"No viene a traer nada, sino a llevarse. Es la sombra de Santa Claus". Con esas palabras nada esperanzadoras una abuela pone el preámbulo de lo que será "Krampus", la película que se estrena hoy, y que viene a tirar por la borda todas buenas intenciones.
La historia tiene como protagonista a Max, un chico desilusionado con su desunida familia y decide no celebrar la Navidad. Lo que no sabe es que su falta de espíritu navideño desatará la furia de Krampus, una antigua fuerza demoníaca que castiga a los escépticos, mientras los entrañables íconos de la fiesta adquieren vida propia y asedian la casa.
No se trata de la primera vez que el cine amenaza a la Navidad. Allí está Charles Dickens para dar su versión de los inadaptados navideños con "Un cuento de Navidad", que Robert Zemeckis filmó con el título de "Los fantasmas de Scrooge" y el protagónico de Jim Carrey. Carrey también encabezó el elenco de otra narración navideña para niños como "El Grinch", con dirección de Ron Howard, un monstruo verde y horrible, pero de buen corazón.
Muy lejos de "Navidad Blanca", de Michel Curtiz, o del clásico entre clásicos "Qué bello es vivir", de Frank Capra donde el espíritu de la Navidad solo trae cosas buenas, "Krampus" redobla la apuesta por los monstruos que llegan con la nieve, dota a su criatura de crueldad inusitada además de mostrarlo sobre dos patas con pezuñas, el cuerpo cubierto de pelo, garras y dos cuernos retorcidos.
La imagen de Krampus no es nueva. Inspirado en parte en cuentos populares y leyendas paganas de la era precristiana del norte de Europa, tradicionalmente no es cruel en sí mismo, sino que en ocasiones es presentado como el brazo ejecutor de Papá Noel cuando tiene que reprender a los niños que no hacen lo correcto.
Krampus se suma a la lista de otros seres más o menos truculentos e imaginarios que llegan a Europa con la nieve. De Alemania con Knecht Ruprecht, que arroja ceniza a los ojos de los niños que no recuerda sus oraciones, y Belsnickle, que exige canciones a cambio de golosinas al precio de golpear con su bastón a quienes no lo hacen, y en Italia está Befana, la bruja que castiga a los rebeldes con dulces podridos.
El director de "Krampus" tiene una marcada preferencia por el terror cuando dirige. Así lo demostró con "Terror en Halloween" (2007) y la segunda parte que tiene en marcha. Como guionista se destacó en "X-Men 2", "Superman regresa" y "X-Men. Apocalipsis", aun en rodaje.
"Los antiguos y oscuros orígenes de nuestras fiestas siempre me han fascinado", dijo Dougherty. "He estado dibujando retorcidas tarjetas de Navidad durante más de una década por lo que tenía sentido traer algo de mi mórbida diversión navideña a la pantalla grande, y Krampus era el personaje de la mitología perfecto para hacerlo. Por otra parte Navidad ha sido superada por Halloween durante demasiado tiempo, y es hora de devolverle el favor", bromeó.