El gobierno del Reino Unido desclasificó ayer más de 3.500 documentos internos en los cuales se devela la estrategia militar durante la guerra por las islas Malvinas de la entonces primera ministra Margaret Thatcher, quien se refirió a esa etapa como la peor en su vida.
En esos documentos se establece que Thatcher no pensó ni por un momento que "esa estúpida invasión" (según sus palabras) podía ocurrir, los temores sobre la posibilidad de no poder ganar la guerra, de que España replicara la acción argentina por el peñón de Gibraltar, la gran tensión con Francia por la provisión de armamento a la Argentina, los planes para boicotear la participación argentina en el Mundial de Fútbol de ese año y el pedido de ayuda a Estados Unidos (que le dio un amplio apoyo en varios frentes).
También se devela la intención de mandar un cable a Leopoldo Galtieri pidiendo que abandone las islas apenas fueron ocupadas por las fuerzas argentinas, comunicación que al fin no se efectuó, y cómo el entonces presidente Ronald Reagan trató de que la ex Dama de Hierro lograra un acuerdo con Argentina pocos días antes de la rendición de ésta.
También figura que el ataque al crucero ARA General Belgrano se determinó durante un almuerzo en el que se discutió hasta dónde se "flexibilizaba" la línea de exclusión en el teatro de guerra del Atlántico Sur.
"Tigre de papel". Era marzo de 1982, estaba por estallar la guerra luego que Argentina desplegara fuerzas en la isla Georgia del Sur en medio de los rumores de una posible invasión de las Malvinas. Thatcher sabía que podía hacer poco de inmediato para establecer un firme control en las disputadas islas y temía que su país fuera visto como un tigre de papel sin capacidad para defender su disminuido imperio.
Se le manifestó que tal vez Gran Bretaña no podría recuperar las islas aun si ella tomaba la decisión riesgosa de enviar una fuerza naval importante al Atlántico Sur. "Podrán imaginar que eso se convirtió en un cuchillo en mi corazón", dijo Thatcher ante una comisión investigadora en el testimonio que rindió después del conflicto y el cual se mantuvo en secreto hasta ayer, cuando lo dio a conocer la institución Archivos Nacionales, 30 años después de los acontecimientos de los que presenta una crónica.
"Nadie podía decirme si teníamos capacidad para recuperar las Falklands (como llaman los británicos a las Malvinas), nadie", expresó Thatcher ante la comisión investigadora. "No sabíamos, no lo sabíamos", apuntó.
La actuación de Thatcher en torno a la crisis de las Falklands es recordada como una de las pruebas cruciales de su liderazgo político.
La ex primera ministra, hoy de 87 años, ha estado hospitalizada desde que le extirparon antes de la Navidad un tumor en la vesícula biliar. Se ha mantenido fuera de la vista pública en los últimos años debido a un agravamiento de sus problemas de salud.
Argentina invadió el 2 de abril las Malvinas y tres días más tarde Thatcher despachó una fuerza naval después de que Naciones Unidas condenara el proceder del país sudamericano.
Gran Bretaña logró la victoria a mediados de junio. En el conflicto perdieron la vida 649 soldados argentinos, 225 soldados británicos y tres isleños adultos mayores.
Thatcher persistió en la audaz operación a pesar del peligro de que el refuerzo militar argentino pudiera obligar al regreso de la fuerza naval, circunstancia que si hubiera ocurrido —dijo— "habría supuesto la humillación más grande infligida a Gran Bretaña".
Thatcher reconoció ante la comisión que fue incorrecto su análisis político al creer que la junta militar argentina no lanzaría una invasión, ya que ésta avanzaba en las Naciones Unidas en la búsqueda de apoyo diplomático a favor de su reclamo sobre las disputadas islas.
Pensó que la junta no arriesgaría el apoyo que había logrado con una acción militar unilateral. "Jamás, jamás, esperé que los argentinos invadieran directamente las Malvinas", dijo Thatcher ante la comisión, que entre otros puntos, investigaba si el gobierno debió haber estado mejor preparado.
"(Una invasión) era una acción tan estúpida, como marchaban los acontecimientos, una acción estúpida incluso de pensar. Les estaba yendo bien", apuntó.