“Ahí está, dispará, dispará”. El grito se escuchó segundos antes de que retumbaran al menos siete disparos en un cruce de calles de Ludueña. Las balas iban dirigidas a un adolescente que charlaba con amigos en la esquina pero además hirieron a otras dos personas —entre ellas una embarazada de siete meses— y causaron la muerte de Iván Nicolás Romero, un joven de 28 años. El crimen se sumó este martes a la lista de asesinatos que el preso de alto perfil Andy Benítez fue acusado de instigar desde prisión, ocho en total en dos años.
De remera naranja, solo en un cuarto de paredes blancas y conectado a la audiencia por pantalla, el preso habló con voz clara ante la jueza que formalizó el trámite en el Centro de Justicia Penal. “Benítez, Andy Fabián”, se presentó el interno de 27 años antes de que la fiscal Marisol Fabbro explicara los detalles del caso. Fue acusado como instigador de homicidio agravado por el uso de arma y la participación de menores de edad, en un caso consumado y en otros tres en tentativa.
La jueza Silvia Castelli le dictó la prisión preventiva, aunque ya está preso por otros siete homicidios y cumple una condena a 20 años de prisión como jefe de una asociación ilícita de narcomenudeo y extorsiones. Una célula de Los Monos que se propuso copar los barrios Ludueña, Industrial y Empalme Graneros, dirigida desde la cárcel junto a Matías César y Julián Aguirre, con Mauro Gerez como organizador en la calle
La disputa feroz de esta organización con la banda de Fran Riquelme dejó decenas de muertos entre fines de 2021 y 2022 en esos barrios, donde las balaceras extorsivas a comerciantes fueron moneda corriente. La alianza de Benítez con sus antiguos socios se quebró en septiembre de 2022, cuando lo golpearon y echaron de un pabellón de Piñero. Había entrado a esa cárcel en 2020 acusado de un delito menor, la portación de un arma, y gestó su carrera criminal sin salir de esos muros.
Víctima equivocada
Este martes fue imputado por octava vez como instigador de un homicidio. El de Iván Nicolás Romero, quien agonizó dos semanas con disparos en el tórax y el abdomen que no eran para él. El ataque fue el 13 de diciembre de 2023 en Gandhi y Garzón. A las 18.30 se acercó por Garzón una moto de 150 centímetros cúbicos de color azul o celeste con dos ocupantes que al llegar a la ochava sudoeste dispararon balas 9 milímetros contra un grupo de amigos.
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A Kevin, de 15 años, una bala le atravesó el glúteo derecho. María Belén S., de 31 años y embarazada de siete meses, sufrió el roce de una bala en el abdomen y un disparo en el muslo izquierdo cuando tomaba mates con su mamá a metros de la esquina. Las lesiones más graves fueron para Iván Romero, quien falleció el 26 de diciembre en el Hospital Clemente Álvarez. A su hermano de 17 años lo balearon en la pierna izquierda. En el lugar se recolectaron seis vainas servidas y una bala encamisada.
La escena fue filmada por una cámara ubicada a cien metros. La investigación no tardó en descubrir que los tiros iban dirigidos al chico de 15 años, quien escuchó cuando lo apuntaban desde la moto. Según la imputación, Andy mandó a dos soldaditos a matar a este adolescente que había trabajado para él por quedarse, al parecer, con dinero de la venta de drogas. “Kevin tiene problemas. Se comentó que el hecho era para él porque vendía”, dijo un testigo de identidad reservada.
Para esto, según Fabbro, Andy les entregó a los tiratiros a sus órdenes el arma —usada en otra balacera— y la moto. Los acusados como ejecutores materiales son un chico de 15 años que por su edad no es punible y Tomás B., de 17 años, quien fue imputado en el sistema de menores. Este último había enviado mensajes a su novia y a amigas en los que asumía el ataque: “Los cagué a tiros”, “A Iván le dimos nosotros el día que le dimos a Kevin”, “Yo no jodo, me dio para matar a una piba embarazada”.
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Conexiones
Una semana antes, la madrugada del 9 de diciembre, habían baleado su casa y dejado una nota amenazante. Según evidencia citada por la fiscal, sus familiares comentaron entonces que la balacera había sido una represalia porque el chico trabajaba para Andy. La fiscal indicó que la conexión se acreditó además por dichos de testigos, pericias a celulares, el contexto del hecho y su relación con otros crímenes.
Once días antes, los dos adolescentes señalados como autores materiales estaban en una casa que fue allanada tras el crimen del colectivero de la línea 116 César Luis Roldán. A quien ejecutaron con siete tiros el 2 de diciembre de 2023 en Eva Perón y Cullen, una semana antes de la asunción de Maximiliano Pullaro, para dejar un mensaje a una banda rival. Este caso también tiene a Andy imputado como instigador.
Según la fiscalía, el crimen de Romero se inscribe así en una trama que se gestó tras la ruptura de Benítez con sus antiguos socios. Entonces tejió nuevas alianzas con los presos Pablo Nicolás Camino y Leandro Vilches, por un lado, y con la llamada banda de Los Menores al mando del prófugo Matías Gazzani en el barrio 7 de Septiembre. Dos grupos, dijo Fabbro, con vinculaciones cruzadas.
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Los primeros casos
Otro de los homicidios recientes que le asignan a Benítez como instigador fue el de Gonzalo Sebastián Contreras, un adolescente de 16 años asesinado la tarde del 23 de julio de 2023 por tres gatilleros que entraron a un aguantadero de pasaje Rafaela al 6000 y lo acribillaron con siete balazos 9 milímetros.
Los otros asesinatos por los que Benítez fue imputado en febrero pasado ocurrieron en el contexto de la anterior sociedad. Un caso es el triple crimen del 12 de noviembre de 2021 en México al 1700 en el que murieron Maximiliano González, de 28 años; Aarón Aguirre, de 21 y Fabricio Marequi, de 15. Les tiraron dos sicarios desde una moto tras estudiar los movimientos de un búnker con la finalidad de matar a González y a otro joven que sobrevivió con un tiro en la rodilla.
Con la misma modalidad fue asesinada a tiros desde una moto un mes más tarde, el 29 de diciembre de ese año, Vicenta “Tita” Muñoz, una mujer de 46 años que vendía drogas en Garzón y Tupac Amaru. Otro mes transcurrió hasta el crimen de Williams Agustín Rillo, de 17 años, ejecutado a una cuadra de la comisaría 12ª en Casilda al 5900 en el marco de un plan de ataques a quienes se negaran a vender drogas para la banda original.