El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este jueves que impondrá aranceles de represalia a Estados Unidos si Donald Trump cumple con su promesa de aumentar los impuestos a las importaciones en un 50 % debido al juicio penal en el país sudamericano contra su predecesor, Jair Bolsonaro.
Lula afirmó que activará la ley de reciprocidad de Brasil, aprobada por el Congreso a principios de este año, si las negociaciones con Estados Unidos fracasan.
“Si no hay negociación, la ley de reciprocidad se pondrá en marcha. Si él nos cobra un 50 %, nosotros les cobraremos un 50 % a ellos”, dijo Lula, y añadió: “El respeto es bueno. Me gusta ofrecer el mío y me gusta recibirlo”.
Las declaraciones del mandatario brasileño aumentan el riesgo de que estalle una guerra de aranceles entre ambos países, similar a lo que sucedió entre Estados Unidos y China. Trump prometió responder con fuerza si las naciones buscan castigar a Estados Unidos añadiendo aranceles propios.
El presidente del Senado brasileño, Davi Alcolumbre, y el titular de la Cámara de Diputados, Hugo Motta, esta vez se pusieron del lado de Lula. “Estaremos listos para actuar con equilibrio y firmeza en defensa de nuestra economía, nuestro sector productivo y la protección de los empleos brasileños”, afirmaron en una declaración conjunta.
La carta de aranceles que Trump envió a Brasil criticando el juicio de “cacería de brujas” contra Bolsonaro abre un nuevo frente en sus guerras comerciales, al tiempo que el mandatario estadounidense utiliza directamente los impuestos a las importaciones para interferir en la política interna de otra nación.
Trump ya intentó usar los aranceles para combatir ostensiblemente el tráfico de fentanilo y como herramienta de negociación para cambiar cómo otras naciones gravan los servicios digitales y regulan sus economías.
En el caso de Brasil, Trump está tratando de dictar el resultado del juicio penal de Bolsonaro, un aliado que —al igual que el presidente estadounidense— fue acusado de intentar revertir los resultados de una elección presidencial. Bolsonaro sostiene que está siendo perseguido políticamente por el Supremo Tribunal Federal de Brasil debido a sus cargos sobre el supuesto complot para permanecer en el poder después de su derrota electoral de 2022 ante Lula.