Gran parte de nuestra sociedad “está en pausa” producto de la gran incertidumbre que nos rodea desde hace ya bastante tiempo. Nos sentimos invadidos por una falta de certeza que nos impide describir a ciencia cierta el estado en que nos encontramos. Esto se debe en gran parte a la INCERTIDUMBRE que reina a nuestro alrededor y la DESMOTIVACIÓN que trae como consecuencia.
La consecuencia de este estado de desmotivación para seguir con nuevos proyectos o cambios en los que ya tenemos es como “estar en pausa” para ver lo que va a ocurrir. Por supuesto esto genera MIEDO, lo que trae como consecuencia no poder seguir adelante con nuestros emprendimientos, no poder plantear escenarios posibles para incrementar experiencia y estar como a la deriva esperando que pase la tormenta y que aclare. Como en un cuento de la selva de Horacio Quiroga.
Los RIESGOS individuales y grupales que estábamos acostumbrados a correr se desdibujan a la distancia y una nube de duda empaña el paisaje. Y esto nos paraliza, nos impide seguir adelante con ganas y entusiasmo. Nuestras certezas se desdibujan continuamente y nuestro camino recorrido parece desconocer su forma y deja de tener fuerza para impulsarnos hacia adelante.
¿Qué hacer en este momento? ¿En quién confiar? ¿Quién nos puede guiar por el camino correcto? Creo que somos NOSOTROS MISMOS, los que anduvimos en otras crisis navegando con la misma sensación profunda. Nosotros mismos debemos hacernos eco de nuestro mundo interior, que en definitiva guarda la llave de la constancia, la experiencia y las ganas de seguir. Ese es nuestro tesoro. Confiemos en él. Arriesguemos lo que nuestra experiencia y nuestro conocimiento personal nos señala. ¿Y si nos equivocamos? Será otra experiencia más para acrecentar nuestra vida hecha de esfuerzo, trabajo y aprendizaje. Es lo más valioso que tenemos y que nadie nos puede quitar.
No hay que desesperar. Hay que descansar cuando el agotamiento nos agobie y como siempre volver a empezar. Es un movimiento conocido en nuestras vidas, repleto de experiencias y de actos de valentía que nos permitieron llegar hasta acá. Seamos libres de seguir nuestra voz interior que no nos miente, nos anima, nos da valor y nos acumula experiencia. ¡ADELANTE Y CON FE!
Dra. C.P. ALICIA SUSANA NEBBIA. Consultora Organizacional