Las denuncias de extorsión a través de WhatsApp no son infrecuentes, pero este jueves se confirmó la condena por un caso llamativo en el sur santafesino. Un preso fue declarado culpable de haber creado el perfil falso de una joven para chantajear a un hombre bajo amenazas de hacerle una denuncia penal.
Dante Gabriel Genestal Jalil acordó una pena de 3 años de prisión efectiva a través de un juicio abreviado homologado en los Tribunales provinciales de Venado Tuerto. El fiscal Damián Casullo lo había imputado a raíz del pedido de 2 millones de pesos a un vecino de María Teresa, un pueblo ubicado a 170 kilómetros al sudoeste de Rosario.
Según la evidencia presentada por el Ministerio Público de la Acusación (MPA), la víctima cayó en la trampa y pagó $150.000 ante el temor de que lo denunciaran por el acoso sexual de una persona menor de edad. Dado que los aprietes no se terminaron ahí, decidió recurrir a la Justicia en vez de enviar más dinero para resolver el problema.
Catfishing tras las rejas y extorsión telefónica
La localidad de casi 4.000 habitantes no fue el único escenario de la historia de engaño que descubrieron los investigadores de la Fiscalía Regional 3. El otro protagonista estaba alojado en una cárcel de la provincia de Buenos Aires, a más de 350 kilómetros de allí, pero logró ocultar su identidad para conseguir plata bajo amenazas.
El plan de Genestal Jalil se puso en marcha en marzo de 2023, cuando abrió una cuenta de Facebook con el nombre de una mujer. Entonces aplicó un método que en inglés se conoce como catfishing y simuló que era una persona menor de edad para conversar a través de la red social.
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La víctima agregó como amiga en la plataforma a una joven, pero en realidad estaba chateando con un preso de 40 años alojado en la Unidad Penitenciaria 46 de José León Suárez. En una segunda etapa, el delincuente le propuso intercambiar números de teléfono y siguieron conversando a través de WhatsApp.
La relación llegó a un punto de inflexión cuando la supuesta adolescente se comunicó con el denunciante desde otra línea. Entonces le advirtió que lo iba a acusar por acoso sexual ante la Justicia.
Una joven en línea, un policía al teléfono
Genestal Jalil adoptó un segundo papel cuando llegó la hora de hablar por teléfono sobre el conflicto. En ese momento se hizo pasar por un policía que llamaba a la víctima desde una comisaría. "Le dijo que estaba con el abogado de la joven y que ese profesional pedía $2.000.000 a cambio de no radicar la denuncia", precisó el fiscal Casullo.
En el marco de esta conversación, el recluso se aprovechó de estas identidades falsas y le envió los datos de una cuenta bancaria al hombre a su número de WhatsApp. De esta manera le exigió que pague para "evitar una causa judicial que afectara su honor", según explicó el encargado de la investigación.
El denunciante cedió ante el miedo e hizo una transferencia de $150.000. A continuación le mandó el comprobante de la operación al falso policía. Por último, el representante del MPA confirmó: "Aunque el condenado luego le insistió para que le remitiera más dinero, él no lo hizo".
"En casos como este, la víctima es obligada a disponer de su patrimonio para poder resguardar su honor o evitar la divulgación de un secreto", expresó Casullo. Pasados dos años desde la creación de la cuenta de Facebook empleada para el chantaje, la causa penal se cerró a través de un procedimiento abreviado en el departamento General López.
La jueza Paula Borrello dictó la sentencia durante una audiencia en la que Genestal Jalil compareció de manera remota. El condenado seguirá detenido en el penal bonaerense y también está involucrado en otra investigación sobre robo.