Imitando la conducta de Ariel Matías Cabrera, por ahora el único acusado como coautor del asesinato de Ivana Garcilazo, Juan José M., apodado “Tuerca”, se presentó sobre media mañana de este jueves con un abogado en la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). Se trata del tercer hombre sindicado en el ataque a baldosazos que le costó la vida a la hincha de Rosario Central cuando regresaba a su casa tras haber presenciado el clásico en el Gigante de Arroyito el sábado 30 de septiembre pasado. Según trascendió el detenido, de 40 años, será acusado en principio el próximo sábado. El hombre es padre de dos hijos de 15 y 19 años y trabaja como paquetero.
Hasta el momento Cabrera, quien se puso a derecho el 12 de octubre, es el único imputado en la causa. Fue acusado por el fiscal Gastón Avila como coautor del delito de homicidio agravado por ser cometido en ocasión de espectáculo deportivo. Una calificación que tiene una pena mínima en expectativa de 10 años y 8 meses y una máxima de 33 años y 4 meses. Damián Reinfestuel se mantiene prófugo. Fugó a Bolivia hace menos de tres semanas.
La identificación de Tuerca redondea, al menos por momento, la identificación del trío de agresores que atacó a baldosazos a Garcilazo hace 26 días en inmediaciones de Ovidio Lagos y Montevideo cuando regresaba a su casa en moto. En principio pudo conocerse que Tuerca es socio de Newell´s, como Cabrera y Reifenstuel, y que sería “amigo de cancha” de los mencionados.
El cerco sobre él se estrechó a partir de que efectivos de la División Homicidios de AIC allanaron este jueves su domicilio en Humberto Primo al 1900, a unas diez cuadras del Club Social Lux de barrio Industrial, donde Cabrera trabajaba como coordinador de fútbol de inferiores. En ese domicilio Tuerca residía junto a su padre, su compañera y dos hijos de 15 y 19 años. En el lugar se secuestraron cinco celulares, que fueron enviados a peritaje. Pocas horas después del operativo policial Tuerca se entregó en la AIC junto al abogado Ezequiel Torres.
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A diferencia de Cabrera y Reifenstuel, cuyas imágenes (en video y fotos) e identidades fueron expuestas públicamente por la Fiscalía con la finalidad de capturarlos, para llegar a Tuerca se realizó una investigación a la vieja escuela basada sobre testimonios, entre ellos el de la novia de Cabrera quien al conocer que su pareja de diez años había participado del ataque lo denunció ante la policía y la Fiscalía.
Tuerca probablemente deberá ser sometido a una rueda de reconocimiento de persona antes al menos media docena de testigos que presenciaron el ataque contra Ivana y la fuga de los agresores. Vale recordar que Reifenstuel es profesor de Química y Cabrera, docente de educación física y estaba cursando el profesorado de Historia. Ambos tienen 42 años.
El próximo lunes se cumple un mes del asesinato de Ivana y sus familiares y amigos realizarán una manifestación a las 19 pidiendo Justicia en la esquina donde fue asesinada.
La víctima
Ivana Garcilazo tenía 32 años y los últimos seis años y medio los pasó en pareja con Daniel. Trabajaba en el supermercado Coto desde hacía cinco meses. Primero como repositora y luego en el área digital. El sábado 30 de septiembre después de trabajar, había ido con Daniel a ver el clásico en el Gigante. Como habían salido de su trabajo, cada uno fue en su moto. Una vez finalizado el partido ambos tomaron en sus vehículos por Ovidio Lagos, ya que residían en la zona sur. Llevaban ropa de Central. Testigos indicaron que no iban provocando ni haciendo ademanes.
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Damián Reifenstuel y Ariel Cabrera, dos de los atacantes de Ivana. El tercero, apodado Tuerca, será imputado en las próximas horas.
Al trasponer Montevideo Ivana encabezaba con su moto una caravana de vehículos y por el sólo hecho de estar identificada con indumentaria auriazul, Cabrera, Reinfestuel y el Tuerca comenzaron a arrojarle trozos de baldosas que tomaron de la vereda. Uno de esos proyectiles impactó sobre el costado derecho de la cabeza de Ivana, quien cayó fulminada de la moto. El informe de autopsia indicó que al caer sobre el pavimento estaba muerta por la brutalidad del ataque. Si bien el fiscal entendió que los tres arrojaron piedras, varios testigos identificaron a Reinfestuel como la persona que arrojó el piedrazo mortal.
Cabrera, Reifenstuel y Tuerca M. se había reunido en la casa del hermano de este último, en Catamarca entre Cafferata e Iriondo, para mirar la última edición del clásico. Según los teléfonos de Cabrera y Reifenstuel, en ese domicilio estuvieron entre las 14.13 hasta las 18.14, minutos después de que el clásico hubiera finalizado. Luego el trío caminó 25 cuadras hasta las inmediaciones de Montevideo y Ovidio Lagos, a unos 400 metros del Coloso del Parque. Vale recordar que Cabrera vivía en Ybarlucea, Reifenstuel en Pérez y Tuerca en barrio Industrial. Tras el ataque mortal, Cabrera se enfrentó con Daniel, el novio de Ivana, y le quitó una linga que luego “descartó” en su huida al correr por Montevideo hacia Callao.
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Reifenstuel y el Tuerca fugaron por Montevideo hacia el oeste. Y tras un par de cuadras se separaron. Reifenstuel fue perseguido por un taxista, quien fue una de las personas que llamó al 911 para alertar sobre lo que había sucedido sin conseguir una respuesta satisfactoria. En su declaración el taxista dijo que persiguió a Reifenstuel hasta cruzarlo en Riccheri entre Zeballos y 9 de Julio. “Perdido por perdido me le puse al lado al tipo y le dije (desde el taxi): «Ponete contento porque la mataste». Y me fui. El no me respondió nada. Pero me miró y abrió los ojos como sorprendido. Creo que el pensó que nadie había visto lo que había hecho”, declaro el taxista.
La acusación
El pasado 18 de octubre Cabrera fue acusado por el homicidio agravado de Ivana en el Centro de Justicia Penal (CJP). En la audiencia, el fiscal Avila lo acusó como coautor del delito de homicidio agravado por ser cometido en ocasión de espectáculo deportivo, calificación que tomó como válida el juez de garantías Florentino Malaponte al momento de dictar prisión preventiva para el profesor de Educación Física por el plazo de ley. Es decir, al menos dos años.
La querella, en la voz del abogado Marcos Cella, se reservó el derecho a que en el devenir del proceso poder pedir un cambio de carátula. Para la querella hubo plan criminal organizado. Hubo alevosía. Todo esto agravado por la participación de dos o más personas. La defensa de Cabrera estuvo en manos de Sergio Larrubia y Alberto Tortajada, quienes trataron de llevar el hecho al plano del delito “preterintencional”. Es decir que las cosas pasaron más allá de la intención.
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El núcleo duro de los afectos de Ivana Garcilazo, reclamando Justicia por su asesinato.
Foto: Celina Mutti Lovera.
Habilitando la opción que da el proceso penal santafesino para que los familiares de las víctimas puedan hacer uso de la palabra, Raúl, el padre de Ivana, y Daniel, la pareja, le hablaron a Cabrera. Raúl lo hizo desde las vísceras enfundado en su remera blanca de ausencia: “Quiero decirte que espero que te pudras en la cárcel. Hijo de puta”. Pero fue Daniel quien puso a Cabrera a declarar cuando no tenía pensado hacerlo. Daniel, vestido con una remera con el rostro de Ivana, lo miró a los ojos y le preguntó: “¿Por qué lo hiciste?”. Y antes de que la pregunta terminara de resonar, le sumó otra: “Por qué no me atacaste a mí?”
Cabrera respondió en tono neutro: “En ningún momento quise matar a nadie. De hecho no lo hice. Me puse completamente a disposición de la Justicia para que todo se aclare. Es más, tengo hermana y madre hinchas de Central”, argumentó en su respuesta tratando de encontrar refugio en que esta ciudad atravesada por los colores de los dos equipos de la ciudad. “Quiero que sepan que los acompaño”, dijo el profesor de Educación Física.
Una hora y cuarto después del arranque de la audiencia, el juez Malaponte, ex fiscal de homicidios, resolvió el trámite procesal. Al bajar el martillo, el juez dijo que Cabrera “debió pensar en el daño que podía ocasionarle a una persona que circula en moto a la que se le arroja un piedrazo. Que se la puede matar. Fue una agresión estúpida no digna de una persona con estudios terciarios, como los que exhibe Cabrera”.