La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Río Grande, con el respaldo de su conducción nacional, resolvió un paro de actividades con movilización para el próximo miércoles 6 de agosto, en respuesta a la falta de avances en la mesa de diálogo tras la decisión del gobierno nacional de eliminar aranceles a productos importados.
La medida, que afectará a la industria de Tierra del Fuego, busca defender los puestos de trabajo y el derecho a habitar la provincia.
La Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra), destacó una caída interanual del 2,2% en el nivel de empleo en todo el país, y una disminución del 0,3% en la cantidad de trabajadores respecto al mes de mayo.
El secretario general de la UOM Rosario, Antonio Donello, aseguró que el sector “está sufriendo la política de este gobierno que liberó todas las importaciones, eso está haciendo estragos en muchas fábricas y en muchos puestos de trabajo”.
En ese delicado contexto, el secretario general nacional de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, expresó su malestar por la demora en la homologación del acuerdo paritario firmado con cinco cámaras empresarias, tras un encuentro con la subsecretaria de Trabajo, Claudia Testa.
El sindicalista explicó que la Secretaría de Trabajo, que conduce Julio Cordero, atribuyó la demora a una objeción presentada por Camima, cámara que agrupa a las pymes y que, según Furlán, tiene un peso menor en las negociaciones.
Conflicto en Villa Constitución
La siderúrgica Acindar paró casi por completo las actividades de la planta de Villa Constitución, a raíz de la fuerte caída de la producción. El período en el cual la fábrica trabajará al 20% comenzó el sábado y se extenderá hasta el lunes 4 de agosto. Las causas del parate son la caída del consumo interno y el aumento de la importación de acero, particularmente desde China.
Acindar operó al 50% de su capacidad instalada durante todo 2024, situación que se mantuvo en el primer semestre de este año. La producción cerró con 600.000 toneladas, frente a las 1,2 millones de toneladas de 2023. La baja responde a la contracción de dos sectores clave para la demanda de acero: la industria, que retrocedió un 12,4%, y la construcción, con una caída del 19,5% durante el mismo período.
Desde comienzos del año, la empresa acordó un esquema de suspensiones con el pago del 75% del salario, vigente hasta diciembre, y complementado por un plan de retiros voluntarios. El objetivo es mitigar el impacto laboral del deterioro económico. “Hay un acuerdo de suspensiones que rige desde enero y se aplica según las necesidades de cada planta”, señalaron fuentes cercanas a la compañía.
Entre el sábado 26 de julio y, en principio, hasta el lunes 4 de agosto, la empresa suspendió completamente el funcionamiento del sector de acería, lo que afecta a unos 200 empleados. A esto se suma la paralización del tren laminador número uno, en el que trabajan aproximadamente 60 operarios, y el freno en el área de reducción directa, que seguirá inactiva al menos hasta septiembre, dejando temporalmente sin tareas a otros 40 trabajadores.
En diálogo con Radio UNR, Pablo González, secretario general UOM Villa Constitución contó que el paro es de la planta de acería “que venía produciendo al 50% y ahora ante una nueva caída de ventas suspende la producción en esta planta con 350 trabajadores”.
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“Esto responde a la caída de la producción y las ventas”, contó el dirigente gremial. Y advirtió: “La empresa aplica suspensiones a compañeros y esperamos que esto cambie, porque se vienen tiempos difíciles y pronto pueden llegar los despidos”. Entre las causas de esta situación, puso de relieve el parate de la obra pública y la menor actividad de la obra privada.
La paralización afecta a los trabajadores directos y a todo el ecosistema económico de Villa Constitución: contratistas, cooperativas, comercios y talleres barriales. La empresa contaba con 1.230 empleados propios en noviembre de 2023, y hoy mantiene una plantilla de 930 trabajadores tras retiros voluntarios y cortes de contratos. A ello se suma la pérdida de contratistas en proporciones similares.
Los representantes sindicales de los operarios apuntaron que la caída del 60% en la obra pública, aumento de importaciones de acero desde Brasil, apertura comercial sin regulaciones y un régimen de suspensiones que ya lleva más de un año y medio contribuyeron con el clima existente.
Actualmente, Acindar opera bajo un esquema de producción intermitente, estrategia que intenta equilibrar la actividad con la baja demanda.
Según informaron desde la compañía, el acuerdo de suspensiones rige hasta fin de año porque están todos los niveles de producción debajo de los planteles existentes. También dejaron en claro que, incluso desde el momento en que empezaron a planificar las suspensiones hasta que las concretaron, la situación se agravó: “a diferencia es que ahora la caída fue más profunda y la última semana de julio empezaron directamente a parar los sectores más grandes de la planta, que son dos trenes de acería. Y eso sólo implica al 60% ó 70% de la gente que tenemos”.