El tabaco es factor de riesgo central en un sinfín de enfermedades. Y muchas veces genera daños irreparables en el organismo. Sin embargo, como sus efectos no son inmediatos no siempre se toma verdadera conciencia acerca de lo que genera.
El tabaco es factor de riesgo central en un sinfín de enfermedades. Y muchas veces genera daños irreparables en el organismo. Sin embargo, como sus efectos no son inmediatos no siempre se toma verdadera conciencia acerca de lo que genera.
Para el doctor Germán Fernández, jefe de Emergencias del Hospital Juan A. Fernández de Capital Federal, la gente joven fuma menos pero todavía hay un porcentaje mayor al 30 por ciento de la población general que fuma. "Si bien las restricciones al cigarrillo de los últimos años han ayudado a disminuir el consumo hay varias cuestiones pendientes", dice el médico que disertará en Rosario el 11 de agosto.
"El hecho de que se prohíba fumar en los restaurantes, en los lugares de trabajo y ciertos lugares públicos ha llevado a que se consuma menos tabaco, lo que es todo un avance. Subir el precio del paquete de cigarrillos también sería una buena medida", opina el profesional.
De acuerdo a estadísticas, a la mayoría de las personas que fuman les gustaría dejar de hacerlo. Se calcula que algunos tuvieron algún intento de abandonar el cigarrillo en el lapso de un año, pero no lo lograron.
Además, un porcentaje logró en doce meses sostener la decisión. "Cuando una persona se aleja del tabaco disminuyen los riesgos generales para su organismo. Por ejemplo, se sabe que una persona que deja de fumar tiene, a los diez años, el mismo riesgo de cáncer de pulmón que otra que no fuma y a los cinco años se le disminuye el riesgo cardiovascular", detalló.
Los principales problemas para la salud son el riesgo cardiovascular (el cigarrillo es uno de los principales causantes ya que forma placas que obstruyen las arterias del corazón, de los riñones, del cerebro), produce muchos tipos de cáncer (el más conocido es el de pulmón, pero también está asociado al de vejiga, de páncreas, mama, estómago, boca, laringe, faringe, entre otros) y también produce enfermedades respiratorias, entre otros problemas.
Para el especialista, quienes tienen adicción al tabaco conocen estas posibles consecuencias. Es más, en cada paquete de cigarrillos se recuerdan los potenciales problemas. Entonces, ¿por qué muchas veces es tan difícil dejar el hábito? Fernández cree que uno de los motivos es que las consecuencias en el organismo no son inmediatas y por lo tanto se minimizan los peligros.
Ayuda profesional. Lo cierto es que a la hora de sostener el hábito suele haber diversas excusas para autojustificarse y posponer el intento de dejar de fumar. Debido a las dificultades que surgen, el profesional cree necesaria una ayuda que guíe y acompañe en este proceso ya sea de médicos clínicos, neumonólogos, cardiólogos y también psicólogos. "En este último caso ayudará a manejar la ansiedad que en general acompaña la personalidad del fumador", dijo.
El tratamiento debe ser personalizado. Entre los nuevos recursos para dejar de fumar, que vienen dando buenos resultados, se encuentran la terapia conductista y drogas que cumplen la función de la nicotina y ayuden a soportar el síndrome de abstinencia. El deporte es fundamental también.
"Aunque siempre hay una buena excusa para comer y fumar y una mala excusa para ir al gimnasio", dice el médico con ironía.
Para que siga disminuyendo el consumo del tabaco se requiere el compromiso de la personas pero a la vez el apoyo del Estado.
El médico se refirió a la importancia de la prevención en salud para así evitar complicaciones y recomendó a los fumadores que realicen chequeos médicos anuales para establecer su estado físico, sobre todo, aconseja una visita al especialista para tener un panorama detallado de la salud cardiovascular y también la respiratoria.