Otra vez Angelito. Otra vez Fideo. Otra vez el atorrante de los potreros rosarinos. Otra vez el pibe surgido en la cantera de Central. Otra vez el señor jugador que es Angel Di María apareció en plenitud en un partido decisivo para dibujar un golazo que aportó en la consagración de la selección argentina ante Italia en Wembley. Puso su sello distintivo en 3 a 0 que hasta fue escueto por la supremacía arrolladora del equipo dirigido por Lionel Scaloni.
Parece que el destino, que hace un tiempo le había dado la espalda al notable extremo rosarino, ahora le tiende la mano, hace justicia y le permite a Di María mostrar toda su talla como jugador. Porque se le hizo costumbre hacer goles que quedarán guardados para siempre entre las páginas más gloriosas de la selección argentina .
Tal como había ocurrido hace poco menos de un año, el pasado 10 de julio de 2021, en la final de la Copa América ante Brasil, en el mismísimo Maracaná de Río de Janeiro, ante Brasil, cuando Angel Di María anotó el golazo del triunfo 1 a 0, con una emboquillada notable, la historia ahora se repitió en Wembley.
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En Brasil. Di María y una sutileza para el gol de la victoria en el Maracaná.
Porque Angelito reafirmó la faena del Maracaná y ante Italia se despachó con otro grito de lujo, picando con astucia la pelota por sobre la salida desesperada de Gianluigi Donnarumma para hacer explotar a la multitud argentina que copó el mítico estadio inglés.
Ese 2 a 0 en el epílogo del primer tiempo fue la sentencia del pleito porque después Italia ya no tuvo reacción, se rindió a la supremacía albiceleste y hasta el 3 a 0 final que selló Dybala quedó corto con el baile que Argentina le propinó por momentos a la azzurra.
Pero además del gol, Di María fue imparable toda la noche londinense. Encaró, rotó por todo el frente de ataque, metió diagonales y hasta ejecutó un par de disparos picantes que chocaron con los buenos reflejos del uno italiano.
Sin dudas, la llegada de Scaloni a la selección le devolvió toda la confianza a Angelito, lo reinventó, lo rescató de las críticas despiadadas y lo reposicionó como ese jugador letal en los metros finales de cancha, que en una escapada en velocidad puede armar un gol para que Argentina grite fuerte: ¡campeón!
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Fideo y el trofeo en Wembley, una imagen que recorrió el mundo.
Así, tras varias decepciones en la selección producto de lesiones y finales perdidas, ahora Di María disfruta su mejor momento con la pilcha albiceleste. Y en esta sana revancha futbolística logró lo mejor que le puede pasar a un jugador, que es meterse en la piel del hincha, despertar la admiración de la gente y mediante golazos regarles alegrías deportivas que hacía rato no había por estos lares.
Ahora Di María define su futuro deportivo tras su paso por PSG de Francia. Suena fuerte Juventus de Italia como su próximo paso profesional, pero la historia todavía no está cerrada.
Más allá de todo su próximo gran objetivo será el Mundial de Qatar a fin de año, su última gran cita con la selección. ¿Después será el turno de regresar a Central? Por ahora se acostumbró a hacer goles que valen campeonatos. A disfrutar.