Actuar a tiempo ante un accidente cerebrovascular (ACV) es fundamental para salvar la vida de una persona afectada y mejorar las posibilidades de recuperación. Unos 40.000 argentinos mueren al año por esta causa y es la primera razón de discapacidad neurológica. El tema está en el centro de la agenda de los medios por la crítica situación que atraviesa Alejandra Locomotora Oliveras, internada en Santa Fe por un episodio isquémico.
En Santa Fe, también sufrieron un ACV en los últimos meses los santafesinos Cacho Deicas, que aun se encuentra en recuperación, y Omar Palma, el ídolo canalla, quien falleció por un ACV hemorrágico.
Qué tenes que saber sobre un ACV
Estas son las clave de la prevención y las acciones que pueden ayudar a actuar con rapidez ante la aparición de secuelas y evitar un desenlace fatal.
1) Cada minuto que pasa luego del ACV se pierden casi dos millones de neuronas en el cerebro. El ACV o ataque cerebral representa una emergencia médica ya que puede generar daños neurológicos severos y discapacidad de por vida si no se trata de inmediato.
2) La asistencia en un centro especializado que cuente con un protocolo "estricto y eficaz" es fundamental para minimizar las posibles secuelas. Es importante conocer previamente en el lugar en el que cada uno vive cuáles son las instituciones que están especialmente preparadas para dar respuesta en casos de ataque cerebral.
3) Los síntomas no son iguales en todos los pacientes. Algunas personas tendrán señales muy marcadas y visibles como dificultad para hablar, dolor repentino de cabeza (fuerte), imposibilidad de caminar con normalidad, pérdida del equilibrio, debilidad manifiesta en los miembros inferiores o superiores o una parte del rostro. Pero hay otros signos leves como cierta dificultad al hablar (casi imperceptible para la persona que lo sufre, tal vez se dan cuenta otros) y que puede ser transitoria; falta de sensibilidad mínima en el rostro o en los brazos. Ante la duda es fundamental consultar al médico en forma inmediata. Es mejor "exagerar" que dejar pasar síntomas.
4) En el 90% de los casos, se puede actuar sobre las causas de los ACV. Esto quiere decir que están relacionados con hábitos de vida no saludables como fumar, tener una vida sedentaria, tener obesidad o sobrepeso, colesterol elevado y presión arterial alta entre los factores de riesgo más relevantes.
5) La diferencia entre ACV isquémicos y hemorrágicos. En el caso de los ACV hemorrágicos suelen producirse por aneurismas que son muy difíciles de detectar y tienen más que ver con cuestiones genéticas (aunque no siempre). El ACV isquémico es más común en personas de más de 60 años, aunque cualquiera de los dos tipos de ACV puede presentarse en cualquier etapa de la vida, incluso en niños. Las causas del ACV isquémico pueden ser genéticas, hereditarias y/o por malos hábitos adquiridos como tabaquismo, consumo de alcohol y otras drogas. El colesterol elevado y la hipertensión también predisponen a tener un episodio.
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"Episodios extraños"
Los médicos comentan que incluso hay personas que sufrieron un accidente cerebrovascular con síntomas tan leves que no saben que lo padecieron. Es muy importante conocer esto ya que un segundo ACV puede ser fatal.
Puede ocurrir, y sucede bastante frecuencia, que un paciente vaya a una consulta por otro motivo y relate que tuvo algún "episodio extraño" vinculado con el habla, la parte motora, un dolor de cabeza muy inusual, y que eso le pasó hace semanas o tal vez meses. El correcto interrogatorio del médico permite valorar qué pudo haber pasado. En ocasiones el profesional habla con familiares cercanos para que relaten si vio algo les llamó la atención en la otra persona, como comportamientos no habituales o señales en el habla o la caminata. Eso permite iniciar estudios que confirmen si la persona tuvo o no un ACV.