El efectivo perdió relevancia en los últimos años. De ser el medio de pago por excelencia, hoy cada vez más consumidores prefieren pagar en los comercios con tarjetas de crédito, de débito, código QR y hasta con criptomonedas, un cambio de paradigma al que los negocios tuvieron que adaptarse para no perder ventas. Y, de acá a cinco años, pronostican que pagar con billetes irá perdiendo cada vez más fuerza.
El dato surge del último informe de Global Payments Report, elaborada por la procesadora de pagos Worldpay, el cual reunió información de 40 mercados de los cinco continentes. En el caso de la Argentina, actualmente el 25% de los consumidores paga con billeteras digitales en los puntos de venta (la cifra más alta de la región) y un 25% lo hace en efectivo (cayó dos puntos porcentuales frente a la edición pasada). Por detrás, le siguen las tarjetas de débito y prepagas (21%), las tarjetas de crédito (20%), transferencias de cuenta a cuenta (8%) y bajo el sistema “compre ahora, pague después” (1%).
Con proyecciones a 2030, el informe prevé que el efectivo pase a representar el 16% de las transacciones, mientras que el método de pago de preferencia serán las billeteras digitales (con un 39%) y los pagos cuenta a cuenta (17%). Por detrás, estarán los pagos con tarjeta de crédito (15%), las tarjetas de débito y prepagas (13%) y el financiamiento del local con “compre ahora y pague después” (1%).
“Todos los productos de pago han competido de alguna manera entre ellos, pero prácticamente todos lo hicieron contra el efectivo. Todos se expanden, mientras que el único que realmente cae es el efectivo. No es que el uso de los billetes vaya a dejar de existir, pero sí lo que probablemente ocurra es que los grandes centros urbanos usen poco o ningún efectivo. ¿A qué me refiero? Brasil no es una economía sin efectivo, pero San Pablo sí lo es. Buenos Aires está cerca de eso, pero también puede que suceda en aquellos lugares donde la distribución geográfica hace que el cajero automático más cercano esté en el pueblo de al lado. Digitalizar simplifica la operatoria. De hecho, con la ley de propinas digitales, diría que se fue el último bastión del uso de efectivo", dijo Juan Pablo D’Antiochia, gerente general en Latam de Worldpay.
Hay algunos datos en los que la Argentina se destaca en comparación con la región. Por ejemplo, a pesar de que el efectivo aún hoy es muy usado en el país (25%) debido a que casi la mitad de la economía está en la informalidad, el dato es más bajo frente a Perú (31%), Colombia (33%) o México (35%).
Bastante por debajo están Chile (18%) y Brasil (17%), los cuales presentan una cifra muy similar a la tendencia internacional (15%). Desde la procesadora de pagos esperan que la caída global se estabilice a esos niveles del 15%, tras perder una participación de casi dos tercios en la última década (44% en 2014).
También la Argentina es el país que más adoptó el uso de las billeteras digitales, con Mercado Pago como referente, con un uso del 58% en el comercio online. Mientras que a nivel local el 25% de los consumidores elige una billetera virtual a la hora de pagar, en Colombia es del 18%, en Chile del 12%, en México alcanza al 11%, en Brasil al 10% y en Perú, apenas el 5% de los clientes.
“La informalidad es inherente a toda América Latina y la baja del efectivo se ve en todos los países. Pero la transformación fuerte que empezó a ocurrir en la Argentina fue con la pandemia, porque la gente quiere dejar de usar los billetes para no contagiarse, y tiró abajo muchos dogmas. Y aunque se usa también en la economía informal, también es cada vez más endeble, porque 15 años atrás querías comprar una televisión y el comerciante ponía las condiciones, pero ahora la balanza de poder se inclinó hacia el lado del consumidor y elige dónde comprar y cómo comprarlo. Los comerciantes se vieron un poco obligados a la digitalización, porque empezaron a ver cómo pierden ventas en consecuencia”, agregó D’Antiochia. La inflación también influye y por eso el efectivo se vuelve costoso: hay que transportarlo, guardarlo y protegerlo.
Con respecto a por qué la Argentina adoptó más las billeteras digitales que en otros países de la región, el analista sumó: hay una “mala combinación” de gran tamaño y poca gente. Mientras que Brasil es un país con gran tamaño y mucha población, y México tiene poco tamaño y mucha gente, en la Argentina la distribución de la población hace que sea “difícil de amortizar” la llegada de infraestructura en ciertos pueblos, regiones y provincias. El código QR permitió que el comerciante de cualquier punto del país pueda digitalizarse y vender.