En septiembre de 2020, cuando la pandemia todavía marcaba el ritmo de la economía y la vida cotidiana, la pareja conformada por Alan Weber y Mario Acosta decidió apostar por una receta familiar para crear su propio negocio. La madre de Mario, Florencia Luján, preparaba unos deliciosos alfajores que los chicos vieron con gran potencial: un sabor que tenía que trascender la cocina de la casa y ser conocido por el mundo.
Lo que surgió como un proyecto para ayudar a la economía familiar de Florencia, hoy es Fábrica de Alfajores, el emprendimiento rosarino de alfajores artesanales que se encuentran en más de 60 comercios de la ciudad y que tiene su propia cafetería en el Mercado del Patio: “En marzo de 2020 le llevé unos alfajores que había hecho Florencia a una amiga y me dijo: ‘Vendeme’. Ahí nos dimos cuenta de que podía haber algo más grande, para septiembre ya teníamos el branding y estábamos vendiendo por Instagram”, rememora Alan.
La estrategia de crecimiento del trío fue consistente. Rápidamente se asignaron roles, definieron objetivos y se propusieron alcanzarlos. Florencia es, desde el comienzo, la cabeza de la producción, ocupándose de elegir los sabores y las recetas. Mario y Alan, por su parte, se encargan del marketing y la comercialización. A través del programa Rosario Emprende de la Municipalidad, consiguieron el impulso económico y formativo para ordenar el proyecto y pudieron generar mayor escalabilidad.
IMG_3278.jpg
Los alfajores se venden en distintos formatos y sabores.
Foto: gentileza Fábrica de Alfajores.
Luego vinieron espacios de exhibición, como las ferias que propone el área de Economía Social: “En primera instancia, nos postulamos para ser parte del Mercado del Centro, en San Luis y San Martín, pero la chance se nos dio finalmente en octubre de 2023, cuando surgió la licitación del espacio del Biomercado del Mercado del Patio y presentamos la propuesta de la cafetería. Ahí quedamos seleccionados y abrimos en febrero de este año”, cuenta Alan.
La cafetería de Fábrica de Alfajores está funcionando en el bloque 4 de la isla central del Mercado del Patio y, según dice Alan, les dio “una visibilidad enorme, siendo la gran vidriera del negocio”. Allí, además de ofrecer el servicio con café Cabrales orgánico de Colombia, comercializan la variedad de sus productos. Ofrecen diez propuestas, desde los clásicos de dulce de leche hasta opciones veganas, sin gluten, “alfacookies” con frutos del bosque o avellanas, e incluso alfajores helados de sabores como tiramisú, marroc y cereza. Los precios rondan los $2.000 para los de 100 gramos y llegan a los $3.000 con los “alfacookies”.
Con gran visión a futuro
En la actualidad, en el equipo hay una cuarta persona dedicada a la producción. Esto les permite generar un volumen mensual de 4.500 alfajores, que se comercializan en la cafetería o se distribuyen en minimarkets, kioscos y dietéticas, además de la presencia que tienen en Pedidos Ya. Para la producción, priorizan los insumos comprados a proveedores locales, logrando un 80% de abastecimiento a partir de colegas de la ciudad: “También apostamos a la economía circular, intentando ser muy conscientes con el uso de los recursos”, aporta Alan.
Uno de los grandes objetivos de la marca es obtener la habilitación RNE y RNPA para poder comercializar fuera de Rosario y expandirse en todo el país: “Queremos que esto crezca al punto de poder dedicarnos todos por completo al proyecto y también que sirva para generar trabajo para otras personas”, comenta el creador, y refiere también a los dos colaboradores que atienden el bar. Si bien Alan y Mario ya no son pareja, hoy mantienen un fuerte vínculo como socios y “casi familia” junto a la creadora de los sabores, Florencia.
Un proyecto que no para de moverse
Más allá de las ventas, Fábrica de Alfajores propone experiencias como los eventos Coffee and Beat, que combinan café y DJs en vivo de música electrónica en un encuentro para disfrutar durante el día. Ya hicieron dos ediciones con más de 400 asistentes y planean una versión más grande para septiembre, cuando celebrarán su quinto aniversario: “Queremos ofrecer algo distinto, salir de la nocturnidad y que la gente pueda pasarla bien en un entorno tranquilo, con buena música, café y nuestros productos”, resume Alan.
A la hora de hablar del camino recorrido, Alan destaca el acompañamiento que recibieron de la Municipalidad de Rosario: “Siempre están apostando a los emprendedores y apoyando con propuestas distintas. Nos ayudaron a arrancar, a sostenernos y a crecer”, valora.