Queda un partido para del final de la etapa clasificatoria de la Copa de la Liga y Newell’s utilizó 7 futbolistas en las posiciones de extremo derecho e izquierdo, respectivamente, entre ese torneo y el único que disputó de la Copa Argentina. La rotación de nombres obedeció a que Mauricio Larriera nunca encontró jugadores fiables.
Atacar con delanteros que jueguen por las bandas es una elección que mantiene desde la primera fecha. La irregularidad del equipo no lo llevó nunca a cambiar de parecer, al margen de algunas circunstancias puntuales que se dieron en el cierre de ciertos partidos y que lo llevaron a un cambio de esquema.
La preferencia del entrenador sobre el dibujo táctico fue el 4-2-3-1, variando la dupla de extremos titular con frecuencia en los 14 partidos que disputó. Durante ese lapso llegó a conformar 6 parejas. Francisco González-Brian Aguirre fue el binomio que más veces confirmó, con cinco partidos; Guillermo May-Aguirre lo siguió con cuatro. La pareja de Misael Jaime-González estuvo en los dos últimos encuentros, mientras que Ignacio Schor-González, Schor-Aguirre y Balzi-González lo hicieron en una ocasión cada una.
A los seis futbolistas mencionados, se le agrega Giovani Chiaverano, que si bien no fue nunca titular ingresó en ocho partidos de extremo. Es una cifra alta de atacantes que fueron utilizados indistintamente, sin que ninguno se haya asentado.
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Cada uno, con sus particularidades y condiciones, le dieron poca agresividad al conjunto rojinegro, pese a que en ofensiva contaron con el respaldo para asociarse de marcadores de punta con una proyección permanente, como Armando Méndez y Angelo Martino.
El uno contra uno es esencial en el juego de cualquier extremo, para penetrar por el costado en el campo rival. Con el transcurso de los partidos, más allá de quienes fueron los elegidos por Larriera, fue costando más el desequilibrio por la banda. Y si lograban sacarse a su marca de encima, expusieron serios problemas de resolución, ya sea para buscar el arco como para servir el centro y asistir al Colo Ramírez. Por lo general, hubo lanzamientos mal ejecutados, sin dirección. Los que vieron jugar a Sergio Almirón en los 80, llegando hasta el fondo y metiendo el centro atrás, combado, para que un compañero se encuentre con la pelota de frente, saben lo que implica ser punzante de puntero.
Solo 3 goles de los extremos
Encima, los extremos aportaron muy pocos goles, apenas 3, de Aguirre, Chiaverano y González. Si no fuese por los 8 tantos de Juan Ignacio Ramírez, Newell’s no hubiese arribado a la última fecha con chances de clasificar a los cuartos de final.
Larriera solicitó la incorporación de un extremo, luego de la victoria sobre Central Córdoba de Santiago del Estero en la Copa de la Liga. En ese momento se confirmó el traspaso de Ramiro Sordo a Santos Laguna y porque Panchito González estaba afectado a la selección argentina sub-23 para el Preolímpico. No llegó ninguno, aunque tenía atacantes en cantidad.
Newell's, expectante de Aguirre
La expectativa que existía previa a la competencia oficial estaba depositada principalmente en Brian Aguirre, a raíz de su velocidad y gambetea. Hoy ni siquiera es titular. Lejos quedó el golazo contra Lanús desde afuera del área en la 2ª fecha. Se apagó. Continúa siendo uno de los pocos capaces de desnivelar, aunque lo habitual es que cada desborde los termine mal. O los centros son fallidos o engancha desde la derecha hacia el medio para rematar y le erra al arco.-
Con Panchito González, la ilusión era parecida. Volvió a jugar sobre fines del año pasado, dejando atrás una larga inactividad por lesión. Convocado a la selección sub-23 justo para el inicio de la Copa de la Liga se aguardaba que a su regreso le diera desnivel a la ofensiva rojinegra. Ubicado generalmente sobre la derecha, no terminó de aprovechar el perfil de zurda para rematar el arco. Tampoco fue eficaz llegando hasta el fondo y metiendo la pelota en el área. El gol de cabeza que le convirtió a San Lorenzo, aprovechando un centro de Méndez, fue una de las pocas gratificaciones.
Si Aguirre y González se distinguen por la aceleración, en cambio el uruguayo May por la perseverancia y disposición táctica para interrumpir la salida rival, aparte de la insistencia para correr hacia adelante con el balón al pie. El inconveniente fue su falta profundidad y de habilitaciones, y de disparos. Todavía no convirtió, ni siquiera teniendo la posibilidades, en algunos partidos, de jugar de nueve o de mediapunta. Por estas razones fue perdiendo protagonismo. De titular fue al banco y, en los dos últimos partidos, ni siquiera ingresó.
Schor también fue quedando relegado del equipo. Más allá de la velocidad con la que se mueve, rara vez creó jugadas de riesgo. No incidió en los metros finales.
Mauricio Larriera confió en Jaime
En las dos últimas fechas, Larriera le dio la posibilidad a Jaime de ser titular, buscando una respuesta que no conseguía en otros. De movimientos ágil, insinuó de a ratos, aunque tampoco dio demasiadas certezas. Es cierto que recién lleva 4 partidos en el año, con menos minutos que los demás.
En cambio, Chiaverano participó en 8 encuentros, eso sí, ninguno desde el principio. Es veloz y encarador. Su única conquista en el torneo le dio el triunfo a Newell’s en el debut. Además le cometieron el penal del triunfo contra Sarmiento. Con 18 años, por ahora es promesa.
Los cambios de los extremos que realizó Larriera lo llevó a una decisión que sorprendió contra San Lorenzo, tras la caída en el clásico. Puso sobre la derecha a Guillermo Balzi, que no gravitó. El experimento duró media hora. Se lesionó y lo reemplazó Aguirre.
Los extremos, por los que tanto apuesta Larriera, no le dieron las variantes que seguramente el técnico pretende. El DT tampoco consideró viable una modificación táctica, quedando sujeto a que los atacantes levanten su juego para el partido crucial por la clasificación a los playoffs, ante Defensa, el martes (Hernán Mastrángelo, el árbitro y Lobo Medina, en el VAR).