Su tamaño, de algo más de 1,2 millones de habitantes, invita a explorarla a pie, permitiéndote saborear cada detalle y sumergirte en sus relatos históricos. La ciudad, que mixtura una rica cultura y arquitectura, despliega sus encantos en cada esquina. Desde los icónicos puentes que cruzan el río Moldava hasta los callejones adoquinados que esconden secretos centenarios, Praga invita a adentrarte en un viaje inolvidable.
Y si bien, no se trata de un destino tan tradicional para los argentinos, esta joya europea merece la pena ser visitada, sobre todo teniendo en cuenta que en un fin de semana o bien en 2 ó 3 días se puede tener un pantallazo bastante importante de esta bella ciudad, una de las más turísticas del continente europeo.
¿Qué hacer en una primera visita a esta ciudad? A continuación, te contamos las 10 experiencias imperdibles que harán de tu visita a Praga una vivencia única.
1. El Puente de Carlos
El Puente de Carlos es una visita obligada en Praga tanto por haberse convertido en el mayor ícono de la capital como por su galería de 20 esculturas al aire libre. Entre ellas hay una muy especial a la que se debe rendir pleitesía, es la del mártir checo San Juan Nepomuceno. Según la historia fue arrojado al río tras negarse a contar al rey Wenceslao IV la confesión de la reina de Bohemia, Sofía de Baviera. Justo al lado del santo hay una placa con una cruz arzobispal que recuerda su muerte. Según la leyenda urbana, si la tocas con los cinco dedos se cumplirá el deseo que pidas.
2. Teatro Nacional
Este es un capricho que debe planificarse antes de llegar a Praga, y que merece la pena incluirlo en tu lista de cosas que hacer en esta espléndida ciudad. Es aconsejable por dos razones: por la belleza de este edificio de finales del siglo XIX, tanto exterior como interior, y para asistir a un espectáculo de ballet, teatro u ópera. Emocionarse con las voces de grandes cantantes checos en una preciosa sala dorada con asientos de terciopelo resulta en una experiencia invalorable.
3. Cambio de guardia en el Castillo de Praga
Antes que nada, debés saber que el Castillo de Praga, construido en el siglo IX, no se corresponde con la imagen que tenemos habitualmente de un “castillo”, sino que es una ciudadela que congrega una serie de edificaciones. Un recorrido por este conjunto es otra de las cosas que hacer en Praga de forma casi obligatoria. En su interior hay varias visitas fundamentales: la Catedral de San Vito, Wenceslao y Adalberto, la basílica de San Jorge, el callejón del Oro y el antiguo Palacio Real. Este último ha sido hogar de los reinos checos, y posteriormente de algunos presidentes. En el castillo es recomendable asistir al cambio de guardia, el más completo se produce a las 12 del mediodía en la puerta principal, pero si por algún motivo no se llega a tiempo, hay uno cada hora.
4. Saborear una cerveza checa en U Supa
U Supa, cuyo origen se remonta allá por el siglo XV, es la cervecería con pub más antigua del lugar. Es un placer saborear platos tradicionales checos y tomar unas cervezas en este restaurante de época con bonitas bóvedas renacentistas del gótico tardío. Además de probar una de sus especialidades, la cerveza Sup laguer semi-negra, también es interesante ver la sala de elaboración donde la cuba de cocción principal es de vidrio por lo que se puede observar el proceso desde fuera.
Por último, si visitás esta cervecería en verano, podés elegir relajarte en el jardín interior, con el sonido del agua de su fuente, o bien disfrutar desde su terraza de la animación de la calle de Celetná.
5. Isla de Kampa
Esta isla, a decir de los lugareños, es uno de los sitios más románticos de Praga, así que si viajás en pareja (o conoces a alguien en el viaje) es uno de esos espacios especiales donde crear un recuerdo imborrable. Apuntá en tu agenda de cosas que hacer en Praga: “declaración de amor en Kampa”. Esta isla es un pequeño oasis urbano que se asoma al canal de Certovka (o canal del Diablo).
Durante algún tiempo en este sitio se alojaron los obreros que construían el cercano Puente de Carlos, pero ahora es un lugar ideal para disfrutar de cultura en los museos de Kampa y de Franz Kafka, ver desde fuera el molino del Gran Prior y pasear sin prisas. Aquí también se encuentra el Puente del Amor o de los Candados, un buen lugar para hacerte una foto de recuerdo (lo del candado no es necesario).
6. La biblioteca Klementinum
El complejo del Klementinum, uno de los edificios más grandes de Europa, cobija un buen número de espacios asombrosos. Visitarlo es, sin duda, una de las que cosas que hacer en Praga aunque solo se visite por un fin de semana. Pasear por la capilla de los Espejos, subir a su torre Astronómica y terminar sosegando la mirada sobre miles de incunables en su biblioteca barroca y sus históricos globos terráqueos, es una experiencia que tienes que vivir. Si pasás por la antesala de la biblioteca, vas a encontrar el facsímil del Códice de Vyšehrad -considerado uno de los más valiosos del siglo XI-. En el descubrirás 108 páginas de pergamino, ricamente ilustradas con imágenes evangélicas y de la Sagrada Familia, entre otras.
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7. La Torre ikov
Como se puede leer en muchos sitios, a la capital checa la denominan la “Ciudad de las cien torres”, así que te recomendamos añadir a tus imperdibles para hacer en Praga: subir a la Torre ikov y comprobarlo. Este lugar llama la atención por varios motivos. El primero, por su altura ya que con sus 216 metros es la torre más elevada de la ciudad. Y en segundo lugar, porque a su alrededor tiene 10 figuras de bebés gateando, unas llamativas esculturas del artista checo David erný.
También se recomienda visitar el observatorio de 360 grados (de 9 a 23 horas), a 93 metros de altura, para disfrutar de las vistas y hacerte alguna foto en los columpios nido del interior. Sería mejor aún aprovechar para cenar en su restaurante panorámico mientras las luces de la ciudad se encienden poco a poco.
8. La Casa Danzante
Desde 1996, existe un edificio que cambió el paisaje arquitectónico de Praga y que dio mucho que hablar en una ciudad eminentemente histórica. El proyecto de la Casa Danzante fue llevado a cabo por dos renombrados arquitectos: Vlado Miluni y Frank O. Gehry (que en España también han dejado creativas construcciones como el fantástico Museo Guggenheim, de Bilbao, o las bodegas de Marqués de Riscal, en Elciego). La curiosa figura de la Casa Danzante, dos edificios abrazados, está inspirada en dos bailarines: Fred Astaire y Ginger Rogers.
Lo más habitual es que los viajeros tomen una fotografía desde el exterior y se marchen, pero nuestra recomendación es que entren para ver la Casa Danzante por dentro. Ahí podrás ver una galería de arte, asomarte a una terraza de 360 grados, comer en su restaurante con vistas al Castillo de Praga y al barrio de Malá Strana, tomar una copa en su Glass Bar (de 10 a 23 horas) y alojarte en un moderno hotel con habitaciones cuyas cristaleras abarcan 180 grados.
9. La Torre del Ayuntamiento
También podés aprovechar el paseo por la Plaza Vieja para entrar en el Ayuntamiento, y hacer una visita guiada para conocer su sorprendente decoración interior, la sala de Plenos y la capilla. Pero no te quedes ahí, anímate a subir a la Torre del Ayuntamiento. La panorámica de todo el casco antiguo a una altura de 70 metros es inolvidable.
10. El Reloj Astronómico
Antes de subir –o al bajar– de la Torre del Ayuntamiento, también se podés acercar a la pared sur porque allí se produce un curioso espectáculo. Ver funcionar el carillón del Reloj Astronómico es una de las cosas más llamativas que hay que hacer sí o sí en esta ciudad impresionante. El desfile de los 12 apóstoles durante las horas en punto (de 9 a 23 horas) atrae a un buen número de curiosos, así que procurá ser puntual para estar en primera fila. En caso de llegar fuera de horario, también vas a poder presenciar la imagen de este inmenso reloj de comienzos del siglo XV pero con menos gente, lo que de por sí es una postal por sí misma.