Hoy se celebra en Argentina el Día del Arquitecto en conmemoración de la creación de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en 1949. Se trata de una fecha establecida por la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA), que invita a repensar el rol de la arquitectura en un mundo atravesado por profundas transformaciones sociales, ambientales y tecnológicas. Desde el Colegio de Arquitectura y Urbanismo Distrito 2 Rosario llamaron a reflexionar sobre los desafíos que enfrenta hoy la profesión, en un contexto donde surge la necesidad de una planificación territorial integral, el compromiso con el cuidado ambiental, el valor de la ética en el ejercicio profesional y el lugar del arquitecto en la obra pública y privada.
El arquitecto y presidente del Colegio, Ariel Giménez, dialogó con La Capital sobre estos y otros desafíos que enfrenta el ejercicio profesional en la actualidad, a la vez que felicitó a los más de 5.000 arquitectos matriculados en Rosario. “Pasan los años y es una carrera que sigue generando expectativas. Solo en la ciudad tenemos entre 150 y 200 arquitectos que se egresan de la UNR por año, y la matrícula actual del Colegio marca que hay más de 5.000 personas matriculadas, y unas 3.500 habilitadas que ejercen la actividad en distintos ámbitos de la arquitectura”, sostuvo el directivo.
Para Giménez, la arquitectura comenzó a centrarse más en el humanismo y el diseño, y hoy enfrenta nuevos desafíos vinculados al cambio climático y la preservación del ambiente. Ya no se trata solo de aspectos estéticos; según consideró, una buena obra debe reducir la huella de carbono y contribuir a la transformación ambiental. “Todas las obras arquitectónicas tienen la obligación de contemplar tanto el hábitat natural de las personas como el entorno donde se construyen, incluyendo el manejo de los residuos que generan. La arquitectura debe participar de la reconfiguración de nuestras ciudades”, aseguró el referente del Colegio.
Arquitectura eficiente y sustentable
En un escenario donde el cuidado ambiental toma cada vez más relevancia, Giménez hizo hincapié en la importancia de que esta problemática entre de forma activa en la agenda profesional, ya que Argentina viene atrasada en esta discusión en comparación con otros países de la región y de Europa. Mientras que en las facultades y en el ejercicio de la profesión el foco está en desarrollar proyectos con criterios técnicos sólidos (distribución de cargas, eficiencia térmica, habitabilidad), el arquitecto llamó a incorporar en la currícula el enfoque ambiental.
“La preservación del medioambiente, el cuidado del arbolado público, el manejo responsable de residuos y la necesidad de un transporte público sustentable son temas urgentes. En el país todavía estamos en una etapa incipiente en estos temas, pero hay esperanza y hay camino por recorrer. La calidad arquitectónica depende tanto del diseño como de las normativas. Hay muy buenos diseñadores, y las construcciones suelen ser sólidas, pero todavía estamos lejos en términos de eficiencia energética y reducción de la huella de carbono”, sostuvo Giménez y subrayó la importancia de que estas exigencias figuren en la Constitución y en las normativas municipales.
Otro punto al que hizo mención es el escaso rol que hoy tienen los gobiernos, en todos sus niveles: nacional, provincial y municipal, tanto en la propuesta como en la ejecución de obras, quedando este ámbito mayormente relegado a las empresas del sector privado. “La obra pública está muy limitada, sobre todo en términos de sanidad, con edificios sin terminar. Esto nos obliga a reflexionar: hay muchas asignaturas pendientes en este ámbito. Por ejemplo, el manejo hidráulico en un territorio como el nuestro, con escasa pendiente, presenta serias falencias. También hay arroyos y canales que desembocan en el Paraná completamente contaminados”, consideró el especialista.
Normativas y calidad constructiva
Un tema del que se habla mucho a nivel de gestión municipal y que compete al ejercicio de la arquitectura es el del ordenamiento territorial y ambiental. En este sentido, Giménez expresó que es necesario que estos ítems estén expresamente contemplados en la Constitución. Hoy, estas decisiones dependen de los municipios y comunas, que tienen autonomía para hacer sus desarrollos urbanísticos, pero hay aspectos que corresponden a la provincia o la Nación, y es ahí donde falla la planificación.
“El ordenamiento territorial y el cuidado ambiental son los temas centrales del Día de la Arquitectura. Necesitamos un criterio común y coordinado. Lo más importante, desde mi punto de vista, es cuidar el planeta y ejercer la profesión con ética. En el discurso público se habla de sustentabilidad y eficiencia energética como conceptos de marketing, pero si no entendemos que compartimos este planeta con otros seres y que debemos preservarlo, no hay avance posible”, expresó el arquitecto, que egresó de la carrera en 1982 y trabajó en diversos proyectos de su autoría, tanto en el país como en el exterior, en ciudades como Barcelona.
arquitecto1.jpg
El presidente del Colegio de Arquitectura y Urbanismo Distrito 2 Rosario, Ariel Giménez.
Al momento de reflexionar sobre las normativas vigentes que rigen la actividad y sus alcances, sostuvo que otro problema en el que hay que hacer foco es que las regulaciones varían entre provincias, y eso complica el ejercicio profesional. Por ejemplo, si un profesional se recibe en Rosario puede trabajar en toda la provincia, pero si esa persona quiere ejercer en la Ciudad de Buenos Aires, Monte Caseros o Corrientes, los requisitos varían, y hay ocasiones donde, según Giménez, te piden revalidar el título o realizar trámites que complejizan el traslado de una jurisdicción a otra.
El Colegio y la formación
El Colegio como institución fue cambiando a lo largo de los años y, mientras antes su nombre era Colegio de Arquitectos, hoy se llama Colegio de Arquitectura y Urbanismo, con una mirada más inclusiva en términos de género. Actualmente, el Distrito 2 (Rosario y su área metropolitana) es central en la provincia por la cantidad de matriculados que se registran en su circunscripción y el número de estudiantes que asisten a la universidad para formarse y egresar como profesionales.
Para Giménez, es fundamental en esta fecha poner en valor el lugar de los arquitectos y arquitectas en la sociedad y en el desarrollo urbanístico de las ciudades: “Debemos reflexionar sobre eso porque a menudo, el trabajo profesional está infravalorado. Muchos desarrolladores contratan equipos técnicos y luego buscan cómo legalizar el proyecto. Eso implica una falta de respeto y de valoración hacia la firma del arquitecto. Si queremos mejorar como sociedad, necesitamos recuperar el respeto por la ética y la estética”.
A su vez, remarcó que en la actualidad muchos arquitectos argentinos están siendo exportados profesionalmente, porque, si bien el país cuenta con escuelas de formación muy sólidas, no siempre tiene la capacidad para absorber a todos los profesionales que forma. Este es un asunto que preocupa al Colegio al momento de analizar las discusiones en las que debe posicionarse y hacia dónde debe destinar recursos para preservar la profesión y a quienes deciden ejercerla. También incluyó dentro de esta situación al avance de herramientas tecnológicas como aquellas que se basan en la inteligencia artificial.
“Hay gran cantidad de formación de posgrado y muchos profesionales altamente capacitados para trabajar en el Estado o en estudios privados. Pero, además, hay nuevas herramientas y escenarios: la inteligencia artificial y los sistemas informáticos están transformando la profesión. Mientras antes se necesitaban 20 dibujantes, hoy el factor humano está disminuyendo notablemente en algunas áreas. Creo profundamente en la formación que recibimos, pero también en la necesidad de transformarnos y de cuidar nuestras ciudades y nuestro planeta en ese proceso”, aseguró Giménez.