Con 74 casos confirmados de sarampión y con una declaratoria de emergencia en vigor, Bolivia inició este martes una campaña de vacunación puerta a puerta ante el mayor brote entre los países de Sudamérica debido a que solamente la mitad de los niños bolivianos están protegido contra el virus.
El primer caso boliviano de sarampión fue detectado el 23 de abril en un bebé de 14 meses que entró al país desde Brasil. Para el 6 de junio, había tres casos más.
Menos de un mes después, el 29 de junio, 74 personas dieron positivo y, según las autoridades, ahora hay 600 más sospechosos. En 2024, solo hubo cuatro contagios.
El sarampión, una enfermedad altamente contagiosa que puede prevenirse con vacunación, generó preocupación en Estados Unidos, Canadá y México por el aumento de casos en 2025.
Entre los demás países de Sudamérica, Argentina reportó 34 casos y Brasil 5 (ambos con una población mucho mayor que la boliviana), según el último reporte de la Organización Panamericana de Salud (OPS) del 20 de junio. La representante interina de la OPS en Bolivia, Jenny Neira, dijo la semana pasada que nueve países latinoamericanos registraron casos de sarampión y que hay nueve muertos en la región. En Bolivia, no hay hasta el momento fallecidos.
La enfermedad es causada por un virus altamente contagioso que se transmite por el aire y se propaga fácilmente cuando una persona infectada respira, estornuda o tose. Sus principales síntomas son fiebre alta, secreción nasal, tos, ojos rojos y llorosos y un sarpullido.
Ante el avance de las infecciones, el gobierno boliviano declaró emergencia sanitaria hace una semana para aumentar el porcentaje de vacunación que, en comparación con otros países latinoamericanos, pone a Bolivia casi al final de la lista.
“De cada dos niños, uno está vacunado y el otro no está vacunado. Y eso nos está poniendo en este riesgo”, dijo el viceministro de Promoción, Vigilancia Epidemiológica, Max Enríquez, acerca del porcentaje de población infantil que tiene las dos dosis de vacunas.
Estadísticas en contra
De acuerdo con un informe de riesgo de la OPS del 24 marzo, con base en datos entregados por las autoridades nacionales, Bolivia sólo vacunó al 50 % de su población con dos dosis en 2023, el segundo país americano con menor nivel de inoculación tras Venezuela (39 %). La primera dosis la recibió ese mismo año un 68 % de los bolivianos, al mismo nivel que Venezuela.
Según el viceministro Enríquez, el año pasado la vacunación alcanzó a porcentajes similares. “La segunda dosis es muy baja. Están en un rango entre los 50 y 56 %", señaló.
La ministra de Salud, María René Castro, indicó que en 2024 la primera dosis llegó a cerca del 70 %. “Este año nosotros tenemos que llegar al 95 %”, dijo, tras pedir a los padres que vacunen a sus niños menores de 9 años.
Las brigadas móviles de vacunación desplegadas el martes en La Paz buscaban reforzar este proceso en menores de 9 años, ante el brote detectado, con epicentro en Santa Cruz, la región más poblada de Bolivia.
Las autoridades de educación ya dispusieron, además, que hubiera clases virtuales para evitar más contagios y, en Santa Cruz se adelantaron las vacaciones invernales en las escuelas por una semana.
Entre las razones para la baja vacunación en Bolivia, el viceministro de Vigilancia Epidemiológica apuntó al descuido de los padres, a la pandemia de Covid-19, pero también a parte de desinformación, movimientos antivacunas y a que hay padres jóvenes que no creen en enfermedades que no han vivido.
Por otra parte, también mencionó que hay sectores de población que no están acostumbrados a las vacunas. “La comunidad menonita es bien renuente a la vacunación, no permiten ingresar allá”, señaló Enríquez, sobre un sector donde se concentran 26 de los 74 contagios.