Luego de seis meses de trabajo, se le ocurrió el SkunkLock, un sistema de traba-candado en U de acero hueco, que alberga químicos nocivos disuasivos, detectables aun a través de algunas de las máscaras de gas más avanzadas. La fórmula patentada, conocida como D_1, fue desarrollada por Idzkowski y su compañero Yves Perrenoud, y es perfectamente legal.
El SkunkLock está hecho de acero carbono endurecido que supera los 450 brinell, y está pintado de rayas blancas y negras, que recuerdan a un zorrino. Sus creadores tienen la esperanza de que el patrón y el logotipo del candado SkunLock asusten a los ladrones, pero que si insisten en cortarlo, se encuentren con una desagradable sorpresa.
El olor es aparentemente tan malo, que aturde a los maleantes y hace que vomiten casi al instante. Y si de alguna manera se encuentran lejos para evitar el olor, sin duda van a captar la atención de los transeúntes y aumentar las posibilidades de prevenir el robo.