Entonado por la última performance en las urnas, el peronismo santafesino promueve ahora una discusión política cargada de simbolismos en paralelo al debate de los temas a abordar en la Convención Constituyente del 14 de julio próximo.
Con diversas acciones cargadas de simbolismos, Más para Santa Fe busca confrontar con el oficialismo, a la par del debate reformista
Por Javier Felcaro
Foto: Archivo / La Capital.
Más para Santa Fe procura que el proceso reformista contemple medidas destinadas a potenciar la transparencia.
Entonado por la última performance en las urnas, el peronismo santafesino promueve ahora una discusión política cargada de simbolismos en paralelo al debate de los temas a abordar en la Convención Constituyente del 14 de julio próximo.
Por un lado, luego del cónclave del jueves pasado en la sede del PJ de Santa Fe, donde concluyeron convencionales electos y dirigentes partidarios, el intendente de Pérez, Pablo Corsalini, anunció que mientras dure la reforma constitucional tomará licencia al frente del municipio para dedicarse exclusivamente a su labor de convencional.
Corsalini es parte del espacio Más para Santa Fe, que lidera el concejal rosarino y convencional electo Juan Monteverde, y su decisión personal apunta a la coalición oficialista Unidos, que, además del gobernador Maximiliano Pullaro, tiene a tres ministros a punto de ejercer como constituyentes.
El peronismo no logró imponer su posición de postergar hasta principios de 2026 el inicio de la Convención y, una vez que Pullaro formalizó el 14 de julio como el día de la apertura del histórico proceso en la provincia, comenzó a fogonear una estrategia política alimentada de simbolismos, como también de la necesidad de hacer pública la discusión de contenidos para paliar, a su entender, la falta de debate que enmarcó la previa de la reforma.
En rigor, Unidos había picado en punta a fines de marzo al anunciar que todos sus convencionales electos renunciarán al cobro de una dieta.
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La réplica no se hizo esperar: sus pares electos de Más para Santa Fe con bancas legislativas oficializaron la decisión de despojarse de sus fueros, junto a otras medidas destinadas a potenciar la transparencia.
El objetivo es ir más allá de Ficha Limpia y su rango constitucional, iniciativa propiciada desde un principio por Unidos, a través de nuevos mecanismos de control ciudadano y popular.
El combo incluye la figura del referendo revocatorio para aquellos casos que no conforman un delito, pero sí redundan en faltas éticas, y la creación de una “Oficina Anticorrupción” a coordinar por la oposición y con autonomía del Ejecutivo santafesino.
Además, el espacio (que hasta el momento no avanzó en la conformación de un interbloque con Activemos, el sector del senador nacional Marcelo Lewandowski) podría alumbrar una propuesta destinada a impedir que aquellos convencionales que estén ejerciendo un cargo provincial puedan votar su propia reelección.
Pero también el senador por San Lorenzo y convencional departamental electo, Armando Traferri (PJ), presentó el jueves un pedido de informes sobre un acto oficial de la Casa Gris realizado en medio de la reciente veda electoral en la provincia.
En el texto, aprobado de inmediato por la mayoría oficialista de Unidos, el legislador aclara que no objeta una obra “estratégica para el desarrollo energético y productivo de la región” sino “la oportunidad, modalidad y contexto institucional en que dicho acto se habría realizado”, al tiempo que destaca que la movida fue difundida públicamente, incluso vía redes sociales del Ejecutivo.
Por Lucía Inés López