Matías Bottoni, el nadador rosarino de 17 años que sufrió un grave accidente en el campeonato nacional que se disputó en el Parque Olímpico de Buenos Aires, sigue recuperándose en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Ya en una sala de cuidados intermedios, sus días trascurren entre consultas y análisis médicos, la recuperación de la movilidad de sus brazos y limitadas visitas de sus afectos más cercanos. Pese a todo lo vivido, destaca su familia, el joven se mantiene de buen ánimo.
El adolescente llegó al hospital con un pronóstico desalentador, después de chocar con otro nadador cuando completaba los ejercicios precompetitivos para la última de las carreras de ese sábado en el torneo nacional. Su cabeza impactó contra la espalda de otro deportista que se cruzó de carril y tuvo una fractura en la quinta vértebra cervical que lesionó su médula.
En el Italiano, Bottoni superó una cirugía de más de cuatro horas y con la misma garra encaró su recuperación, que parece ser mejor a la esperada. El nadador ya está en una sala de cuidados intermedios, en una habitación individual cercana a la terapia intensiva, empezó un tratamiento de estimulación en sus brazos y sus manos y va recuperando la movilidad.
Matías come bien, tiene hambre y mira películas. "Está de buen ánimo", destaca en diálogo con La Capital su papá, Luciano Bottoni, quien junto a la mamá de Matías se instalaron en Buenos Aires para acompañar el tratamiento. Lo mismo hizo su novia, una nadadora del mismo club.
Según les anticiparon los médicos que lo atienden, Matías permanecerá todavía unos diez días en el hospital de la ciudad de Buenos Aires. Después tendrá por delante todo un proceso de rehabilitación. "Los médicos nos dijeron que hay una mínima chance de que recupere la movilidad de sus piernas y nos aferramos a eso", dice el papá del adolescente.
El segundo equipo médico: grullas, colectas y agua bendita
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Desde que se hizo público el accidente vivido por Matías, el mundo de los deportes acuático se solidarizó con el deportista. Incluso también por fuera de la disciplina, jugadores de futbol como Ángel Di María y Giovani Lo Celso grabaron videos con mensajes de solidaridad para el adolescente.
Sus amigos, sus compañeros y docentes del Colegio Dante Alighieri, los socios del club Echesortu y deportistas de otras instituciones de la ciudad tampoco se quedaron de brazos cruzados. Organizaron actividades a beneficio y, entre otras cosas, pusieron en marcha una campaña para confeccionar mil grullas de papel, una forma de augurar por su pronta recuperación.
Este fin de semana también llegó a manos de su familia otro preciado regalo: les acercaron una medalla, un bidón de agua bendita y un mensaje del padre Ignacio Peries para el adolescente.
"En estos casos uno trata de aferrarse a toda la esperanza posible", afirma el papá de Matías y destaca que gestos como el del sacerdote del barrio Rucci y de la infinidad de personas que los contactaron para darles su apoyo "son como un segundo equipo médico".
En las situaciones en que él ánimo de Matías flaquea, cuenta, "le muestro de a poquito todas esas comunicaciones, las notas que publican y, eso, lo ayuda y lo levanta muchísimo, realmente. Creo que sin todo eso que pasa allá afuera, se nos haría más difícil salir adelante".
Un accidente con pocos antecedentes
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Ni sus entrenadores, ni los médicos que lo tratan, ni referentes de la Federación de Natación recuerdan en esa disciplina accidentes similares a los vividos por Matías. El adolescente había la entrada en calor practicando "partidas", el momento en que los nadadores se lanzan al agua con su máximo impulso, que puede resultar decisivo en algunas carreras. Era el sábado 3 de mayo y la que tenía por delante era su última carrera antes de volver a Rosario.
Estaba en el andarivel cero, dispuesto específicamente para esos movimientos precompetitivos, y saltó justo en el mismo momento en que otro nadador se cruzó de carril para salir de la pileta. Una acción imprudente que muchos entrenadores consideraron como pasar un semáforo en rojo. "Es algo atípico lo que pasó, por la gravedad del accidente. En mis 35 años de profesión nunca vi algo así, es una tragedia. Por eso, la natación a nivel mundial está consternada", explicó uno de sus entrenadores en los días posteriores al accidente.
Matías fue retirado del agua por una guardavidas y recibió auxilio en el lugar de la competencia. En media hora estaba siendo evaluado por el equipo médico del Hospital Santojanni, un efector público de la ciudad de Buenos Aires. Allí tuvo su primer diagnóstico y la recomendación de cirugía, que para agilizar tiempos su familia decidió que se hiciera en el Hospital Italiano.
La Confederación como desde la Federación de Natación se pusieron en marcha para juntar el dinero y garantizar la operación del deportista. La colecta logró juntar el dinero necesario para la cirugía en 24 horas, frente a algunos inconvenientes que surgieron en un primer momento con la obra social.
Fueron horas muy difíciles. El domingo, a las cuatro de la tarde, una ambulancia trasladó a Matías al Hospital Italiano y este lunes por la mañana, a las ocho, el joven ingresó al quirófano. Tras cuatro horas de cirugía, el joven ingresó a la sala de terapia intensiva donde permaneció hasta los últimos días de la semana pasada, cuando su estado de salud permitió ingresarlo en el área de cuidados intermedios.
Apenas una de las muchas medallas que le esperan por delante.