Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad, criticó con dureza al gobierno nacional por el veto presidencial al aumento jubilatorio aprobado en el Congreso. “Entramos en otro período: ahora viene la pelea por si se logra o no rechazar el veto con los dos tercios, pero mientras tanto el jubilado se sigue muriendo de hambre. Y este es el tema que no se toma en su real dimensión”, advirtió.
Semino sostuvo que más allá del recorrido institucional que tenga la ley, “el Ejecutivo está decidido a no pagarlo” y alertó que, si el Congreso logra revertir el veto, el Gobierno ya adelantó que judicializará la medida. “Pero judicializar no resuelve el drama de fondo. Los jubilados no dan más con 300.000 pesos. Lo que se necesita es una emergencia alimentaria, sanitaria y habitacional. Esto no da para más”, expresó.
Las jubilaciones aumentarán un 1,6% en agosto de 2025, según la movilidad jubilatoria implementada desde abril de 2024, que ajusta los haberes mensualmente por inflación (IPC). En total, el haber mínimo (con bono) alcanzará los $ 384.305.
Consultado sobre el posible rechazo al veto presidencial en un contexto de creciente tensión política, Semino fue claro: “Puede pasar. El Gobierno tiene cortocircuitos con muchos gobernadores, y es un año electoral. Si no consigue los votos para sostener el veto, la ley vuelve a tener vigencia. Pero mientras tanto, insisto, los jubilados siguen esperando en la desesperación”.
También se refirió a la situación del PAMI, denunciando el escándalo de los pañales de mala calidad y criticando el nombramiento del interventor actual, Esteban Leguizamo. “Nadie le conoce la cara ni la voz, está escondido debajo del escritorio. El gobierno de Milei hizo una auditoría que detectó que la UGL 6, que conducía Leguizamo durante la gestión anterior, era la más sospechada de corrupción. ¿Y qué hicieron? Le entregaron todo el PAMI y rajaron al auditor que hizo el informe. Es inexplicable”, denunció.
Para Semino, el panorama es desolador: “Los políticos ya están entrando en la fase electoral y se olvidan de para qué están. Mientras tanto, los jubilados -y también las personas con discapacidad- no pueden subsistir. Esto es claro como el agua, pero nadie quiere mirarlo de frente”.
Por último, el defensor de la Tercera Edad denunció que el PAMI, una institución clave para millones de adultos mayores, “hoy está abandonada, sin conducción y en el peor momento de su historia”.