“De a poco”. Así define la familia de Matías Bottoni el proceso de recuperación del nadador que está dando resultados: en los últimos días comenzó a mover los dedos de la mano derecha, que hasta ahora no respondía. El nadador rosarino del club Echesortu, de 17 años, atraviesa su tratamiento en una clínica de San Jerónimo Sud.
Desde el accidente, cuando un choque con un colega le dañó la columna el 10 de mayo, la vida de Matías Bottoni dio un vuelco total. Pasó de nadar en las mejores piletas de Rosario y el país a enfrentar una recuperación día a día donde “se ven los pequeños cambios, pero ya sabíamos que iba a ser un proceso lento”, contó Valeria Grimaux, madre de Matías, a La Capital.
El sábado 10 de mayo Matías Bottoni competía en el Parque Olímpico de Buenos Aires por el Campeonato Argentino de Mayores cuando en el precalentamiento antes de la última carrera se zambulló a la pileta y chocó accidentalmente con otro competidor. La peor parte se la llevó el rosarino, que se fracturó la quinta vértebra cervical de su médula. Primero fue atendido en el Hospital Santojanni, pero 24 horas más tarde fue trasladado al Italiano de Buenos Aires, donde fue intervenido quirúrgicamente luego de una campaña solidaria récord para recaudar fondos. El tratamiento siguió en el Instituto Fleni de la localidad de Escobar, pero tras denunciar déficit en la atención se decidió la derivación a Aprepa, de San Jerónimo.
Avances en la rehabilitación
En las últimas sesiones de rehabilitación en Aprepa de San Jerónimo, Bottoni pudo mover de a poco sus dedos de la mano derecha, que hasta ahora no respondían a los estímulos del cerebro.
Además, realizó su primera visita a Rosario para realizar una resonancia y consulta con un neurocirujano especialista en la columna. Una secuencia que se repetirá mientras avance el tratamiento. “Mati está dando todo y no se rinde”, aseguró Grimaux.
De lunes a viernes una rehabilitación estricta y los fines de semana le dedica el tiempo a su hermano Juan Ignacio, su familia y amigos, que llegan a la localidad del departamento San Lorenzo. Aunque en el otro extremo del continente, la selección argentina de natación cuelga las banderas argentinas en los natatorios de Estados Unidos con mensajes de aliento para Bottoni.
Cómo sigue Matías Bottoni
Tras los vaivenes en la recuperación en Buenos Aires, Matías llegó a San Jerónimo a principio de junio. Allí lo recibió la clínica Aprepa, un centro de rehabilitación especializado en la localidad a 35 kilómetros de Rosario.
Cada día que pasa los cambios están a la vista. Los médicos y especialistas que recibieron a Matías en Santa Fe destacaron la intervención del Hospital Italiano sobre la cervical del joven de 17 años, según reveló Grimaux.
Con días mejores y otros donde las dudas y el malestar se deja ver, Bottoni sigue firme con su tratamiento. El camino hacia una recuperación plena es el objetivo del nadador y su círculo de contención trabaja en conjunto con un equipo conformado por psicólogos, médicos y profesionales de la salud.
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“De a poco vamos para adelante. Que se muevan los dedos significa que la rehabilitación le está dando fuerza para los movimientos voluntarios”, analizó la mamá de Bottoni y agregó con esperanza: “A veces los cambios son imperceptibles, pero están”.
Las tareas de rehabilitación se centran en el control de su tronco cervical y el movimiento de los dedos de su mano. A la par, se estimulan otras zonas del cuerpo, pero el objetivo principal es poder tener control de la parte superior del cuerpo y volver a tener el control en la mano derecha.
Valeria Grimaux pasa los días en el pueblo junto a Martina, la novia de Matías que no se separa de su pareja, ya sea en Buenos Aires o en San Jerónimo. Luciano Bottoni, papá del nadador, viaja todos los días a visitar a su hijo y estar con su esposa, mientras conduce al pequeño Juan Ignacio en su rutina diaria. “Nuestra vida cambió por completo desde el día del accidente. Mis energías están todas puestas en Mati incondicionalmente estoy a su cuidado y, por supuesto, también de Martina", completó la madre que desde el 10 de mayo no volvió a su hogar siguiendo el tratamiento de su hijo a sol y sombra.