"Seis bebedores en 12 kilómetros y ninguno funciona". Así lo había constatado La Capital un año atrás, cuando relevó que por la costanera, desde Pellegrini hasta La Florida, no existían puntos de hidratación en condiciones. Entre las conexiones clandestinas subterráneas que se "roban" el agua hasta la escasez de canillas públicas, los maratonistas, atletas, ciclistas y concurrentes de calle recreativa han planteado esta demanda al Concejo Municipal. El jueves pasado se aprobó un "estudio de factibilidad" para que la Intendencia analice la posibilidad de instalar estos dispositivos y apagarles la sed a los deportistas y paseantes con la regularización de los puntos de hidratación públicos.
En medio de los parques de la costa asoman unos rectángulos de metal, con un botón en el medio. Se trata de un bebedero que debería arrojar agua para quienes lo presionen y así se puedan hidratar. Sin embargo, los reiterados desperfectos movieron a varios grupos de "running" y de ciclistas a pedir entre las bancas del Palacio Vasallo una gestión para normalizar la situación.
Así lo reflejó la concejala radical pullarista Marisol Bracco en su proyecto que fue aprobado el jueves pasado. "Existe una creciente actividad deportiva y recreativa en Rosario, especialmente en el corredor comprendido sobre avenida Belgrano (entre Pellegrini y la rotonda de calle Rioja). Y el acceso al agua potable es un derecho humano fundamental, esencial para la salud y el bienestar de las personas, reconocido tanto a nivel nacional como internacional", reflexionó la edil.
Entre sus fundamentos, Bracco argumentó que "la instalación de bebederos públicos constituye una infraestructura básica indispensable para garantizar el cuidado de la salud, especialmente durante jornadas de altas temperaturas o recorridos prolongados. Esta zona carece de equipamiento urbano adecuado que permita a las personas acceder libre y gratuitamente al agua potable. Y es transitada diariamente por una gran cantidad de peatones, deportistas y ciudadanos en general, lo que evidencia la necesidad de contar con puntos de hidratación accesibles, seguros y distribuidos de forma estratégica".
El proyecto, breve, pero concreto, le encomienda a la Intendencia que realice un estudio de factibilidad para la instalación de bebederos públicos en puntos estratégicos a lo largo del trayecto aludido con bebederos "que deberán cumplir con los estándares vigentes de calidad y salubridad, garantizando el suministro constante de agua potable y un adecuado mantenimiento".
Más hacia el norte
Otro que se hizo eco de este faltante de bebederos fue el concejal libertario Franco Volpe. "Pedimos bebederos desde Belgrano y Pellegrini hasta La Florida, y lo hicimos porque varias personas que corren maratones nos dijeron muchas veces que no había. Recorrimos esos 12 kilómetros y hay seis bebederos y muchos no funcionan. Es una problemática de hace bastante tiempo y nuestro proyecto es de enero del año pasado", argumentó Volpe a este diario, para calcular: "Se supone que cada 300 metros debería haber uno. Deberían colocarse unos 30 a lo largo de toda la costa, haciendo una estimación más accesible".
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En agosto del año pasado, La Capital se hizo eco de los reclamos de los habituales usuarios de los espacios públicos de la costa. El faltante de bebederos se daba sobre avenida Belgrano, en la zona comprendida entre Pellegrini y el Monumento a la Bandera, la franja de parque Sunchales y otro tramo hasta el Acuario. En concreto, seis bebederos en 12 kilómetros desde el puerto a La Florida.
Pero el panorama relevado tenía otros pormenores. Los postes metálicos con un botón en el medio del rectángulo no funcionaban. Mientras que al presionar no salía agua, a escasos metros se observaban grandes bidones plásticos de 40 litros abastecidos por una manguera que salía de una conexión clandestina. Es decir, se había puenteado la irrigación al bebedero hacia otro lugar.
Y en el recorrido se daba cuenta de problemas para tomar agua en puntos de hidratación pública vandalizados sobre Moreno y el río, frente al Parque Nacional a la Bandera y en inmediaciones del Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC). La postal se repetía en rambla Catalunya, cerca del Acuario y en el parque Urquiza cerca del Planetario.
Todos ellos tenían cerca puestos de lavado de autos en la vía pública con bidones de gran capacidad repletos de agua y donde se montan puestos callejeros de comida.
Promesa
Según la Cátedra del Agua de la UNR deberían existir bebederos cada 200 metros. La entidad académica viene bregando por su oferta al público en bulevares y paseos estratégicos de alta afluencia de público. Algo se avanzó en parques del macrocentro, en zona norte, sur y oeste pero resta mucho por hacer.
Entre las explicaciones se pueden inscribir la marginalidad, el trabajo de trapitos que lavan autos para hacerse de una changa, la vandalización del mobiliario urbano, el escaso mantenimiento y la poca oferta de agua potable para el uso público.
Según consignaban funcionarios, en 2024, el municipio proyectaba extender la red de bebederos junto con los refugios climáticos, ante la ola de calor y las elevadas temperaturas. Aventuraban duplicar la red refugios climáticos e incorporar más bebederos en espacios verdes. Es decir, un incremento de entre un 25 al 30 por ciento de los bebederos.