San Carlos de Bariloche vive desde los primeros días de enero registros históricos de calor, con máximas que casi siempre sobrepasaron los 20 grados y alcanzaron picos de 34 grados, además de muy poca humedad, según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
El SMN registró una prevalencia de calor este verano en la región, que está marcadamente por encima de las temperaturas máximas y mínimas para esta época, que en contraste con lo ocurrido en diciembre, cuando hubo jornadas frías, ventosas y con fuertes tormentas, se mantiene con mucho calor.
El meteorólogo Enzo Campetella, director del portal especializado www.tiempopatagonico.com.ar, explicó que "tenemos una persistencia que hace muchos años no se daba, y desde los primeros días de enero el calor casi no cedió. El clima está caluroso y extremadamente seco".
Anteayer la máxima fue de 33,8 grados, y ayer a las 16 ya había trepado hasta esa marca, acercándose a la máxima histórica de 35,5 grados de febrero de 2005.
Campetella estimó que en los próximos días continuará el calor, aunque con algún descenso en los extremos: "Se mantendrá entre los 25 y los 30 grados, y recién el 14 se producirá un descenso de la temperatura", sostuvo.
"Esto se relaciona con la circulación de los sistemas. Ahora hay neutralidad de los fenómenos del Niño y la Niña y es una incógnita el futuro inmediato. En diciembre hubo muchos sistemas frontales, con frío y lluvia, pero ahora domina la alta presión, por lo que hay poca nubosidad y aire cálido", señaló.
El SMN publicó en enero un informe sobre la persistencia de altas temperaturas en la región, por encima de los registros históricos, en 3 grados en las máximas y 2 grados en las mínimas.
"La Patagonia ha sido afectada por la persistencia de valores de temperatura extremadamente altos, aunque no se la denomina ola de calor", precisó y presentó algunos valores significativos.
Entre ellos, señaló que Bariloche y El Bolsón estuvieron entre los lugares del país con mayor persistencia de altas temperaturas, con 11 y 13 días, y máximas de 34,1 grados y 34,9 grados, respectivamente.
Para la marcha de la temporada turística, la mejor en los últimos diez años, estas condiciones son ideales, aunque resultan preocupantes por el alto nivel del índice de riesgo de incendios forestales, la baja de los niveles de los ríos con represas hidroeléctricas, y el considerable aumento de consumo energético.