La reciente medida del presidente Javier Milei, que anunció una rebaja en las retenciones a determinados productos agrícolas, generó un alivio en el mercado granario. Dante Romano, profesor investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, explicó que aunque aún la medida no se publicó en el Boletín Oficial, desde el anuncio los mercados de granos experimentaron subas significativas. El efecto buscado por los productores se concretó.
En el caso de la soja, se observaron mejoras de entre 8 y 10 dólares por tonelada, dependiendo de la posición, mientras que el maíz mejoró alrededor de 5 dólares. Esta reacción fue un respiro no solo para los productores sino también para los compradores y la industria, que habían visto una ralentización drástica de los negocios tras el 30 de junio, cuando las alícuotas de derechos de exportación de soja y maíz que regían desde principios de 2025 volvieron a subir.
Romano explicó que, antes del anuncio, se había generado un “raid vendedor” con negocios anticipados de hasta dos meses de venta para capturar los niveles más bajos de retenciones. Esto llevó a jornadas con volúmenes de venta de soja de casi 600.000 toneladas, frente a una normal de 150.000 o 200.000 diarias. Sin embargo, después los negocios cayeron a menos de 100.000 toneladas diarias, generando temor en la industria de que los productores no vendieran más si no había una nueva baja. Con el anuncio del sábado, los negocios volvieron a niveles más normales, con operaciones por 150.000 toneladas.
El impacto en el mercado
“La industria se estaba comiendo esas compras adicionales que había hecho y empezaba a correr el temor de que el productor no vendiera más pero finalmente tuvimos el anuncio oficial y los negocios se empezaron a dinamizar”, señaló.
El especialista en mercados granarios resaltó que aún falta que el anuncio se plasme con la publicación en el Boletín Oficial. Tras dos días hábiles, el gobierno no lo concretó: “Todavía quedan algunas dudas puntuales, como por ejemplo, si para estos negocios los compradores van a tener 15 días para ingresar las divisas cuando hagan declaración de venta al exterior", dijo. Mientras se cocina esa letra chica, el mercado experimentó su primera reacción.
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El presidente Javier Milei anunció una rebaja permanente de retenciones al campo.
Foto: AP
Los valores del mercado
Si bien matemáticamente la soja debía subir 25 dólares a partir de la baja de retenciones, al considerar la variación en la alícuota y el precio de exportación, el incremento fue menor en la realidad, debido a que el mercado ya había "descontado" parte de la medida. Es que los rumores de cambio comenzaron a circular el lunes anterior al anuncio, lo cual llevó a operadores a ofrecer precios más altos. Así, a pesar de una baja en Chicago, los precios locales subieron. La soja disponible, que estaba en la zona de los 271-272 dólares, subió a 285, mientras que la posición noviembre, que no había caído tanto previamente, se movió de 280 a 290. Romano consideró que los valores actuales son “bastante razonables” para la época del año y el margen de la industria.
"Después del aumento de los derechos de exportación, llegamos a ver un mercado de 250 dólares, entonces el producto postergó todas las decisiones de inversión y pateó hacia adelante cualquier necesidad puntual", explicó el analista.
Si bien al 30 de junio se habían anticipado ventas por casi dos meses, los compradores ya estaban utilizando ese “stock de seguridad”. De no mediar la medida oficial, "íbamos a tener problemas", dijo Romano.
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Entre las retenciones y las liquidaciones
En este escenario, las liquidaciones del segundo semestre, que es una temporada baja de ventas), serían "a cuentagotas" o se postergarían muchísimo. Se estima que en la primera parte del año, entre maíz y soja, se liquidaron aproximadamente 12.000 millones de dólares. Para lo que resta del año, se proyecta que un potencial de liquidación de entre 8.000 y 10.000 millones de dólares adicionales.
El gobierno busca asegurar este flujo para llegar con mayor holgura financiera hasta las elecciones. Romano afirmó que lo que el sector vende habitualmente en el segundo semestre ingresará, aunque recordó que la mayor estacionalidad de ingresos se concentra entre marzo y junio.
No obstante, desde el punto de vista de las necesidades del gobierno, las exportaciones de energía, la dinamización de la minería y las liquidaciones del agro, deberían generar una segunda parte del año “tranquila” desde el punto de vista de la oferta de divisas. Sin embargo, el especialista advirtió sobre ela influencia de los “ruidos políticos” y las elecciones legislativas en la cotización del tipo de cambio.
"Estimamos que en la primer parte del año se liquidaron unos 12.000 millones de dólares entre maíz y soja", precisó. Y consideró que, en un escenario normal, la liquidación de acá a fin de ño será de otros 8.000 a 10.000 millones. Pero si no bajaban los derechos de exportación, ese flujo " iba a entrar muy a cuentagotas".
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Rentabilidad del productor
La baja de retenciones contribuye a que la cosecha 2024-25, que se está comercializando ahora, arroje un "resultado muy razonable" para los productores. La campaña 2025/26, que comenzará en pocos meses, enfrenta un incremento de costos. Sin embargo, los valores de 290 dólares por tonelada que se alinean con retenciones del 26,5%, vuelven los números positivos, aunque no sea una gran rentabilidad . Por eso, es muy probable que en este ciclo se vea más área de maíz y un poco menos de soja.
“No es tan santa la rentabilidad, pero por lo menos está en números positivos. Y después habrá que ver la volatilidad habitual que tienen estos mercados, en los que gravita mucho la situación internacional”, agregó.
Finalmente, el analista abordó los problemas financieros que enfrentan muchas empresas del sector agropecuario, destacando que no se trata de los productores en general, salvo excepciones puntuales por sequía en el noreste argentino que vienen de dos campañas malas. Consideró que las dificultades se concentran principalmente en empresas que venden insumos al agro - y algunas metalúrgicas. Explicó que estas empresas se habían sobre-stockeado con precios altos debido a dificultades financieras y para conseguir dólares. Luego, las malas campañas, la menor demanda de los productores y una caída en los precios internacionales de los insumos, las dejaron con “compras caras”, generando un arrastre de complicaciones.
“Del lado de los productores la situación está bastante mejor. No estamos viendo productores con situaciones tan graves, con la excepción de aquellos del noreste de Argentina que sufrieron una sequía calamitosa y ya venían de una campaña previa complicada por el clima y la chicharrita", señaló Romano.