La recesión impacta sobre las conductas de consumo y los kioscos no son la excepción. Los comerciantes ya empiezan a percibir un cambio de hábito en los clientes, que provoca que hoy la facturación de los locales se sostenga principalmente por las marcas de cigarrillos baratos y alfajores. De este modo, son las golosinas y el tabaco los que sostienen el consumo en un marco económico recesivo donde todos buscan precio.
Obviamente el fenómeno cambia según la disposición en el territorio. Según la consulta a comerciantes, en los kioscos de cercanía de los barrios hay mas productos de almacén y de primera necesidad, y en los que son de zonas más céntricas aparecen más los alfajores, los cigarrillos, los chocolates baratos, chicles y caramelos como principales productos de salida del consumo en ese segmento, junto a los históricos gaseosas y cervezas, que hoy están en temporada baja por el frío. Por el contrario, en invierno sube la salida de cafetería.
"La gente se está volcando a las líneas económicas de cigarrillos de las dos grandes distribuidoras, y pide cosas sueltas; por eso los kioscos empezaron a traer facturas y bizcochos. De lo industrial y empaquetado va a lo artesanal que es más barato. En los barrios se nota más severamente. En el microcentro y el macrocentro la problemática es la carencia de gente circulando, porque al estar todo digitalizado cada vez hay menos razones para ir a hacer trámites", contó Marcos Difilippo, presidente de la Cámara de Kiosqueros de Rosario.
Gerardo Cima, presidente de la Asociación de Distribuidores de Golosinas, Galletitas y Afines (Adgya), una cámara nacional de mayoristas y distribuidores, aportó por su parte: "Las golosinas son, por excelencia, productos de compra por impulso y de bajo valor unitario. Esto significa que, incluso cuando la gente restringe sus gastos en grandes compras, es más probable que se permita un «gustito» pequeño. Este flujo constante es de vital importancia para el volumen de ventas", explicó.
En esa línea, dijo que la facturación de los kioscos "se sostiene principalmente por la venta de productos de consumo inmediato y de bajo costo relativo, así como aquellos que cumplen una función «salvadora» en el día a día del consumidor. Por ejemplo alfajores, bebidas, golosinas (caramelos, chupetines, chicles, chocolates más económicos), snacks y galletitas".
>>Leer más: La Afip fue a los kioscos y encontró cigarrillos con un 200 % por encima de los precios regulados
Crisis de consumo
Para ambos dirigentes, la falta de poder adquisitivo es una causa principal. "El rubro de golosinas y alimentos en Argentina se mueve en un delicado equilibrio entre la necesidad de contención de costos y la adaptación a un consumidor con menor poder adquisitivo, pero con creciente demanda de valor. En cuanto a los puntos de venta, se percibe un reacomodamiento de canales. Los supermercados han intentado recuperar precios, pero con una baja en volumen. Los almacenes y autoservicios han ganado terreno. En cambio, algunos kioscos han experimentado una caída en su negocio", expresó Cima.
Difilippo detalló, en coincidencia: "Los clientes tienen menos plata en el bolsillo, es una realidad. Restringen el consumo por la malaria que hay. La recesión severa que está pasando el rubro, para mí es la peor en los últimos 30 años". Según el kiosquero, el cigarrillo es la base de las ventas. Tanto en su formato industrial, en atados, como las bolsas de tabaco para armar, filtros y papeles, porque "el cliente puede recortar lo que gasta, pero no deja el vicio".
Los demás productos, en tanto, van saliendo a poco. "Las golosinas, para que se vendan bien, tenés que estar cerca de un colegio, un club, lugares donde hay chicos. Y dentro de ese rubro, lo que más se vende es el alfajor", relató. Al mismo tiempo, depende de la zona donde esté el kiosco, puede ser fuerte en los productos de primera necesidad que se compran todos los días y pueden sacar del paso a algún vecino: artículos de almacén como un puré de tomate o fideos, yerba, papel higiénico o pan.
Según Cima, "los puntos de venta tradicionales deben innovar para atraer y retener a sus clientes", porque "el actual contexto desafiante que experimenta el país generó un cambio estructural en la mente del consumidor. Esta transformación tiene implicaciones directas y profundas en nuestro sector. El consumidor actualmente prioriza los precios. El argentino se ha convertido en un experto en buscar promociones, descuentos y opciones más económicas", aportó.
>>Leer más: Negocio dulce: las golosinas extranjeras suman terreno en los kioscos
Clientes prudentes
Las cifras oficiales muestran que Rosario refleja la tendencia nacional de un mercado de alimentos y golosinas que busca recuperar volumen después de un 2024 de fuerte contracción, pero que se enfrenta a un consumidor prudente y sensible al precio, con un peso importante de la inflación en los alimentos esenciales.
"Podemos afirmar que los números del primer semestre de 2025, si bien muestran una mejora acumulada en las ventas minoristas, también evidencian una desaceleración más reciente. Para el primer semestre de 2025, la tendencia general en las ventas minoristas pyme en la ciudad, según la Asociación Empresaria de Rosario (AER), muestra una mejora acumulada del 9,1% interanual. Esto sugiere que, comparado con un 2024 muy bajo, hay una ligera recuperación", dijo el titular de Adgya.
En este marco, las bebidas se venden en kioscos sólo del 1 al 15 del mes: "Pero no estamos en época. Vendemos cuando hace calor y la gente está en la calle con 40 grados, entonces se toma un agua, un jugo o una gaseosa. O podés vender una cerveza a la tarde y noche. Se sigue vendiendo pero no como antes, ha bajado considerablemente. Además, olvidate de vender un Fernet o bebidas caras que están en promoción en los supermercados, descuentos que nosotros no tenemos", reafirmó el presidente de la Cámara de Kioscos de Rosario.
Para Cima, el consumidor "se ha vuelto más flexible y estratégico en sus compras. Explora y utiliza una variedad de canales, desde el mayorista para grandes compras planificadas, hasta el almacén de barrio o el kiosco para reposiciones rápidas o «antojos» puntuales. La omnicanalidad ya es una práctica cotidiana del consumidor que busca conveniencia y optimización de precios en cada tipo de compra".
>>Leer más: Kiosqueros van contra las cadenas por violación a la ley de grandes superficies
Competencia y adaptación
En tanto, Difilippo comentó que existe competencia que les dificulta el trabajo: en primer lugar, la problemática de las cadenas como Multishop. "El mismo grupo tiene 42 negocios con dos nombres distintos. Hemos denunciado ante el Ministerio de Producción provincial que viola la ley de grandes superficies, y todavía aguardamos la respuesta. Además, nos perjudican los supermercados y las grandes farmacias que venden los mismos productos que nosotros pero mucho más barato, porque ellos compran a un precio menor a los proveedores", resaltó.
En tal sentido, Cima sostuvo: "En este nuevo escenario, las empresas que logren entender profundamente este cambio de paradigma, adaptando sus ofertas, canales y estrategias de comunicación, no simplemente sobrevivirán, sino que también podrán prosperar en el desafiante y cambiante mercado argentino de alimentos y golosinas".
Una de estas iniciativas fue el Mes de la Dulzura, ideado por Adgya como expansión de la histórica Semana de la Dulzura: "Posibilitamos a las industrias y comercios un mes para generar y ofrecer promociones, lo que se traduce en un incremento sostenido de las ventas de golosinas. Esto es especialmente relevante en un contexto económico desafiante, donde toda oportunidad de alentar al consumo es muy valorada", cerró el presidente de la entidad.
>>Leer más: Comercio: el consumo se desinfla después del día 20 del mes