La comisión Redactora tuvo su primera instantánea. La discusión se alargaba tanto como la extensa mesa llena de convencionales. En una cabecera, un reclamo que se evidencia intenso en la posición de las manos del libertario Nicolás Mayoraz y de los peronistas Diego Giuliano y Marcelo Lewandowski. En la otra, la respuesta algo irritada, también con las manos, del presidente del cuerpo especial, el socialista Joaquín Blanco.
Los brazos cruzados y el rostro adusto de Armando Traferri, de quien escucha antes de dar un veredicto, y caras varias entre incrédulas, desconfiadas y de cansancio. Al lado de Blanco, Claudia Levin, más distante, luego de quedar desplazada de la vicepresidencia y también de la secretaría por la oposición por pertenecer a Unidos, al igual que el titular del cuerpo.
Confusiones, rosca y, finalmente, el nombre de Emiliano Peralta, del bloque de Amalia Granata, para ocupar la vicepresidencia, y el de Patricia Boni (Más para Santa Fe) para la secretaría. Se respira política en la Redactora.
La redacción de la Reforma
Todavía la comisión no puso ni una coma, pero demuestra por qué es la más determinante de la Convención Constituyente. “Nadie quiere regalar nada de entrada”, explica uno de los más importantes integrantes.
Según el artículo 33° del reglamento, la comisión deberá "coordinar, sistematizar, armonizar, ordenar, enumerar, renumerar e integrar las disposiciones de la reforma, conforme a la ley 14.384”. Una tarea quirúrgica y titánica.
La tarea central es recibir los despachos de las demás comisiones y alumbrar el texto final de la reforma, “ajustando la redacción técnica sin modificar el fondo”. Aquí el quid de la cuestión: mantener esto último y no terminar cambiando el sentido con palabras singulares o artilugios que presten a otra interpretación. Es justamente en ese punto donde la política se mira, se mide y quiere meter la cola, o que nadie la meta.
El perfil de los integrantes que eligieron los bloques para conformar la comisión no fue al azar. Unidos tiene dos ministros, de Gobierno y Obra Pública, Fabián Bastia y Lisandro Enrico, como sostén político, además de sumar en ese sentido al diputado provincial Blanco para presidirla, de espíritu acuerdista pero también pragmático.
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El diputado y presidente de la Redactora, Joaquín Blanco (izq.)
Foto: La Capital / Leonardo Vincenti.
Además, Levin, decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad del Litoral (UNL), y Lucas Galdeano, presidente del Colegio de Abogados de Rosario. También a Lucas Incicco, con muchas negociaciones encima para el PRO, Josefina del Río, de Creo, el partido de Pablo Javkin, el senador provincial Hugo Rasetto, y la diputada socialista de perfil activo Lionella Cattalini.
Más para Santa Fe colocó como alfiles al constitucionalista Diego Giuliano y al experimentado senador provincial Traferri, además de la diputada del Evita Lucila De Ponti y Boni, quien será la secretaria del cuerpo.
Del bloque de La Libertad Avanza (LLA) se presenta el constitucionalista y presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados nacional, Nicolás Mayoraz, y Marcos Peyrano, de conocida actividad jurídica privada.
Por Somos Vida, el abogado Peralta, con sólidas defensas del bloque de Granata. Por Activemos, el senador y excandidato a gobernador del peronismo Marcelo Lewandowski, con amplio rodaje legislativo y político, y en representación del bloque Esperanza, Caren Fruh.
Los tiempos de trabajo son ajustados. El 25 de agosto es el tope para que las otras comisiones giren los despachos de origen de mayoría y minoría a la Redactora. Desde entonces, el cuerpo tendrá 14 días corridos para definir el texto final. Por eso se reunirán todos los días.
Labor redactora
La comisión recibirá el esqueleto y tendrá que ponerle músculos, carne y piel. Aplicará sobre cláusulas transitorias (reelección por ejemplo) y deberá trabajar los temas que las comisiones no llegaron a definir, lo que proyecta una carga extra. Incluso, tiene las facultades de convocar a la comisión de origen en caso de que haya diferencias en los dictámenes girados.
A su vez, el reglamento la habilita a ir sacando “despachos parciales” para que se vayan votando en el recinto y agilizar el proceso, aunque la oposición se muestra renuente. Muchos quieren blindarse en una votación en general y no exponerse en las particularidades.
Peso político
Se trata del núcleo político de la reforma. Allí se concentra la letra chica de los intereses de los diferentes bloques, sus prerrogativa, sus peros y sus límites. Fue así en las diferentes Convenciones a lo largo de la historia.
Por ejemplo, en la reforma constitucional de 1994, la comisión de Redacción fue un hervidero. La presidía Carlos Vladimiro Corach, exministro del Interior de Carlos Menem, y lo secundaba el exministro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, además de integrarla dirigentes de fuerte impronta como Elisa Carrió o los miembros del máximo tribunal Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti. En rigor, la Redactora es la cocina donde se corta el bacalao.