Hace más de 2000 años, Aristóteles dijo "la única verdad es la realidad", lo que era una obviedad sabida por todos los griegos y sus esclavos. Perón difundió esa frase como justificadora del enfrentamiento de los pobres contra los ricos, que ya lleva 67 años en el imaginario popular. Generó la leyenda peronista, el justicialismo, la justicia social, el estado de bienestar, los descamisados, la corporación sindical, la corrupción, el camporismo, a Isabelita y el "rodrigazo", la guerra interna y los montoneros, el menemismo, el duhaldismo, el kirchnerismo, los distintos peronismos y el cristinismo, mechados con tres revoluciones que, teniendo el poder, no supieron qué hacer políticamente. Perón no sabía cuál sería la evolución de la realidad argentina y la del mundo, y desordenó al país. En los 67 años, la mayoría de los habitantes del planeta mejoraron su ingreso per capita (salarios). El de los argentinos creció la tercera parte de lo que crecieron los de los países que prosperaron, y comparativamente los argentinos se empobrecieron. En el año 2012, la realidad es que gran parte del pueblo vive en lo que se denomina "el escándalo de la miseria", que sigue aumentando, y que la clase media sufre carencias de educación, sanidad, vivienda y seguridad. Es la única verdad y sólo la superaremos trabajando y sin leyendas.