Esa estadía, admite, lo llevó a reflexionar en diferentes aspectos de su vida e incluso lo llevó a aprender muchas cosas en el mundo del atletismo de fondo que guardará para siempre.
"Good luck in London": un encuentro único
En uno de esos días que Gastón realizaba los últimos trabajos de calidad previo a su segunda Major de su vida, el destino quiso que se encuentre cara a cara con Eliud Kipchoge. Sí, justamente uno de los mejores maratonistas de todos los tiempos, doble medallista olímpico y el único en conseguir la hazaña de correr en menos de dos horas un maratón (Exhibición Ineos: 1: 59' 40'').
No obstante, el récord ratificado por World Athletics para la distancia lo había marcado en Berlín 2022 (2:01' 09'), que luego pulverizó su coterráneo y joven promesa Kelvin Kiptun en Chicago en 2023 (2:00' 35''), previo a un accidente automovilístico que le costara la vida en febrero de 2024.
"Estaba en la pista y viene directo adonde estaba. Inmediatamente vino a darme la mano con una sonrisa como uno más y aproveché para obsequiarle la remera que me habían dado en la Delfo Cabrera (carrera que se corre todos los años en Armstrong en homenaje al célebre maratonista ganador de la medalla dorada en los JJOO de Londres 1948) y una carta. A su vez, me llevé un firma suya en mi abrigo y le deseé suerte en la maratón de Londres: «Good luck in London», le dije y nos despedimos. Fue un día justo, porque generalmente está rodeado de niños y mucha gente alrededor que lo saluda".
Gastón también aprovechó para entregarle su remera diseñada por el rosarino Lucas Bautista, quien diseña remeras para atletas federados y atletas no videntes de Rosario y el país. Y para sorpresa de ambos, Eliud comenzó a seguir la cuenta de K1, la marca de la indumentaria deportiva, a partir de ese encuentro.
"No lo podía creer. Estuve dos horas tratando de verificar la cuenta y definitivamente era la suya, así que le envié una foto para decirle que Argentina lo ama y que queremos que venga a correr una maratón al país", agrega Lucas, que además de producir y diseñar indumentaria también es corredor de fondo.
Humildad y trabajo en equipo, la clave de los keniatas
"Es una verdadera locura. La humildad y la sencillez que tiene el habitante keniano es de no creer. Ellos viven para correr y así lo afirman, lejos de toda cultura occidental en cuanto a dietas y entrenamientos especializados. Se levantan y salen a correr con lo que tengan encima. Y entrenan fuerte, muy fuerte. Y cuando terminan su rutina, tan solo beben un té keniano con leche y un trozo de pan, que ellos le llaman ugali o chapati, una alimento a base de harina, agua y aceite y no mucho más", cuenta.
En eso, aclara que su dieta es rica en carbohidratos y sólo ingieren proteínas en pocas cantidades; no suelen elongar y tampoco dedicarle una buena parte a la entreda en calor como se acostumbre en otros lares. Si bien un selecto lote de fondistas tiene apenas un tratamiento especializado con equipo interdisciplinario, por lo general son reacios al entrenamiento de la fuerza con pesas (suele realizarse el entrenamiento de la resistencia a la fuerza), puesto que para su cultura, la educación y el aprendizaje se transmite de generación en generación y de manera empírica.
Claro que para un occidental entusiasta que viaja para vivir una experiencia efímera en la "tierra de los campeones" eso es un sueño hecho realidad. "La experiencia te cambia como persona. Es como que salís de tu cabaña y, de repente, te cruzás con Messi y te ponés a charlar y entrenás casi a la par (a diferencias lógicas en cuanto al ritmo de trote). Y después te topás con Cristiano Ronaldo, y así sucesivamente", comenta, aún sorprendido y con un rostro elocuente tras semejante experiencia.
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La medalla de la martón de Boston, la segunda Major que Gastón corre en su vida.
Leo Vincenti / La Capital
Y en eso rememora: "Pensar que el martes previo a viajar a Boston estaba entrenando con John Korir y después resultó ser el ganador de esa maraton (2h, 04' 45'')".
En ese momento de la charla amena que mantiene con La Capital, sus ojos se iluminan, y revela: "El último día no paraba de llorar... porque no me quería ir. Había vivido en un lugar con gente alegre, sin conflictos ni maldad y, por sobre todas las cosas, la camaradería pese a su estilo reservado. Porque para ellos la riqueza se mide de otra manera. Albert Korir (maratonista) vende leche, por ejemplo. Y así pasan su vida con la premisa de tener autosuficiencia: maíz, gallinas, té keniano, ugali".
Cómo es el día a día de un maratonista keniata
Más allá de lo que muestran las redes y las cámaras, Gastón asegura que los keniatas son corredores por naturaleza y que son personas de pocas palabras más allá de su generosidad. "Para ellos existen dos palabras: pole-pole, que es correr despacio, y araki, que es cuando van a fondo. Y así dividen su rutina a la que le imprimen ritmos cosiderables, con principal énfasis en los fondos largos (long-long run) durante los sábados, ya que los domingos descansan o van a misa, aunque eso depende de la religión que practique cada uno", describe.
Y agrega, aún sorprendido: "Cuando fondean, se pica de verdad el clima. Salen con el calzado que tienen a mano, se visten como si fuera una competencia y salen a reventar. Toman muy poca agua y no saben lo que es un gel energético, salvo algunos corredores de elite que consumen en competencias, ya que su filosofía obedece a que «tomar agua es perder tiempo». De esa misma manera, les encantan los retos y si no tienen uno al alcance, se lo inventan para superarse a sí mismos todo el tiempo".
Eso, según afirma, es lo que diferencia a las dos escuelas de fondo con respecto a Etiopía, otro semillero de talentos en las pruebas de largo aliento, tales los casos vigentes de Kenenisa Bekele o Tirunesh Dibaba, sin olvidar del entrañable Haile Gerbselassie, quien se retiró en 2015 con registros de 2:03' 59'' para la maratón 56' para la media maratón y 26' 22'' para los 10 mil metros.
"Son dos escuelas bien diferenciadas con las cuales se pueden llegar a los mismos objetivos, pero completamente distintas. El keniata va y corre; si se olvida la botella de agua, corre igual; si no tiene el calzado adecuado, se pone lo que encuentra. Pero eso no quiere decir que no sean inteligentes: ellos nunca van a darlo todo en un entrenamiento, ya que saben muy bien cuál es el momento indicado para cada intensidad y zona de entrenamiento, a diferencia de la competencia, donde no van a regalar nada", confiesa.
Kenia, un parque de diversiones para corredores
Situado a casi 2.400 metros sobre el nivel del mar, Iten conforma una suerte de triángulo entre Eldoret y Kaptagat, otras localidades afamadas por sus atletas. "Tenés todo para entrenar: altura, ondulaciones, terreno asfaltado y ripiado..., pero esa es la razón por la cual ellos explican por qué no tienen velocistas, pese a la pista de arcilla que tienen en Eldoret, donde suele entrenar Eliud Kipchoge, Goeffrey Kamworor, entre otros y otras todos los martes para realizar trabajos de calidad. Sinceramente es un parque de diversiones para corredores", describe sonriente.
Para tener una idea, la altitud es similar a la que se puede experimentar en Cachi (Salta), donde se encuentra el Centro de Alto Rendimiento de Altura y suelen ir a entrenar atletas elite y amateur del todos los puntos cardinales. Tanto en un lugar como en el otro, el objetivo es entrenar bajo la deuda de oxígeno para expandir la capacidad aeróbica previo a una competencia en el llano.
Sin embargo, Gastón no deja de sorprenderse de Kenia: "En Kenia todos sueñan con ser maratonistas y disfrutan de los entrenamientos en cuestas ascendentes". Y afirma: "Jamás vi a un keniano de mal humor o mal predispuesto, siempre están felices porque la vida para ellos pasa por otro lado".
Sucede que, tal como a consigna Gaston, "el 99,9% de los corredores no tiene esponsor de indumentaria o calzado y se alimentan como pueden, ya que sólo los muy elite alcanzan a tener un contrato con algún equipo (como el caso de Global para el NN Running Team en el que corre Kipchoge o Volare Sports)".
"Mis zapatillas Boston 11 las dejé allá para quien las necesite y las recibió un pacer (liebre) de mujeres, que fondea a 3' 30'' por kilómetro, para tener una idea. Y así hay un montón", dice.
El maratón, una disciplina inclusiva y democrática
Moiben Road (Iten) es una de las carreteras predilectas de los corredores para llevar a cabo sus fondos en pelotón y en la que todos caben en un mismo lugar. "Eso es lo que demuestra que el atletismo es uno de los deportes más democráticos del mundo, porque podés entrenar al lado de estrellas como si nada, algo que también sucede en la carreras, donde la pista es de todos y para todos. Eso hace que puedas correr con los mejores del planeta, cosa que en otros deportes no ocurre", destaca.
Entre tanto, también las mujeres dicen presente. Allí se encontraban Vivian Cheruiyot, Faith Kipyegon, Helah Kiprop con quienes también se topó en la pista y en la ruta a la hora de cumplir con la planificación del Atenas Running Team, donde entrena Gastón, mientras alterna con la guardias en diferentes efectores de salud propio de su profesión.
Entre otro de los aspectos deportivos que más le llamaron la atención a Gastón es que la población de corredores y corredoras keniatas suelen realizar los fondos largos con desnivel negativo, es decir, que suelen ir en ascenso en lugar de aprovechar la pendiente descendente. "Es como que eso los motiva aún más, a diferencia del resto de los corredores extranjeros u occidentales, que hacemos justamente lo contrario o sólo utilizamos tramos ascendentes por intervalos", describe.
Más allá de toda esta experiencia que tocó sus fibras más sensibles, Gastón no deja de agradecer y valorar lo que significa entrenar en equipo, sus amigos, su pareja y todos aquellos que hicieron posible esta travesía inusitada para muchos.
En eso recuerda a Julián Alonso, el fisiatra argentino que desde hace cuatro años vive en Kenia y se encarga de rehabilitar a los mejores maratonistas del planeta. "Julián Alonso y su equipo me dejaron muchas cosas y muchas enseñanzas", valora.