Los bañeros más locos del mundo", los mismos de la "Brigada Explosiva" formada por Emilio Disi, Gino Renni, Alberto Fernández de Rosa y Berugo Carámbula, pero en plan de guardavidas en la Mar del Plata de los 80, vuelve mañana a las carteleras con copia remasterizada digitalmente, Full HD, sonido recreado surround y escenas en 3D. Fernández de Rosa, Rosales en la ficción, dijo a Escenario que 27 años después de su estreno el filme tiene un público fiel que lo transmitió a una nueva generación.
—¿Qué significa para usted el reestreno de esta película después de 27 años?
—Es una sensación extraña, muy mezclada. Uno normalmente cuando ve una producción que tiene muchos años, exhibe el paso de los años, el sonido no está bueno, las imágenes tienen rayones. Hay una vejez del material que condice con la propia... Acá es impresionante porque uno ve la película y es algo hecho ayer. Tiene una fidelidad de imagen, de sonido. Además es en 3D. Entonces hay un extrañamiento porque uno se mira y dice "¿Yo cuándo envejecí, ese soy yo, pero qué me pasó?" (risas). Es muy raro.
—¿A qué público está dirigida hoy, o apunta a una generación que siente nostalgia por las películas de la "Brigada Explosiva"?
—Me da la sensación de que se va a dar por los dos lados. Creo que va a ir mucha gente que todo el tiempo uno se encuentra en la calle y le vuelve a hablar de estas películas. Desde gente impensada, como Aníbal Fernández, que un día por una cuestión del municipio fuimos un grupo de actores a verlo y me hizo escuchar en su celular la música de los "Bañeros..." que se la había cargado su hijo. Me ocurrió también que un universitario me muestre en su celular escenas de "Brigada Explosiva". Creo que esa gente va a ir a verla o por lo menos un sector muy importante. Pero creo que va a tener mucha llegada a un público que no tiene hoy una respuesta para ese tipo de humor. Es un nicho del humor que no está ocupado hoy.
—¿Cómo define ese estilo de humor en el contexto actual?
—Le diría que es un humor con características muy orientadas a la identificación del argentino. Cuando Carlos Mentasti pensó este asunto lo hizo con el mecanismo identificatorio y juntó un italiano, un gallego, un porteño clásico, que puede ser un rosarino o un bahiense, los tres porteños argentinos, que somos muy parecidos en eso, y un galán como Berugo Carámbula. Y con un lenguaje de humor directo, simple, que no es calificativo, sino descriptivo. Es el humor que llega más directamente, con menos especulación, un poco más naif, pero no por eso deja de ser pícaro, de tener segunda intención. Hoy hay expresiones de humor muy buenas, pero eso no está presente.
—Usted mencionó la vejez del material. ¿Cómo afecta al estilo de humor pícaro el hecho de que hoy todo lo relacionado con el erotismo y la sensualidad está disponible en internet?
—Eso está por verse. Pero hay algo que sí puedo decir y es que no hay un solo estilo en la manera de aproximarse al sexo como elemento de exhibición. No es lo mismo un desnudo del Renacimiento que una fotografía en blanco y negro de los años 40. No es lo mismo esta sexualidad ya casi desprovista de sensualidad que tiene como un viso porno, una forma reiterativa de exhibir. En cambio en lo nuestro, están las chicas bonitas, están en malla, pero es casi ingenuo el vínculo. Señala más cierta tontería del hombre que se cree capaz de llegar a cualquier objetivo sexual y lo que hace es exhibir su propia limitación.
—¿Por qué cree que el humor no es tan frecuente hoy en el cine argentino?
—Nuestras películas tienen una factura industrial. Este género requiere inversiones importantes y a veces se orientan hacia otro lado y tenemos una competencia despiadada. Las salas son de propiedad de sellos internacionales y tienen su programación anual preparada, tienen tanques y no pueden asegurarles que va a tener todas las semanas un tanque. Y con el humor hay una búsqueda por otros lados. Ahí no puedo arriesgar una teoría, pero también a veces hay una cuestión de prestigio social o de grupo. Hay políticas estatales más orientadas a promover o sostener algún tipo de expresión. Y además son rachas. Yo le aseguro que si esta película camina bien, como seguramente va a ocurrir, van a aparecer algunas producciones de este género.