“Son las reglas del juego. No hay que exagerar ni ver intenciones golpistas”, dice un libertario que lamenta la mala praxis del comando central.
Un triángulo oxidado
Más que el resultado, en ciertos sectores del oficialismo preocupa la guerra abierta entre Karina Milei y Santiago Caputo. “Transfirieron al Senado una interna muy peligrosa”, observan.
Es una pulseada entre dos concepciones de construcción política. El asesor plantea un armado partidario más liviano y un esquema de esferas de influencia: no caminarle el territorio a los jefes provinciales a cambio de gobernabilidad en el Congreso.
La hermanísima, con Eduardo Lule Menem como brazo ejecutor, piensa en una fuerza con despliegue territorial, que quizás no alcance para ganar pero sí que obligue a los gobernadores a sellar acuerdos de unidad cuando estén en juego los cargos ejecutivos. Un espacio libertario con más de 10 puntos puede amenazar la continuidad del oficialismo local.
Por ahora, esa disputa la viene ganando Karina. Un ejemplo: en Santa Fe el Mago del Kremlin pujaba por un acuerdo con Amalia Granata, preservar la marca libertaria y cuidar un puente con Maximiliano Pullaro. No ocurrió, como también los libertarios detonaron en Corrientes un acuerdo con Gustavo Valdés, otro gobernador radical de peso.
Esa apuesta por la pureza identitaria y el corrimiento de Caputo explican, en parte, el descalabro en la relación con los gobernadores y la oposición. Cerebro de la estrategia electoral y jefe del golpeado ejército virtual libertario, al final el ingeniero del caos era el arquitecto del orden.
La mayoría de los gobernadores, sobre todo de lo que alguna vez fue Juntos por el Cambio, le hicieron el vacío a Milei el 9 de Julio pero hasta último momento desplegaron gestos de distensión con la Casa Rosada, atrapada en su neblina. De todos modos, la ofensiva ya había tomado velocidad y era imposible de frenar. El intento de los jefes provinciales de que se vote primero el reparto de los ATN y el impuesto a los combustibles chocó con el peronismo, que se negó a aportar número para que las provincias presionen al gobierno y se cayeran el aumento a los jubilados y la emergencia en discapacidad.
Los gobernadores ven que con Milei no hay presente pero tampoco futuro. Se apropia de fondos que les pertenecen a sus distritos, la economía real no repunta, les arma listas y encima los acusa de querer destruir al gobierno nacional. Demasiados sapos para digerir.
>> Leer más: Cómo votaron los senadores santafesinos el aumento y la moratoria a jubilados
El gobierno es como esos equipos de fútbol que introducen una táctica novedosa pero, con el correr de los partidos, los rivales encuentran la manera de ganarle.
Mala praxis
En épocas de crisis, el amateurismo puede ser un activo para ganar elecciones, pero es un déficit en el poder. Tampoco se puede gobernar a puro látigo. Si Milei y los libertarios no revisan su método las derrotas serán cada vez más seguidas y más duras.
En el medio, el gobierno cometió un gran error no forzado con la operación Fantino. El supuesto off the record del ministro de Economía al conductor era un apriete a los gobernadores para culparlos de un sacudón económico, pero desnudó la precariedad del modelo económico y blanqueó que la Casa Rosada descuenta meses de turbulencia cambiaria e inflación en alza.
Son todas señales que intranquilizan a los mercados, que ven que los dólares no alcanzan pese a la ayuda de Donald Trump y el FMI, y en junio volvió el déficit fiscal, según informó la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Tampoco trasmiten tranquilidad los llamados de los influencers libertarios a dinamitar el Congreso ni la pelea descarnada entre el presidente y Victoria Villarruel, otra vieja aliada a la que Milei empujó el tren y que busca su lugar en un escenario político cambiante.
En el peronismo se entusiasman con la convergencia de kirchneristas, radicales, federales e incluso integrantes del PRO en temas sociales sensibles. “Hay un cambio de rumbo de la oposición”, ve un dirigente justicialista que va y viene entre Buenos Aires y Santa Fe.
Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/Senadores_UxP/status/1943498416786395147&partner=&hide_thread=false
Después de ejecutar los vetos que adelantó Milei, el gobierno tiene la oportunidad de abrir un canal de negociación con el Congreso para reconstruir el blindaje del tercio, sobre todo en Diputados. No será fácil. Ese inusual ejercicio de autocrítica supondría desairar a Karina, sacar del freezer a Caputo junior y abrir la billetera para compensar a los heridos que se alejaron.
“No lo veo rearmando ni recalculando. El gobierno tiene un solo pedal, que es el acelerador”, dice un aliado que quiere que al presidente le vaya bien.
>> Leer más: El gobierno insiste con el veto de las leyes que vayan en contra de su plan económico
El problema no se limita al corto plazo sino que se proyecta más allá de diciembre. Aun si La Libertad Avanza (LLA) hace una muy buena elección de medio término —algo que está por verse— no tendrá mayoría propia en las Cámaras y deberá sumar a otros bloques para aprobar el pack de reformas que exigen el Fondo y el mercado. La expectativa en una ola violeta que discipline al resto del sistema político puede ser demasiado optimista.
Reforma constitucional, día 1
El descalabro del sistema nacional contrasta con la dinámica en Santa Fe, donde este lunes comenzará la Convención Constituyente. Después de 63 años y varios intentos fallidos desde el regreso de la democracia, Pullaro y Unidos aprovecharon su dominio en la Legislatura y la fragmentación opositora y le agregaron una cuota no menor de audacia para avanzar con una reforma constitucional en un clima de apatía con la política.
Aunque la seguridad era el principal mandato en diciembre de 2023 y las prioridades de la gestión se centran en producción, infraestructura y educación, la reforma constitucional será el legado institucional más duradero de la gestión Pullaro.
Unidos llega a la víspera de la apertura todavía con diferencias por limar en temas clave, como el Ministerio Público de la Acusación (MPA), el Consejo de la Magistratura, la Caja de Jubilaciones y las facultades de la Legislatura y el Poder Ejecutivo.
Una situación propia de una coalición que encaró dos procesos electorales en simultáneo con la gestión de la provincia y los principales centros urbanos y que contiene a partidos con miradas tan diferentes como el PS y el PRO.
Unidos cuenta con una mayoría de hecho con sus 33 convencionales y los tres de Alejandra Locomotora Oliveras y quiere construir acuerdos más amplios para despejar la idea de una Constitución a medida, pero no están los sectores que le dieron los votos en diciembre. El perottismo no se presentó a elecciones y el Frente Amplio por la Soberanía (FAS) no superó el umbral.
En ese marco, el bloque peronista de Más para Santa Fe aparece como el principal socio de Unidos para la reforma. Por el peso específico del bloque, mayores afinidades en el texto de la Constitución, el acercamiento de los senadores del PJ y el enfriamiento de la relación entre la Casa Gris y el gobierno nacional.
Habrá qué ver cómo se para el bloque de doce del PJ y sus aliados. Allí conviven los senadores, con su matriz más conciliadora y el objetivo permanente de conseguir recursos para sus distritos, con una figura emergente como Juan Monteverde, quien se planta en un lugar de opositor nítido.
Otros bloques también son una incógnita. La Libertad Avanza responde a lineamientos desde Buenos Aires, pero Nicolás Mayoraz es constitucionalista y tiene más el perfil de un político convencional que un outsider. Algo similar ocurre en Somos Vida y Libertad: Amalia Granata viene del mundo del espectáculo y sabe construir hechos con rebote mediático, pero sus compañeros de bloque tienen otra impronta. “La idea es no pudrirla, pero no vamos a dejar que manejen la Constituyente como quieran. El que va a fijar el tono de la discusión es el oficialismo”, sostienen cerca de la diputada pañuelo celeste.
>> Leer más: Estado laico o secular: discusiones en torno a la religión en la nueva Constitución de Santa Fe
“Hay muchos condicionados por la mirada pública. Ninguno va a querer acordar con nosotros hasta que haya un entendimiento conjunto. A los patitos hay que alinearlos todos y al mismo tiempo”, dice un negociador senior de Unidos que estará en la cocina de la Constituyente.
Pese a la inestabilidad y la incertidumbre, en Unidos resaltan la diferencia con lo que ocurre en el Congreso: “Al lado de lo nacional, en Santa Fe somos Suecia”.