"En invierno siempre subo cuatro o cinco kilos"; "El plan del finde es sentarme a ver pelis con un par de chocolates a mano", "Me la paso haciendo guisitos con mucho chorizo y panceta". ¿Es verdad que cuando hace mucho frío el cuerpo "pide" determinadas comidas? ¿Cómo lograr atravesar lo más duro de la temporada sin subir esos kilos que luego cuesta tanto bajar y complican la salud? ¿Qué tipo de alimentos se sugieren?
Los nutricionistas no tienen dudas: en invierno, muchos pacientes que están en tratamiento para bajar de peso se desmotivan, y al estar más cubiertos de ropa, el aumento de peso "se disimula" más que en verano. Después sobreviene la frustración y hay que "empezar de nuevo".
El consumo excesivo de hidratos, gasas y azúcares también puede afectar a personas que no tienen dificultades con el peso pero en invierno lidian con kilos de más, producto del sedentarismo e ingesta de grandes cantidades de alimentos.
En realidad, aseguran los profesionales, las ganas de comer con más calorías o determinados alimentos está dada mucho más por el incentivo de las publicidades y la exhibición de productos ricos en grasas y azúcares en quioscos y en supermercado que por una necesidad del cuerpo. “La mayoría de las veces comemos de más por proximidad o presencia, porque no hay una necesidad real de comer más cuando hace frío. El metabolismo es el mismo en invierno que en verano”, enfatizan.
No es la cantidad, sino la calidad y las preparaciones lo que hay que tener en cuenta para mantener un peso saludable. Una de las primeras recomendaciones es: elegir comidas más calientes para mantener nuestra temperatura corporal en forma adecuada, y esto no quiere decir más cantidad ni más calorías.
Condimentar con especias más que son sal es un tip muy recomendable que ayuda a mejorar los sabores sin sumar riesgos para la salud. El consumo de agua natural (no fría) es otra clave.
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Qué comer
Estas son algunas de las opciones invernales que proponen licenciados en Nutrición, siempre sumando todos los grupos de alimentos. Los almuerzos y cenas deben sumar, como postre, frutas de estación que protegen de resfríos y gripes.
Desayunos y meriendas
Infusión con tres o cuatro galletitas integrales o dos tostadas de pan integral con queso untable y granola
Infusión con dos huevos revueltos y tiritas de jamón cocido
Infusión con tortilla de avena con media banana cortada y una cucharadita de miel
Almuerzos
Pollo al horno con vegetales cocidos y una fruta de temporada
Wok de arroz yamaní o arroz integral con berenjena, zanahorias y calabazas más trozos de carne, y fruta de temporada
Carne al horno con vegetales asados (zanahorias, batatas, cebolla, pimientos) y ensalada de frutas de estación
Fideos con verduras cocidas a elección con una cucharadita de aceite de oliva y queso rallado y compota de manzana
Guiso con cualquier legumbre acompañado de trocitos magros de carne, cerdo o pollo
Cenas
Pasta con salsa a elección
Omelette de dos huevos con cebolla, queso y espinaca
Calabaza rellena con arroz, queso y pimientos
Dos empanadas a elección al horno acompañada de vegetales cocidos
Después de la cena para los más golosos se puede sumar un cuadradito de brownie o cuadradito de torta con una infusión
Lo ideal es cenar una o dos horas ante de ir a la cama.