El "dejar de seguir" a personas por publicar algo distinto a las opiniones personales es un fenómeno en auge en pleno año electoral. Apenas se dieron a conocer los resultados de las Paso le hice un "superzoom" a Cristina Fernández, de un mensaje grabado que había hecho desde su escritorio. Hay muchas opciones de "superzoom", yo elegí la de la cruz roja, que es como una especie de "No". A los pocos segundos, subí una selfie con Axel Kicillof, acompañado de un texto que decía "A vos sí te banco" y el hashtag "Kicilove".
Y le hice una captura de pantalla a mis seguidores para ver cuántos se iban. A las pocas horas ya tenía 6 menos. Al otro día inicié una encuesta que preguntaba "¿Por qué el resultado de las elecciones hizo que haya subido el dólar hoy?" Y empecé a compartir las diferentes respuestas de mis seguidores, sin mostrar sus identidades. Hubo respuestas como "hay desconfianza en los ganadores y eso hace que el riesgo país suba y baje la credibilidad de las empresas" y otras como "Porque el Banco Central lo tenía frenado hace un par de semanas. Igualmente todos los lunes sube".
Y los seguidores seguían bajando. Se fueron 10, después de 15 y terminaron en 20.
Al comentárselo a una colega, me mostró la publicación del prestigioso dibujante Tute: a él se le fueron 2 mil seguidores por haber publicado una foto con Alberto Fernández.
¿A qué estamos jugando? ¿Volvió la grieta?
Abandonar una cuenta por motivos ideológicos puede tener otras consecuencias. Desde hace 3 meses formo parte de un grupo de voluntarios con el que estamos terminando de construir un merendero en barrio Acindar. Y uno de los usos que le doy a mi cuenta de Instagram es para publicar videos de cómo avanza la obra y para pedir donaciones.
Entiendo que las personas que dejaron de seguirme no tienen la mínima intención de aceptar la opinión del otro, ¿pero también de dejar de colaborar con personas que lo necesitan?
Lo que no entiendo es: ¿Tan grande es la intolerancia que no permite ver una opinión diferente? ¿Tan grande es la intolerancia que dejan de seguir por no coincidir con una opinión que no les gustó sabiendo que no van a ver más mis publicaciones de pedido de ayuda para chicos que tienen hambre?
Para mí fueron 20, para Tute fueron 2 mil. Pero ¿qué significa para todos los argentinos? ¿Volvió la grieta, el clásico futbolero, el odio, la intolerancia, la ira, la apatía, el ninguneo, el descrédito? ¿No sería mucho más hermoso que nos podamos leer, respetar, mirar y aprender de las diferencias? ¿De cuántas cosas hermosas nos perdemos, como ayudar a los que más nos necesitan, por focalizarnos en la ira y no en el amor?