En ese contexto, comenta que esa tendencia está marcada a nivel mundial, ya que la gran mayoría de estudiantes y residentes son mujeres. En ese marco, de los 1.079 médicos aspirantes a las residencias en la provincia que rindieron este martes 1º de julio, la mayoría estuvo conformada por mujeres para las diferentes áreas a postular.
"Es tanta la cantidad, que las mujeres comienzan a explorar en todas las ramas y ya no queda especialidad dominada por el hombre. Y eso va de la mano de todos los cambios que hubo respecto a la mayor visibilidad de la mujer, incluso en cargos jerárquicos", asegura Taljame.
Más allá de números, la vice del Heca dice que "jamás" sintió ni sufrió maltrato por parte de colegas médicos y cirujanos. "Siempre me trataron bien, tanto mis compañeros como todo el entorno", valora.
La nueva generación de cirujanas del Heca
Elena Caldani (31 años) y Anahí Cilenzo (32 años) hicieron sus respectivas residencias en el Heca en cirugía general y neurocirugía, respectivamente. Hoy ambas son cirujanas del efector, Caldani como jefa de residentes y Cilenzo en la guardia de neurocirugía.
Anahí cuenta que no proviene de una familia de médicos; es justamente la primera integrante de su familia que eligió la medicina como forma de vida. "En mi caso, me gustó la neurología y también me gusta operar, por eso opté por una especialización quirúrgica", señala.
En tanto, Elena completa: "Quería tener mayor intervencionismo y me gustaban más las ramas quirúrgicas, por eso en los últimos años decidí hacer cirugía general. Mi referencia fue mi mamá, que es cirujana, por eso decidí este camino".
Más allá de eso, ambas coinciden en que su profesión es apasionante y siempre hay algo por aprender para seguir su capacitación a lo largo de su carrera.
Joaquín Pérez, uno de los casos que más conmovieron
Elena recuerda que en una de las guardias "más caóticas" llegó a operar una decena de pacientes en menos de 24 horas, pero revela que uno de los casos que más la marcó fue el de Joaquín Pérez, el arquitecto de Arroyito al que balearon para robarle el auto en octubre de 2021.
"Esa cirugía me impactó por la realidad que estábamos viviendo: el hecho de salir del quirófano para hablar con la familia y contarles lo que había pasado es algo que nunca me voy a olvidar", lamenta la joven profesional.
Se trató de una intervención quirúrgica de emergencia en la que hubo que practicar una toracotomía, propio de la urgencia del caso. Una intervención que se realiza en casos muy puntuales y excepcionales.
"Es una de las intervenciones más impresionantes de la cirugía", describe Taljame para dimensionar el tipo de intervención que el equipo de cirujanos puso en práctica para intentar salvar la vida de un joven que había sido baleado en un intento de robo y falleció producto de un shock hipovolémico provocado por la herida.
>>Leer más: Justicia y basta de muertes, unánime grito tras el crimen de Joaquín Pérez
Por eso Elena valora el trabajo grupal en esos casos extremos, que son abordados por un equipo interdisciplinario. "Siempre trabajamos en equipo, nunca estamos solas, y hay alguien que dirige la intervención quirúrgica, aunque los residentes también se encargan de hablar con los familiares", comenta Elena.
También reflexiona: "La vida dentro del hospital es totalmente diferente a la prehospitalaria, es otro mundo que te permite conocer otras realidades para abocarse por completo a la profesión y dedicarle la vida. En los años de residencia tu vida gira en torno a este ambiente, donde aprendés de todo, ya que en salud pública hay un amplio abanico de patologías y casos por tratar, y eso te prepara para todo".
Es por eso que Taljame valora de manera considerable el trabajo que hacen los residentes del Heca, quienes además de salvar vidas producto de un trabajo apasionante y descomunal, también se encargan de dar "malas noticias" a los familiares, otro de los gajes del oficio.
Anahí, por su parte, apunta que "hay pacientes que los operás y después los ves todos los días. Es ahí donde la empatía y la relación afectiva juegan su parte, por eso hay casos que como profesional te marcan".
El caso de esta profesional es muy puntual porque trata sobre patologías y lesiones que involucran a todo lo que gobierna la motilidad y el desarrollo congnitivo del ser humano. Es, en efecto, neurocirujana del hospital y también suele hacer guardias pediátricas en el Hospital de Niños "Víctor J. Vilela".
Explica que muchos residentes del Heca suelen hacer guardias de neurocirugía con el staff de pediatría del hospital infantil de Italia y Virasoro, donde la realidad es más sensible por tratarse de chicos.
anahí y elena2.jpg
Mujeres al quirófano. Anahí Cilenzo y Elena Caldani es especializaron en cirugía.
Celina Mutti Lovera / La Capital
"Recuerdo que lo más duro que me tocó fue salir a dialogar con los padres de un niño que había fallecido en el quirófano", recuerda de sus primeros años de residente en neurocirugía como esas marcas indelebles que también dejaron una huella en Elena en sus primeros años de residencia.
Su área involucra tanto el cráneo como la médula espinal, que concierne al sistema nervioso. En ese ámbito que eligió como especialidad lamenta también que al Heca llegan constantemente pacientes muy jóvenes con patologías muy severas producto de muchos accidentes de tránsito, principalmente moto por la falta de casco.
"Son pacientes muy jóvenes y nuestra tarea, cuando no hay nada más por hacer, es comunicarles la triste noticia a sus familiares. Pero es parte de nuestro trabajo", resume.
Víctimas de Salta 2141 y Virginia Ferreyra
Hay casos que conmovieron a toda la comunidad. Uno fue la tragedia de Salta 2141 y otro, un tanto más reciente, el asesinato de la bailarina de danzas árabes Virginia Ferreyra, acribillada a balazos junto a su madre Claudia Deldebbio en julio de 2022 mientras esperaban el colectivo en Isola y Maestros Santafesinos, en la zona sur de Rosario.
Su madre murió en el acto producto de la violencia del ataque, pero Virginia logró sobrevivir y agonizar por el lapso de dos meses, hasta que falleció un 24 de septiembre.
>>Leer más: Murió Virginia Ferreyra, la profesora de danza árabe baleada cuando esperaba el colectivo con su mamá
"Fue una paciente importante para nosotros, son de esos porque te marcan mucho y no te los olvidás nunca más, ya que nuestro trabajo es el día a día y toda la historia que hay detrás", coinciden entre las tres profesionales.
A propósito, Taljame recuerda: "Hay uno de los pacientes de la tragedia de Salta 2141 que al día de hoy se acuerda de nosotros; también le enviamos saludos, mantenemos con comunicación fluida y nos acordamos cuando se cumple un aniversario cada 6 de agosto".
"Shock room", un área precisa y vital de la guardia del Heca
El Heca es reconocido por la calidad y entrega de sus profesionales para salvar la vida de quienes ingresan en estado desesperante. Si bien la baja de heridos por arma de fuego descendió de manera considerable, es un efector que concentra la atención de pacientes de la región.
"Se pone en marcha un abordaje simultáneo e inmediato del paciente desde que ingresa a la guardia. Y si se encuentra en paro, se intuba al paciente y se determinan los pasos a seguir para evaluar la toma de decisiones", explica Taljame.
También comenta que "hay pacientes que el tiempo permite poder estudiar el área afectada, pero hay otros que necesitan pasar directamente al quirófano (el Heca posee seis).
En ese contexto, Anahí señala que en su área dependen mucho de las imágenes para poder resolver, ya sea por traumatismos, heridas de arma de fuego o punzocortantes. Por eso, una vez que logran estabilizar a un paciente, se practican tomografías para poder analizar en detalle si hay compromiso neurológico.
En ese estado de emergencia, donde el tiempo apremia, sostiene que en el caso de la neurocirugía "no se puede explorar sin imágenes, hay que saber sí o sí en qué zona se debe practicar la intervención. Y si bien son segundos en los que pase por el tomógrafo, para el paciente es un factor vital y nuestro compromiso es salvarle la vida".
Laura destaca que las cirugías que afronta Anahí son más extensas que otro tipo de intervenciones generales, más allá de la rotación necesaria que realizan dentro del equipo de cirujanos cuando los períodos de una operación son prolongados.
"Hubo una día que ingresamos a las 7.30 y terminamos a la 1 de la madrugada del día siguiente", rememora, en alusión al extenso y extenuante proceso que suele demandar una neurocirugía y que conlleva.
Un entrenamiento avanzado y listas para todo
Una de las particularidades que caracteriza el Heca es que interviene en una diversa cantidad de patologías. "Acá aprendemos de todo porque tenemos desde la emergencia absoluta a cirugías programadas, entonces se pasan por todos los procesos quirúrgicos", destacan.
En eso precisan que "las cirugías de urgencia se deben resolver rápido, una situación muy diferente a lo que ocurre con las programadas. Es decir, son dos contextos totalmente diferentes".
Asimismo, destacan que "la cirugía de emergencia te aporta un entrenamiento avanzado y formación integral que al compararlos con otros cirujanos o cirujanas que se formaron en otros lugares y ahí se nota la tranquilidad con la que las y los residentes del Heca afrontan el quirófano; te enseña a ser más resolutiva en todo sentido".