El clan Derminio, un grupo familiar que dedico sus últimos años al transporte, finalmente cayó por lavado de activos. Las investigaciones sobre la familia comandada por Juan Norberto Derminio (42) comenzaron a partir de una serie de denuncias anónimas realizadas en 2018. Así la Justicia Federal comenzó su trabajo y luego de una larga investigación, en diciembre de 2023 la fiscal Adriana Saccone y el fiscal de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), Juan Argibay Molina, pidieron el juicio oral para los integrantes del clan. Una vez finalizado el juicio, Derminio fue condenado a una pena de cuatro (4) años y seis (6) meses de prisión y una multa de $39.725.604,28 millones. También fue condenado su hermano; Norberto Derminio, a cinco años de prisión y una multa de ciento treinta y seis millones de pesos lavado de activos.
En tanto , Matías Matarochi, socio de Derminio en varias operaciones comerciales ilícitas, se lo consideró coautor penalmente responsable del delito de lavado de activos, agravado por haber sido cometido con habitualidad o como miembro de una asociación o banda formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza y el tribunal falló una pena de 8 años de prisión, multa de $114.837.270,6, accesoria legales y costas.
El tribunal Criminal Federal Nº 2 de Rosario, integrado por la doctora Elena Beatriz Dilario y los doctores Román Pablo Lanzón y Eduardo Daniel Rodrigues da Cruz dictó distintas sentencias a integrantes del clan integrado por: Lourdes Derminio; Débora Gisel González; Joan Manuel Derminio; Claudia Alejandra Rattaro; Diego Antonio Ramón Noguera; David Gabriel Noguera; Brian Alexis Corbo; Marcos Luis Trueno; Santiago Damián Herrera; Aron Emanuel Fleitas y Cintia Vanesa Aguilera, quienes aceptaron su participación en la empresa criminal y lograron abreviados en la causa que fueron homologados, por lo tanto fueron condenados a penas de prisión de ejecución condicional y multas que ascienden a más de $14.000.000, en algunos casos.
A lo largo de las jornadas de debate declararon diferentes testigos y se reprodujeron una serie de escuchas telefónicas, que dieron cuenta que tanto Matarochi como Norberto y Juan Derminio eran quienes encabezaban la organización criminal. Las conexiones entre el grupo y personas que viven en ciudades salteñas de frontera señalan la existencia de un eje de transporte entre el norte del país y Rosario, puntualmente focalizados en el contrabando de cigarrillos.
Según se comprobó durante el juicio, las operaciones de lavado de activos consistieron en la adquisición y administración de bienes muebles e inmuebles en el país y en el extranjero que fueron inscriptos en los registros correspondientes a nombre de los propios acusados, de otros imputados o de terceras personas, así como en la realización de operaciones de conversión de moneda extranjera y puesta en circulación del dinero ilícito a través de la construcción de inmuebles y de un esquema de préstamos dinerarios garantizados -en algunos casos- con gravámenes reales.
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Uno de los jefes del clan, Norberto Derminio, era para los pesquisas el cerebro detrás de la organización. Al ser capturado manejaba un Ford Mustang rojo GT, un coche que vale aproximadamente 95 mil dólares, pero tenía varios autos más y también acostumbraba a congraciar a sus amantes con vehículos costosos. A su ex mujer le regaló un Audi Q3 y un Mercedes Benz B200. A otra pareja le regaló una camioneta Mercedes Benz GLB. Su padre, Juan y presunto armador del clan, tenía antecedentes por delitos de narcotráfico. En 2008, la Policía de Santa Fe descubrió que tenía una cocina de drogas en su casa de Villa Gobernador Gálvez y por esa razón terminó preso e imputado como “partícipe necesario”. Con el paso de los años -aseguran los investigadores- incursionó en el contrabando, una actividad ilegal con menos riesgo que el narcotráfico, pero con increíbles ganancias económicas , pero Juan falleció durante el juicio.
Según fuentes policiales, los gastos elevados de este supuesto empresario fueron una de las señales que dispararon la investigación por “narcolavado” que llevó adelante, durante más de dos años, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que conducía José Glinski. En octubre de 2019, la PSA interceptó un camión perteneciente a la firma del acusado que transportaba 59.950 paquetes de cigarrillos de origen paraguayo. De inmediato, la Justicia ordenó allanar un domicilio en la localidad formoseña de Gran Guardia, donde fue detenido el primer sospechoso.
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A excepción de Matarochi, el resto de los principales implicados son casi todos familiares o amigos de la familia. Joan Manuel, conocido como “Gordini”, y Lourdes Derminio son hermanos de Norberto. Ellos, supuestamente, también llevaban una vida de lujos. El primero, por ejemplo, manejaba un Mercedes Benz B200, el mismo modelo que el supuesto líder le regaló a su exesposa Micaela. En la estructura de la banda, los dos hermanos figuran como “testaferros”. Serían los encargados de la compra y venta de divisas y de la adquisición de terrenos, con los que después simulaban su venta. Las ex parejas de Norberto, por su parte, estaban a cargo de dos negocios de venta de indumentaria al por mayor, con los que presuntamente la banda lavaba parte del dinero proveniente del contrabando.
En un departamento de la avenida Pellegrini, por ejemplo, hallaron dos cofres de seguridad cerrados con 1.500.000 de dólares. Las llaves estaban escondidas en dos de los vehículos de Norberto: una en un VW Vento, donde además hallaron U$S 380 mil, y otra en una camioneta Toyota Hillux que guardaba en un galpón. “La cantidad de dinero que manejaba el clan Derminio es incalculable”, sostuvo en su momento uno de los investigadores de la PSA.