Los Sutottos tienen una marca registrada para hacer reír en torno a temáticas profundamente humanas y complejas. “Feliz día”, su nuevo espectáculo, aborda con humor uno de los mayores mandatos de esta época: el de la felicidad constante. La obra de la dupla de comedia oriunda de Buenos Aires, integrada por Andrés Caminos y Gadiel Sztryk, viene de hacer una exitosa gira por España. El debut local será este viernes 1 de agosto, a las 21, en Sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza).
Las entradas están a la venta en el teatro o a través de su ticketera online. Hay 15% de descuento para jubilados, estudiantes y suscriptores de la Tarjeta de Beneficios La Capital, exclusivamente en boletería y sujeto a disponibilidad de sala.
Dos hermanos mellizos viven en la casa de su madre (con quién mantienen un vínculo exageradamente edípico) y están por festejar su cumpleaños número cuarenta. Mientras esperan a los invitados que nunca llegan, despliegan continuos intentos y sucesivos fracasos por lograr ser felices.
“En un mundo que tiene como imposición pasarla bien, un cumpleaños representa el punto máximo del estado de felicidad. ‘Que los cumplas feliz’ deja de ser un deseo y pasa a ser una obligación imposible de sostener”, dice la sinopsis de la obra escrita, dirigida y protagonizada por la dupla.
“Feliz día” es el noveno espectáculo del grupo con casi veinte años de historia compartida. Una de sus obras anteriores, “Inestable, una comedia sobre los miedos”, les habilitó el despliegue internacional al convertirse en un gran éxito en España. Desde entonces, generaron un vínculo entrañable con el público de aquel país. De hecho, este nuevo show se estrenó primero en San Sebastián, el pasado mes de marzo, y tuvo su posterior recorrido por otras ciudades ibéricas. Después estuvieron en Uruguay y en junio fue el turno del estreno en Buenos Aires. Este camino los traerá de vuelta a Rosario el próximo viernes.
El imperativo de la felicidad
“Como todos los espectáculos de Sutottos, surge de las ganas de hablar de un tema y en este caso fue el imperativo por ser felices, esta cosa que está ahora en muchas casas de ‘un día sin sonreir es un día perdido’, y todas esas frases que circulan en muchas partes del mundo. Es una presión constante por disfrutar de todo y a veces termina generando todo lo contrario a lo que propone”, contó Gadiel Sztryk en diálogo con La Capital.
“Empezamos con esa idea y terminamos con esta historia de estos dos tipos, que cumplen cuarenta años y viven con la madre, y la madre se va de la casa. El cumpleaños aparece como ese momento en que se supone que tenemos que ser felices a toda costa. El fracaso permanente de eso genera humor y también identificación”, sumó.
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Las redes sociales, las frases motivacionales en la decoración hogareña, la necesidad de compartir una imagen de bienestar constante. Todas esas cosas son fenómenos muy propios de la época, y por lo tanto es difícil esquivar algún grado de reconocimiento en aquello que la dupla muestra en escena de forma exacerbada.
“Siempre son temáticas que de cierta manera atraviesan a todo el mundo. En este caso en particular, todos cumplen años algún día y tienen distintos vínculos con eso, todos tienen algún vínculo con la madre o una imagen de madre, esté o no. Y sobre todo, todos tenemos algún vínculo con la presión por ser felices”, afirmó el actor.
“La respuesta tanto en España como acá es muy parecida, porque son temas muy humanos y muy universales que hacen que la obra pueda funcionar en cualquier lado. Cuando ensayás una obra, no tenés noción de lo que puede pasar después. Cuando sale a la luz, es muy loco ver la respuesta de la gente, y en este caso fue una necesidad muy grande por aflojar un poco esa presión por la felicidad”, agregó.
Reírse de lo propio
Para maximizar este potencial de identificación, los Sutottos suelen situar sus obras en escenas cotidianas, como en este caso la fiesta de cumpleaños en la casa familiar. “La obra está llena de lugares comunes exacerbados y exagerados, y eso hace que el público esté riéndose de verse reflejado ahí. Nosotros disfrutamos mucho de esa catarsis que se arma”, compartió Gadiel.
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Los personajes de la dupla apelan al desborde para que aparezca el humor, y la hipérbole es un recurso transversal a sus propuestas. Ese exceso en el escenario es el que habilita la catarsis en la platea. “Es un poco como vivimos. Creo que relaja ver en escena ver a alguien que está peor que uno”, dijo Sztryk entre risas.
En el fondo, este tipo de obras permite abrazar por un momento un defecto o algún rasgo de la contradicción humana. “Cuando intercambiamos con el público, hay mucha identificación en términos profundos también, porque de alguna manera es reírse de algo que te está pegando, que te está interpelando”, afirmó el actor.
Otra característica destacada de los espectáculos de la compañía es que cuentan con música original, trabajada en este caso por la dupla central junto a Pablo Viotti. “Hay un montón de música original incidental y un montón de canciones, como en los otros espectáculos. La música nos acompaña toda la obra y estamos muy contentos”, apuntó Gadiel en este sentido.
Sutottos cumple veinte años en 2026. Ante la hazaña de las dos décadas de camino compartido, Sztryk reflexionó sobre los fundamentos
“Principalmente, tiene que ver con que el público acompaña. Pero también que nosotros somos amigos, nos divertimos haciendo lo que hacemos y todos los espectáculos están hechos para que tanto el público como nosotros vivamos un momento entretenido y transformador. Escribimos y dirigimos nuestras obras para pasarla bien, y creo que el truco de nuestro trabajo es que nos gusta, nos representa y lo disfrutamos. Pero sobre todo, que el público acompañe, porque si no viniera nadie sería difícil de sostener por más que nosotros la pasáramos bárbaro”, cerró