“El Irice es una institución pública de puertas abiertas a la ciudadanía. La comunidad debe saber que los investigadores estamos al servicio de los problemas que se puedan presentar en las distintas áreas y que queremos estar presentes”, dice la doctora Patricia San Martín. De este modo define la tarea que realiza el Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación (Irice) del que es su directora, y da fundamento a la nueva propuesta que el organismo del Conicet - UNR lanza a toda la comunidad educativa. Se trata de “Estudiantes, docentes y científicos co-imaginando la educación”, una iniciativa que invita a encontrarse para repensar y reflexionar colectivamente sobre una educación argentina deseada.
Nuevas tecnologías, seguridad pública y el respeto por las identidades culturales son algunas de las temáticas que ofrece el programa que se desarrollará en forma lúdica e innovadora. En diálogo con La Capital, San Martín cuenta sobre la propuesta abierta y gratuita del Irice, donde científicos, docentes y estudiantes de todos los niveles del sistema educativo tendrán una participación activa.
—¿Cómo y por qué surgió esta propuesta que invita a imaginar la educación?
—Forma parte de una política institucional que tiene que ver con visibilizar las actividades que hacemos como investigadores en ciencias de la educación. La población a veces no conoce que en Rosario tenemos un instituto del Conicet especialmente dedicado a la investigación en educación.
—¿Se trata de una convocatoria abierta a estudiantes y docentes donde todos se disponen a aprender y experimentar?
—La propuesta es pensar juntos y que conozcan qué actividades realiza el Irice de una forma interactiva y lúdica, donde haya una inmersión en las problemáticas y que esa experiencia genere un ida y vuelta con la comunidad. El coimaginar tiene que ver con ese ida y vuelta, no con una cuestión expositiva sino con un diálogo con quienes participan y que se lleven una experiencia que sea importante y significativa.
—¿Sostienen la idea de que el rumbo educativo tiene que partir del consenso de todos los actores?
—Exactamente, esa es la idea, porque las temáticas que estamos planteando son temas que nos atraviesan. Estamos inmersos y atravesados por las tecnologías, hay que repensar sobre cómo las usamos, cómo podemos capacitarnos sobre ellas y qué problemáticas traen. Por ejemplo, esto es parte del taller “Descubriendo las tecnologías 4,0”. También está el espacio “Detectives en la web, buscando ciencia en internet”, porque la mayoría de la gente busca todo en internet, pero a veces esas búsquedas arrojan resultados que puede ser fake news o contenidos que no son válidos, entonces dialoguemos sobre esta problemática. Hay que saber que existen bases de datos validadas, lugares de acceso abierto donde uno puede buscar información útil para crear conocimientos y opiniones valederas y discutir con fundamentos, que es uno de los problemas mas graves que hoy vemos en las redes sociales.
—Sobre los temas que proponen trabajar, las tecnologías están muy presentes en el programa. ¿Tiene que ver con el impacto de la virtualidad escolar impuesta por la pandemia?
—El tema de las tecnologías se viene trabajando en el Irice previamente a la pandemia, está presente desde hace ya varios años. Lo que la pandemia hizo fue visibilizar la necesidad de apropiación, y nosotros desde hace tiempo hablamos de una apropiación creativa y no instrumental.
—También está presente el tema del respeto a las identidades culturales y cuestiones como la violencia, por ejemplo con el taller “Seguridad pública basada en el cuidado: diálogos de paz para la atención a la violencia”
—Sí, esa es una propuesta innovadora que invita a deconstruir y demoler etiquetados sobre ese otro al que le tenemos miedo, al que tenemos encerrado, pero al que también hay que escuchar. Los que transiten por esta experiencia van a dialogar a través de videoconferencias con personas que están en situación de encierro, transitando un proceso de formación educativa. Se va a dialogar sobre cómo construir una mejor convivencia.
—En cuanto a la metodología de trabajo, ¿se sale del discurso magistral y se proponen experiencias lúdicas donde todos adquieren un rol activo?
—Justamente, el modelo comunicacional que estamos trabajando es un modelo crítico participativo que tiene que ver con lo dialógico, y obviamente eso está dentro de las pedagogías activas que propiciamos, proponemos y estudiamos. Entonces sería una contradicción proponer una clase magistral transmisiva sin la participación de la gente, sin poner el cuerpo, la curiosidad, el asombro y la experimentación. La idea es que los participantes tengan un rol activo e inmersivo en lo que se está tratando. Por ejemplo en el taller “Soltá la lengua: jaque mate al etnocentrismo lingüístico”, se pretende poner en valor las lenguas originarias, conocer el origen de nuestros nombres, explorar la riqueza de la lengua en todos los sentidos. Eso es una experiencia inmersiva desde lo auditivo y en la búsqueda de información, que de pronto nos hace ver mundos que a veces están absolutamente invisibilizados, como el de nuestras lenguas originarias, tan importante para las identidades.
—¿Estos encuentros también tienen que ver con una necesidad de pensar la educación pospandemia o la educación por venir?
—Creo que como investigadores siempre estamos pensando en el por venir, uno trata de ver distintos escenarios y situaciones. La pandemia como toda crisis nos hizo perder algo muy importante como es el cuerpo puesto como cercanía, que es fundamental en el acto educativo. Creo que ningún canal ni instrumento por sí solo puede solucionar un problema educativo. La pandemia nos hizo ver y poner en valor la presencia en la escuela, una cuestión que a veces en algunos discursos muy tecnocráticos estaba dejada de lado y que la pandemia visibilizó como necesidad, pero también visibilizó todo lo que nos puede aportar el uso creativo de la tecnología. Entonces creo que pensar la pospandemia es pensar un equilibrio virtuoso entre la presencia física y la virtual, qué es lo que no se puede virtualizar para nada, qué no es bueno digitalizar, qué es lo que a veces se hace y se podría perfectamente digitalizar. Esa fue una enseñanza muy buena que dejó esta crisis. Todo esto pone en valor las pedagogías activas, el encuentro y el diálogo en múltiples canales.
Talleres en el Irice
“Co-imaginando la educación” está destinado a docentes y estudiantes de todos los niveles educativos, desde el primario al superior. Los talleres se desarrollarán en las instalaciones de Ocampo y Esmeralda, y se respetará un cupo de máximo de 35 personas por grupo, con el objetivo de seguir los protocolos de distanciamiento vigentes y por la dinámica dialógica y participativa que se pretende en el trabajo colectivo. "Auspicia el Seminario la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia de Santa Fe".
Los interesados en inscribirse deben ingresar al sitio imagina.irice-conicet.gov.ar. Para más información escribir a prensa@irice-conicet.gov.ar.