La frase que Agustín Toledo tiró varios días después del partido contra Talleres es la que seguramente pensó en la previa del encuentro, con la particularidad de que ahora tiene el respaldo del rendimiento que tuvo. “Me pone feliz cuando aparecen este tipo de oportunidades”, esgrimió el volante central en la larga charla que mantuvo con Ovación. Y claro que hay un contexto para entender esas declaraciones, porque para Toledo fue un partido más como titular de los pocos que tuvo en Central, pero el primero en el que se metió entre los once por decisión exclusiva de Miguel Angel Russo, sin la medición de una lesión o una suspensión de un compañero. ¿Y lo que viene de ahora en más? También fue motivo de charla con el exTemperley sobre lo que será la pelea por el puesto ya con otro actor, como lo es el colombiano Dannovi Quiñones.
“Venimos de un partido chivo, ante uno de los mejores equipos del campeonato, pero sabíamos que con nuestras armas lo podíamos lastimar y lo sacamos adelante como lo teníamos que haber hecho varios partidos atrás”, apuntó Toledo en el inicio de la charla con Ovación.
¿En lo personal qué partido creés que hiciste, porque hubo una apuesta importante por parte de Russo?
Miguel confió en mí para este partido y si bien fue un cambio más táctico que otra cosa siempre estuve contento con la confianza que me dio el técnico. Vengo trabajando bien y uno se pone feliz cuando aparecen este tipo de oportunidades. Cuando eso pasa intento aprovecharlo para poder sumar más minutos y seguir siendo considerado.
¿La responsabilidad es la misma en situaciones como la del último partido, en el que te tocó entrar por una decisión del técnico, que cuando lo hacés porque en el medio hay una lesión o una suspensión de un compañero?
Acá todos laburamos de la misma manera para cuando nos llegue el momento y al que le toque jugar va a dar todo. Los que quedamos afuera tenemos que apoyar al máximo porque somos un grupo, pero cuando te toca jugar en situaciones como la que se dio, no sé si es presión, pero sí una responsabilidad linda. Es que uno de afuera se prepara para cuando llegue esa oportunidad. Creo que todos buscamos lo mismo, para que cuando el técnico necesita de uno, estemos preparados de la mejor manera.
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Para Toledo, la competencia es esencial, y ahora será más compleja, con la llega de Dannovi Quiñones.
Celina Mutti Lovera / La Capital
¿La lucha por el puesto va a ser un poquito más picante ahora, digo esto por la llegada de Quiñones?
Cuando llega un jugador siempre lo hace para sumar y nosotros no podemos hacer otra cosa más que recibirlos de la mejor manera. La competencia siempre hace crecer a todos y lo bueno es que es una pelea muy sana y muy linda porque es lo que te potencia. Ojalá que todos los chicos que llegaron se puedan adaptar rápidamente para bien del grupo.
¿Te llevó tiempo aclimatarte al mundo Central?
En parte sí. Lo que pasa que es un mundo especial, con muchísima gente pendiente. Yo venía de un entorno mucho más chico como el de Temperley, pero como jugador sentí que iba a ser una linda responsabilidad. Uno siempre sueña con llegar a este tipo de clubes y por eso se esfuerza al máximo día a día. Estoy feliz de estar acá en Central y lo que más quiero es darle alegría a la gente.
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¿Y al ritmo de primera te acostumbraste rápido?
Y, es todo un cambio. El fútbol de la Primera Nacional es mucho más friccionado, más intenso en cuanto a los choques, por eso cuesta un poco agarrar el ritmo. Pero con el correr del tiempo me fui poniendo a tono y en eso tuvo mucho que ver el apoyo de mis compañeros. Al principio era como que no lo quería asimilar, pero sí, fueron unos meses en los que tuve que trabajar demasiado para agarrar ritmo tanto físico como futbolístico. Del lado del cuerpo técnico también hubo un apoyo muy grande.
Encima te complicó la lesión que sufriste en el inicio de la pretemporada, en uno de los primeros amistosos en Chile.
La verdad que sí, porque yo venía con ritmo de competencia, pero esa lesión me frenó como tres semanas, pero me recuperé bien y de ahí en adelante traté de esforzarme al máximo y dar siempre lo mejor.
Russo conoce a la perfección el puesto, ¿habla con vos o con Kevin (Ortiz) sobre los secretos de esa posición?
Mirá, Russo es un técnico que está encima de todos los jugadores, siempre pendiente de las cosas que se deben corregir. En lo personal, tanto Miguel como sus colaboradores insisten en todo momento con cosas puntuales que ellos ven y que necesitan ser mejoradas. Cuando un jugador tiene ese apoyo es mucho más fácil agarrar confianza y lo único que queda es escuchar y aprender.
Cuándo llegaste al club, ¿Qué imaginaste que iba a ser Central y con qué te encontraste?
Me sorprendí para bien porque tenía muchos amigos jugando en primera, pero cuando llegué me di cuenta de qué tipo de club es Central, un club con muchísimas herramientas. Hoy ya lo veo como normal, pero apenas llegué me costaba creer dónde estaba. Cuando te pasa eso sentís la obligación de mejorar, porque mirás hacia atrás y te das cuenta los pasos que vas dando en esta carrera. Lo que siento hoy es que es cada vez más grande las ganas de ponerme esta camiseta.
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A Toledo le llevó un tiempo adaptarse al ritmo de primera, pero Russo siempre confió en sus condiciones.
¿Lo que pasó contra Talleres lo toman como un envión desde lo anímico, desde lo futbolístico?
Fue un triunfo que nos vino muy bien para trabajar en el parate. Me parece que fueron más que tres puntos, por el rival sobre todo. Hacía rato que no podíamos ganar y lo necesitábamos, sobre todo por la gente, con quien no estábamos en deuda porque en lo que va del año no perdimos de local, pero queríamos darles una victoria. Para nosotros también era un desafío grande porque hay situaciones que se tornan difíciles, más allá de la tranquilidad que tenemos porque sabemos que día a día damos todo.
Nombraste la palabra “deuda” e hiciste referencia a la gente. ¿Inconscientemente sigue dando vuelta en la cabeza del grupo la eliminación de Copa Argentina?
Y, fue un punto clave. Nos quedó la bronca porque fuimos superiores, pero no pudimos convertir. Ese partido se dio como lo habíamos pensado, con Chaco For Ever plantado atrás y apostando a mantener el cero en su arco. Intentamos con todas las armas que teníamos y no pudimos, pero no quedaba otra que levantarse enseguida. Nos costó porque justo allí terminó el semestre, pero ya pudimos volver a ganar y eso nos va a ayudar mucho desde lo anímico.
¿El gran objetivo de aquí al final es terminar la temporada en zona de copas internacionales?
Obviamente que el gran desafío es terminar en esa zona y en la medida que se pueda lo más arriba posible. Sabemos que si hacemos muchos puntos en los partidos que restan nos van a servir tanto para las copas como para pelear el torneo. Este grupo trabaja muy bien y cuenta con jugadores de jerarquía, por eso creemos que siendo inteligentes podemos dar pelea.
Para lograr eso van a tener que lograr un requisito indispensable, que es mejorar de visitante. ¿A esta altura del año le encuentran alguna explicación a esta disparidad en el comportamiento del equipo cuando juega de local y de visitante?
Uf, somos los primeros que sabemos cómo es la cosa y la asumimos porque somos los que la padecemos. A la mayoría de los equipos les pasa algo similar y creo que es porque todos se hacen fuerte de local, pero sin dudas nos está costando más de la cuenta. Nosotros trabajamos siempre de la misma manera para afrontar todos los partidos por igual, pero no nos queda otra que tratar de achicar el margen de error cuando vamos de visitante para empezar a conseguir puntos, que es la idea.