Se cumple una década del fallecimiento de Jules Bianchi producto de un choque en el GP de Japón, que impulsó un cambio fundamental en la estructura de los monoplazas
Médicos y rescatistas socorren al piloto de Fórmula 1 Jules Bianchi momentos después de su accidente en el GP de Japón.
Los autos de Fórmula 1 cambiaron por completo a partir de un accidente en 2014 que se cobró una víctima fatal nueve meses después, precisamente el 17 de julio del 2015. Ese día, el piloto francés Jules Bianchi perdió la vida tras estar largo tiempo en un coma inducido producto de un choque en el GP de Japón de 2014.
Las acciones se remontan al 2014, precisamente al Gran Premio de Suzuka, en Japón. La carrera se corrió el 5 de octubre con fuertes lluvias en el marco del desarrollo del tifón Phanfone, algo que sería determinante. Bianchi se desempeñaba como piloto de Marussia, una escudería que formó parte de la máxima entre 2012 y 2014 bajo ese nombre (en 2015 tuvo su último año en la grilla bajo el nombre Manor Marussia). El francés llegó a estar en la consideración de Ferrari ante un posible alejamiento de Fernando Alonso para la temporada 2015.
Ese día, un accidente a poco de finalizar la carrera terminaría con un hecho trágico y una posterior determinación que incluiría un cambio fundamental en la estructura de los autos: la incorporación del halo.
El GP de Japón de 2014 se desarrollaba sin mayores complicaciones, hasta que en la vuelta 42 de las 53 programadas de la carrera el Marussia de Bianchi chocó en la curva siete mientras había bandera amarilla para retirar el Sauber del piloto Adrian Sutil, que se había estrellando hacía unos instantes.
Los informes posteriores al accidente dieron cuenta de que el francés no frenó lo suficiente cerca a la curva mencionada y que la lluvia contribuyó a que su auto terminara debajo de una pala mecánica que se encontraba retirando el auto de Sutil. El impacto fue tan fuerte que la maquinaria se sacudió y soltó el Sauber que estaba remolcando.
El traslado de Bianchi hacia el hospital más cercano tuvo que hacerse por tierra por las lluvias intensas que no permitieron hacerlo en helicóptero. Tardó 32 minutos en llegar al Centro Médico General de la Prefectura de Mie, en Yokkaichi. Allí le practicaron una cirugía tras diagnosticarle una lesión axial difusa, que en los primeros momentos fue indicada como una "lesión grave en la cabeza" por parte de los médicos.
Los primeros en llegar a Japón para conocer el estado de Bianchi fueron sus padres, sus hermanos y el mejor amigo del francés, Lorenzo Leclerc. Lorenzo es hermano mayor del actual piloto de Ferrari, Charles Leclerc, que es ahijado de Bianchi.
Tras la cirugía, el francés continuó varios días en coma inducido y con asistencia mecánica respiratoria. Un mes después lograron sacarlo del coma inducido para su traslado a Francia, donde fue ingresado en el Centro Hospitalario Universitario de Niza, ciudad de la que era oriundo.
Desde entonces, hasta la fecha de su muerte, permaneció inconsciente y en estado crítico. Cuatro días antes de su muerte, su padre manifestó públicamente que el optimismo ya no era el mismo que en las horas posteriores al accidente por la falta de progresos en el tratamiento de su hijo Jules.
El 17 de julio de 2015, Jules Bianchi murió a sus 25 años y se convirtió en el primer piloto en fallecer por lesiones sufridas durante un Gran Premio tras Ayrton Senna (1994). Además, a la actualidad sigue siendo la víctima mortal más reciente en la Fórmula 1.
En su honor, se retiró el número 17, que utilizaba a bordo de su Marussia, pero el cambio más significativo se dio a partir de 2018: desde esa temporada, los monoplazas están equipados con el halo protector para la cabeza de los pilotos.
Desde la temporada 2018 de la Fórmula 1, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) obligó a todos los equipos de los campeonatos de monoplazas a que incorporen este sistema, que consiste en una barra curva de titanio para proteger la cabeza de los pilotos en caso de accidentes graves similares al que sufrió Bianchi.
Si bien al principio fue criticado por cuestiones estéticas (recibió malos comentarios de figuras que van desde Niki Lauda a Toto Wolff), lo cierto es que contribuyó a disminuir el riesgo de secuelas posteriores a accidentes. Esto fue resaltado por pilotos que sufrieron choques graves, como el del propio Leclerc en el GP de Bélgica en 2018 o Romain Grosjean en el GP de Bahrein 2020.
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Más recientemente, en el GP de Gran Bretaña 2022 el chino Guanyu Zhou, que corría en Alfa Romeo, terminó arrastrándose con su auto dado vuelta a lo largo de varios metros luego de un toque entre Pierre Gasly y George Rusell que derivó en un choque al piloto asiático. El halo permitió que Zhou no terminara con su cabeza patinando durante varios segundos sobre el pavimento y, así, le salvó la vida.
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