud de Bolton durante una reunión con representantes del Alto Mando de las Fuerzas Armadas llevó al segundo en la jefatura del Estado Mayor Conjunto, el general Paul Selva, a golpear la mesa fruto de su exasperación ante el diplomático de línea dura.
Llamado a Moscú
A su vez, el presidente Donald Trump habló por teléfono con su colega ruso Vladimir Putin durante más de una hora. Hablaron acerca del conflicto en Venezuela, pero dedicaron más tiempo a otros temas que ambas potencias consideran de mayor importancia estratégica, como sus diferencias en armas nucleares, Corea del Norte y el informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en la elección presidencial de 2016. "Tuvieron una discusión muy buena. Hablaron durante poco más de una hora", informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Sanders, que se extendió sobre los asuntos nucleares y Corea. Cuando se le preguntó sobre la reunión de esa mañana en el Pentágono para tratar la situación en Venezuela, Sanders reiteró la posición estadounidense de que "todas las opciones están sobre la mesa". Rusia es el máximo apoyo internacional a Maduro. "Estudiamos una serie de frentes distintos", dijo. "No tengo anuncios nuevos ni cambio de dirección. Seguimos apoyando al pueblo de Venezuela e impulsando el envío de ayuda a esa gente. Aparte de eso, no tengo nada que actualizar, pero todas las opciones siguen estando sobre la mesa... El presidente hará lo que sea necesario, si es necesario".
Desde hace semanas, Washington viene instando al ejército venezolano a que le dé la espalda a Nicolás Maduro y se sume al alzamiento puesto en marcha el pasado martes por el líder opositor Juan Guaidó. Guaidó anunció el 30 de abril, junto a un liberado Leopoldo López, el inicio de la ‘Operación Libertad' para derrocar a Maduro, asegurando que contaban para ello con el apoyo de "un grupo importante" de militares. Guaidó, que es reconocido como presidente interino por más de 50 naciones, dio una conferencia de prensa en la que advirtió al gobierno de Maduro de que, si sus fuerzas de seguridad intentan entrar en la residencia del embajador español en Caracas para detener a Leopoldo López, "sería una amenaza de guerra" a España. El jefe de la Asamblea Nacional también ha indicado que sería una violación de la Convención de Viena que regula las relaciones diplomáticas y consulares. López se refugió en la residencia del embajador español luego de que el martes fuese liberado de su prisión domiciliaria por un grupo de uniformados fieles a Guaidó.
Cambio de mando
Nicolás Maduro puso al general Elio Estrada al frente de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Antes era el jefe de la represión callejera en Caracas. El martes, Maduro nombró al frente del poderoso SEBIN a Gustavo González López en lugar del general Cristopher Figuera, que dio a conocer un video en el que rechazó a Maduro.