Los almaceneros y negocios de cercanía de Rosario han visto caer la demanda de manera drástica los últimos meses. Y tan así es que muchos han tenido que reponer productos que se terminaron venciendo en las góndolas y exhibidoras. Y aseguran que hay comerciantes que van abandonando el rubro por la dificultad de mantener el negocio.
Así lo aseguró a La Capital Juan Milito, del Centro Unión Almaceneros, quien advirtió que el consumo se fue achicando aun más de lo que venía ocurriendo.
Se profundizó
Es que, desde que asumió el presidente Javier Milei, las compras minoristas fueron disminuyendo de la mano de la recesión y la pérdida del poder adquisitivo. Pero esa situación se profundizó. “Si tomamos los últimos tres meses —mayo, junio y julio—, notamos que la caída se acentuó significativamente: hay menos gente en los negocios y se consume menos. Esto genera incertidumbre entre nosotros, los comerciantes, porque mientras las ventas bajan, los gastos fijos siguen aumentando”, afirmó el dirigente almacenero a este diario.
Y puso como ejemplo la tarifa eléctrica. "Comparando el mismo período, el incremento fue de entre un 350 y un 400 por ciento, lo cual es insostenible si lo comparamos con las ventas actuales. Lo mismo ocurre con los alquileres. Si bien la inflación muestra cierta desaceleración, el bolsillo de la gente está muy golpeado. La plata no alcanza, y ya para el día 20 del mes, muchos sienten que llegaron al final”, especificó.
En los barrios y en el centro
El fenómeno, al parecer, no depende del barrio ni del nivel socioeconómico. Milito asegura que tanto en zonas más acomodadas como en las más humildes “se nota una baja en la rentabilidad. Y eso repercute directamente en nuestros comercios. Vemos negocios cerrando. Esta es, sin dudas, una de las crisis más profundas y rápidas que he vivido en términos de caída del consumo. Y eso vuelve muy difícil sostener los gastos fijos.
>>Leer más: Un mapa online de los almacenes de barrio que toman pedidos por teléfono
El dirigente está desde hace más de veinte años al frente de los almaceneros de Rosario y asegura que la actual es la crisis más profunda que le tocó atravesar. “Hubo otras situaciones difíciles: bajones de venta importantes en años recientes, la crisis de 2001, la pandemia...Pero lo que veo ahora es la brusquedad con que se produjo la caída y la falta de perspectiva de mejora. Eso es lo que más preocupa”, insistió.
Almaceneros dejan los locales
Mientras tanto, el dirigente aseguró que hay comerciantes con trayectoria, con empleados, que están dejando sus locales. “Antes había una baja más gradual, ahora es un problema central. Muchos, al tener que renovar sus contratos de alquiler, están decidiendo cerrar o vender el fondo de comercio. Pero incluso eso es muy difícil, porque no hay expectativas claras a corto o mediano plazo”, dijo. Y abundó: “Y si uno ve que empresas líderes en facturación en el país están abandonando el mercado, eso habla por sí solo. No son buenos tiempos para el consumo”.
El problema va más allá de las estrategias comerciales. Por ejemplo, elegir productos locales o segundas marcas por sobre las primeras para economizar precios era algo que ya estaba instalado como estrategia de consumo, “pero hoy ya no hay mucho más margen para seguir bajando en calidad o precio. La gente ya cambió sus hábitos. El consumo de gaseosas bajó alrededor de un 40 por ciento, lo mismo que cervezas y vinos. En cambio, aumentó la venta de productos básicos como harina o polenta, mientras que se dejaron de comprar alimentos más caros como quesos y fiambres”, especificó Milito.
Si bien no hay una estadística exacta sobre la cantidad de comercios que hay cerrado porque muchos lo hacen en silencio, desde el Centro Unión Almaceneros lo ven “en lo cotidiano: socios que llaman y avisan que no van a seguir, sobre todo al renovar contratos de alquiler. Hay quienes liquidan stock: por ejemplo, si antes tenían mil latas de cerveza, ahora tienen 500. No porque no quieran vender, sino porque necesitan ese dinero para cubrir gastos fijos”, añadió.
Situación difícil
Otra cosa que preocupa a los vendedores es la forma de pago, porque muchos clientes está comenzando a echar mano a la tarjeta de crédito para comprar alimentos. Para Milito, “eso no saludable, porque si después sólo se efectúa el pago mínimo del resumen, la deuda crece rápido. La tarjeta se está usando como una herramienta de subsistencia, y cada vez más”.
>>Leer más: Duro enero para los kiosqueros: el consumo está 50% por debajo de diciembre
Si no hay una mejora en los ingresos —salarios, jubilaciones, asignaciones— los almaceneros no ven la manera de que el consumo repunte.
Por último, Milito habló del aumento anunciado en Córdoba de 84,21% en el haber mínimo jubilatorio, que pasará de 380.000 a 700.000 pesos mensuales. “No siempre coincidimos, pero ese tipo de políticas tiene un impacto directo en el consumo cotidiano.
Ojalá otros gobernadores, y sobre todo el gobierno nacional, tomen medidas similares. De lo contrario, vamos a seguir viendo cómo el consumo se contrae, y cómo cierran comercios. Si hasta Carrefour se va del país, está claro que no es solo un problema de esperar dos o tres meses: la situación es estructural y muy grave”, remató.