La producción industrial de Santa Fe cayó en mayo 1,8% respecto del mismo mes del año anterior, cuando había mostrado un derrumbe de 9,5%. Esta baja base de comparación también permitió acumular un 7,6% de aumento interanual en el nivel de actividad. El ritmo de trabajo del sector fabril sigue 13,3% por debajo de 2022. Así lo indicó el último informe de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), que también subraya la caída de las exportaciones y el aumento de las importaciones.
El indicador desestacionalizado de actividad industrial de Santa Fe mostró una suba de 4,6% en mayo. Muebles y colchones y maquinaria agropecuaria fueron las dos actividades de mayor contribución positiva en la variación interanual del índice de producción industrial de Fisfe. En el otro extremo, vehículos automotores, molienda de oleaginosas, productos de metal y servicios de trabajo de metales y productos metálicos de uso estructural mostraron la mayor incidencia negativa.
Rama por rama
Las ramas que presentaron subas interanuales fueron muebles y colchones (61,4%), carrocerías-remolques (35%), edición e impresión (16,8%), manufacturas de plástico (16,3%), maquinaria agropecuaria (13,6%), autopartes (10,1%), papel y productos papel (8,5%), fiambres y embutidos (7%), productos lácteos (6,3%), carne vacuna (4,1%), maquinaria de uso general (3,7%), maquinaria de uso especial (0,8%) y prendas de vestir (0,1%). En cambio, cayeron ña industria siderúrgica (-0,5%), molienda de oleaginosas (-3,1%), molienda de cereales (-5%), productos de metal y servicios de trabajo metales (-13,5%), productos metálicos para uso estructural (-17,6%) y vehículos automotores (-40,6%).
El 57% del total de ramas industriales analizadas en Santa Fe presentó subas interanuales. El resto fue afectado por "la debilitada demanda interna, la caída de las exportaciones y las crecientes importaciones, como los principales factores que desalientan la actividad industrial".
Desequilibrio externo
El volumen de las exportaciones argentinas de manufacturas de origen agropecuario (MOA) e industrial (MOI) disminuyó 11,3% y 20% interanual respectivamente en mayo. Contrariamente, las importaciones crecieron 39,4%. Se manifiesta así la disparidad de condiciones existentes para la producción respecto de las importaciones, el deterioro de la competitividad y la creciente cobertura de la demanda interna por producción y trabajo extranjero.
Las exportaciones industriales (MOA+MOI) alcanzaron en mayo a u$s 997 millones, siendo para ese mes el menor valor de los cinco últimos años. En cinco meses sobresalen por ejemplo los retrocesos enfrentados en harina de soja, carne bovina, leche, biodiesel, autopartes y maquinaria agrícola. La dinámica reciente de la demanda externa de productos manufacturados se erige como otro factor que desalienta la actividad industrial en Santa Fe.
La industrialización de porotos de soja registró una baja de 3,1%, la balanza comercial de los principales productos derivados del complejo sojero alcanzó u$s 1.477 millones, un 31,7% menos que el año anterior. Y la elaboración de biocombustibles bajó 55,9% interanual en mayo. Las exportaciones con origen en Santa Fe de biodiesel de soja enfrentan en 2025 un fuerte descenso, traccionada a la baja la actividad productiva sectorial.
“El perfil exportador de nuestra provincia explica el mayor deterioro productivo respecto al de otras provincias, e incluso al manifestado en el plano nacional”, señalaron en Fisfe.
La actividad siderúrgica presentó en mayo de 2025 una baja de 0,5% interanual, pese al bajo nivel de comparación anual. La producción acumulada de acero en cinco se incrementó un 15,6% anual, y un 32,8% en el caso de productos laminados, revelando así solo una modesta recuperación frente a 2024. El actual nivel actividad se ubica un 38% por debajo respecto de los registros de 2021. El informe destaca que “el polo siderometalúrgico santafesino se encuentra sensiblemente afectado por la menor demanda de acero tras la suspensión de la obra pública nacional desde finales de 2023”.
La producción de la industria metalúrgica en Santa Fe presentó en mayo de 2025 una recuperación parcial de 9,4% interanual, en un contexto de bajo nivel de comparación, ya que en mayo de 2024 la actividad sectorial había disminuido un 22,4%. El actual nivel de producción metalúrgica se posiciona 21,9% por debajo del registro de 2022. Al interior del complejo metalúrgico en mayo de 2025 se observó los siguientes resultados: fundición (6%), productos metálicos p/uso estructural (-17,6%), productos de metal y servicios de trabajo de metales (-13,5%), maquinaria de uso general (3,7%), maquinaria agropecuaria (13,6%), maquinaria de uso especial (0,8%), aparatos de uso doméstico (14,4%), equipos y aparatos eléctricos (-7,0%), carrocerías y remolques (35%), autopartes (10,1%), y motocicletas (112,1%). El 40% de las ramas metalúrgicas analizadas mostró menor actividad frente al mismo mes de 2024.
El empleo en baja
A escala federal, el total de personas con empleo asalariado registrado del sector privado en la industria manufacturera presentó en abril de 2025 una nueva caída de 1,4% interanual, equivalente a 16 mil personas con empleo registrado menos respecto al mismo mes del año anterior. Según las estadísticas oficiales aportadas por los registros administrativos de Sistema Integrado Previsional Argentino, esta caída interanual se verifica desde marzo de 2024 y hasta el presente. El empleo se contrae reiteradamente en la mayoría de los sectores de la industria argentina, siendo “textiles, confecciones, cuero y calzado”; “metalmecánica” y “automotores y neumáticos” los más afectados desde entonces.
El consumo de energía eléctrica de un grupo relevante de grandes usuarios industriales con actividad en la provincia de Santa Fe registró una disminución de 7,5% interanual en mayo. Y en cinco meses de 2025 la demanda de este principal insumo industrial se ubicó en torno al nivel alcanzado durante la pandemia.
La economía nacional
Estos datos contribuyen a analiza cómo algunos números positivos conviven con una realidad dramática. Según el informe del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, a pesar de que la economía muestra señales de recuperación desde hace cuatro meses consecutivos, el repunte aún no alcanza para revertir el impacto de la profunda contracción sufrida durante los primeros 13 meses del gobierno de Milei. En ese período inicial, la actividad industrial y la construcción cayeron cerca de un 11% en total, mientras que el comercio apenas logró una recuperación de 1,32% en términos acumulados.
Según este estudio, el retroceso económico tocó su punto más crítico en marzo de 2024, con una contracción de más del 8%. Recién en abril de 2025 se registró un crecimiento interanual significativo de 7,7%, impulsado por subas en sectores clave como la industria (7,58%), la construcción (17,5%) y el comercio (15,6%). Sin embargo, estos crecimientos responden más al efecto rebote tras la caída inicial provocada por las políticas de ajuste, que a una expansión sólida y sostenida: en abril de 2024, esos mismos sectores habían caído de manera interanual en torno al 15% en la industria y el comercio, y casi 25% en la construcción.
“En síntesis, los últimos indicios de mejora no alcanzan para neutralizar la fuerte contracción acumulada desde el inicio de la gestión Milei. La industria sigue mostrando pérdidas significativas, la demanda mayorista profundiza su desplome y el consumo familiar se sostiene, en parte, a costa de un creciente endeudamiento con tarjetas de crédito. Este combo revela una recuperación frágil, apoyada en la posible liquidación de stocks y en uso del endeudamiento de los hogares para la financiación del gasto básico, más que en una recomposición genuina del poder adquisitivo o de la inversión productiva. De persistir esta dinámica, el riesgo sería un estancamiento prolongado con mayor presión social, ya que ni la reactivación industrial ni la demanda interna exhiben aún señales sólidas de mejora sostenida”, señaló.