Como cada 7 de agosto, la iglesia San Cayetano de Buenos Aires al 2100 recibe este miércoles a numerosos fieles que llegan para ofrendar, pedir y agradecer al patrono del pan y del trabajo.
La iglesia de Buenos Aires al 2100 es centro de actividades desde la madrugada. Desde las 15 se realizará la habitual procesión y el arzobispo Martín ofrecerá una misa
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
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Como cada 7 de agosto, la iglesia San Cayetano de Buenos Aires al 2100 recibe este miércoles a numerosos fieles que llegan para ofrendar, pedir y agradecer al patrono del pan y del trabajo.
Desde la madrugada, con la primera misa, los creyentes desafiaron el frío y se acercaron a la parroquia. Y cuando el sol asomaba los alrededores del templo comenzaron a instalarse los puesteros con alimentos y artículos religiosos como estampitas, rosarios, estatuillas y espiga de trigo, tradicionales en la celebración beato italiano.
Los fieles caminaban a paso lento en las largas filas que comenzaban en la puerta de la parroquia, todas con un mismo objetivo: llegar hasta la imagen del santo e implorar por su protección, en tiempos en los que "el trabajo y el pan" no abundan.
Desde las 15 está programada la procesión que partirá desde la iglesia hacia el norte, doblará en Ituzaingó hasta Mitre para rodear la plaza Libertad y retomar por Sarmiento hacia Cerrito y desde allí nuevamente a la parroquia.
Para esta jornada, la Municipalidad de Rosario dispuso un operativo especial de tránsito con cortes desde las 6 y hasta las 22 en La Paz y Buenos Aires; Riobamba y J.M. de Rosas; y Cerrito y Laprida.
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Las puertas del santuario están abiertas desde la hora 0 de este miércoles, donde se realizó la misa con los primeros fieles que llegaron. Desde las 5, el templo dirigido por Marcelo Franchini celebra cada media hora una pequeña misa en honor a San Cayetano.
Más tarde, alrededor de las 15.30, monseñor Eduardo Martín tomará el control del altar y oficiará la misa principal de la jornada.
Como parte de las celebraciones, está previsto que al arzobispo de Rosario bendiga la imagen la primera santa argentina, Mamá Antula, (Santa María Antonia de Paz Figueroa).
Franchini le confió a La Capital que luego de Martín las misas continuarán de 17 a 22 cada una hora.
Según el cura párroco, por la iglesia de San Cayetano pasan alrededor de 70 mil personas cada 7 de agosto y estimó que ese número se duplica cuando se realiza la procesión.
Franchini habló con La Capital acerca del contexto que atraviesa una nueva celebración de San Cayetano y con datos recientes que indican que la pobreza en Rosario llegó al 49 por ciento, según la Universidad Católica Argentina.
“Desde que tengo uso de razón hay crisis en Argentina. La gente viene a pedir por sus necesidades como pueblo. Es el pueblo el que acude a rezar cuando no encuentra respuesta en los diferentes estratos políticos o no encuentra que se encauce la problemática social. Acá viene el pueblo sencillo a pedir”, analizó el párroco.
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Franchini consideró: “El pueblo viene a pedir lo elemental para vivir, pan y trabajo. Más allá de cualquier posición política o sociológica, generalmente viene a pedir por sus necesidades propias, quiere trabajar, vivir con dignidad. Y nosotros siempre tratamos de escuchar al pueblo sencillo y fiel que tiene una gran devoción por San Cayetano, que se convertido en el santo más popular de Argentina, porque muchas veces con sus milagros ha respondido a las necesidades de la gente y que muchas instancias humanas no lo hacen”.
"Que no nos falte el pan, la paz y el trabajo", reza la oración para pedirle a San Cayetano y es que la historia de este santo que dedicó su vida a ayudar a quienes menos tenían se esparció por el mundo. Sin esperar nada a cambio y con las limosnas que recibía por ofrecimiento de quienes seguían sus pasos, logró cambiarle la vida a enfermos y necesitados. Un día como hoy pero hace 474 años atrás data el fallecimiento de quien nació como Cayetano de Thiene pero se conoció como Santo de la Providencia, patrono del pan y el trabajo.
Nació el 1º de octubre de 1480 como hijo de los Condes de Thiene, pero poco le importó el alto nivel social de su familia, puesto que su vida tomó un rumbo completamente distinto después de graduarse con un doble doctorado en derecho civil y canónico de la Universidad de Thiene, hoy conocida como Universidad de Padua. Su padre era militar y falleció cuando él tenía apenas 12 años, mientras su madre, María da Porto, se hizo cargo de Cayetano y sus hermanos.
Al finalizar sus estudios, su vida giró hacia el catolicismo y lo nombraron protonotario apostólico del Papa Julio II en Roma, servicio que brindó hasta 1513 cuando el Sumo Pontífice falleció. No obstante, no dejó de lado aquello que tanto pregonaba. Se esforzó para llegar a ser sacerdote, lo que finalmente logró a los 35 años y conformó el Oratorio del Amor Divino junto a otros colegas.
Al volver a su ciudad natal creó "hospitales para enfermos incurables" y consagró mucho tiempo a apoyar y dar buenos augurios a las personas que se encontraban internadas en dichos nosocomios, lo cuales también impartió en Verona y Venecia. Fue en dichos sanatorios que, según cuentan las historias religiosas, el santo logró realizar milagros, como por ejemplo la limpieza de la pierna de una joven que, comprometida por la gangrena, estaba a punto de ser amputada. Al otro día, la extremidad no tenia signos de enfermedad.
Fiel luchador contra la Reforma Protestante que sostenía la división de la Iglesia, gran parte de su vida fue dedicada a impedir que esto continúe expandiéndose, por lo que dio inicio en Roma a la Orden de los Teatinos, mayormente conocida como la Orden de los Clérigos Regulares, en compañía del obispo que luego se convirtió en el Papa Pablo IV, Juan Pedro Caraffa. El objetivo de esta organización era "renovar el clero, predicar la doctrina, cuidar a los enfermos y restaurar el uso frecuente de los sacramentos", y viajó por toda Italia predicando esos valores.
Uno de dichos lugares fue Venecia, donde encontró un compañero como Jerónimo Emiliani, quien desde el laicado desarrollaba labores similares a la de Cayetano ayudando a quienes más lo necesitaban. El oriundo de Vicenza le brindó su ayuda para crear una rama de los Clérigos Regulares, la Orden de los Padres Somascos.
El último sitio al que concurrió fue Nápoles, donde con su trabajo y amabilidad supo conquistar las almas de los napolitanos, quienes se volvieron devotos de toda su labor y creencia. Allí pasó sus últimos días, creyendo y defendiendo la misericordia de Dios, hasta que falleció a los 67 años por una enfermedad.
No fue hasta el 8 de octubre de 1629 que el papa Urbano VIII dio su beatificación, mientras que el 12 de abril de 1971 el Papa Clemente X lo declaró Santo en su canonización. En la actualidad son muchos los devotos que San Cayetano reúne no sólo en Italia sino en todo el mundo, donde a su vez se puede encontrar una basílica que lleve su nombre en cualquier rincón.
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Cada año, el día 7 de agosto se recuerda a esta figura mediante ceremonias religiosas
En Rosario, la Sociedad Damas de la Caridad donó el templo de San Cayetano al Arzobispado de Rosario el 25 de Octubre del año 1952, y el 7 de agosto de 2010, monseñor José Luis Mollaghan lo declaró Santuario Arquidiocesano, y el 5 de diciembre del mismo año Parroquia.