El presidente Javier Milei retomó la idea que reveló el ministro de Economía, Luis Caputo acerca de que se usen los dólares no declarados sin consultas por su origen. Un blanqueo blue. Si Toto había entornado la puerta para el lavado de dinero con fondos del narcotráfico, un drama que pega en Santa Fe, el presidente la dejó casi abierta.
La mesura que debería ser uno de los ejes rectores de un mandatario cuando se refiere a temas aún no definidos y, sobre todo, delicados, no existe en Milei. En una entrevista televisiva admitió que no se va a preguntar de dónde salió el dinero que se use para comprar objetos, propiedades, lo que sea para mover la economía, y hasta calificó la medida como un "blanqueo sin pago de impuestos".
Incluso fue un poco más allá y afirmó que los controles antilavado que realizan bancos mediante reportes de operaciones sospechosas (ROS) a la UIF son un "horror". Esto alimenta la posibilidad de que estructuras criminales, por medio de intermediarios, coloquen su dinero sucio y lo gasten sin rendir cuentas.
Blanqueo blue
Básicamente lo definió de esa forma el presidente. "Las cuestiones de economía se arreglan en la economía. Las cuestiones de otro tipo se arreglan en el plano jurídico y legal". Ante la consulta del periodista sobre qué sucedería si un ladrón de bancos quisiera usar medio millón de dólares robados, dijo: "El robo es problema de la Justicia”.
Ahora bien, qué se sabe realmente de las medidas. Los llamados "dólares del colchón" van mucho más allá de los billetes en escondites de la casa, sino que abarca cajas de seguridad y dinero grande que circula entre sociedades y cuentas offshore. "Es como si fuera un blanqueo, pero sin pago de impuestos, obvio”, insistió Milei.
Pero las dudas persisten incluso en el gobierno de Santa Fe. La semana que viene habría algún tipo de anuncio del gobierno nacional. Hasta tanto, todo son elucubraciones y valoraciones de una medida de competencia nacional.
En primero lugar porque se trata de un tema de facultades del Banco Central, ARCA, y la Unidad de Información Financiera (UIF), es decir, no son cuestiones donde tenga injerencia la Administración Tributaria Provincial (API). Sin embargo, saben que puede traer un problema si no se sigue de cerca.
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La medida desregulatoria podría aplicarse a dólares bancarizados. Esto equipararía a los pesos bancarizados que no rinden cuentas de origen cuando se hace una operación x. Es decir, aquello que ya está en el banco sin origen claro, podrían ser usados como por un tubo.
¿Y los billetes?
Lo que no está claro es si la liberación aplica a pagos en efectivo, pero por lo visto y dicho por el presidente se abriría esa puerta. “Si la liberación de controles es con el billete en efectivo ya estamos en otro escenario”, razonan en la Casa Gris.
Eso facilitaría transacciones sin trazabilidad, lavado y otras maniobras, y podría abrir una ventana enorme para que se metan aquellos que lavan dinero provenientes de actividades ilícitas que abundan en Rosario.
Luego se refirió a la eventual implicancia en los intereses de bandas criminales: "Dicen 'No, bueno, el dinero del narcotráfico'. El narcotráfico usted lo combate con el Ministerio de Seguridad, con el Ministerio de Defensa, no con la economía. Digo, trabaje sobre el narcotráfico (…). No tiene sentido generar una distorsión económica para combatir un delito. Es una locura".
Quienes vuelquen sus dólares negros "van a poder usarlos sin dejar los dedos marcados", dice sin vueltas el presidente. Además hay otro concepto bastante sugerente. Si hace muy poco se realizó un blanqueo exitoso, ¿por qué se adheriría a uno nuevo quien no lo hizo hace poco tiempo y con todas las garantías y facilidades que dispuso el gobierno? Bueno, porque esta vez no existiría ni el más básico estándar de revisión del origen de fondos.
Hace un mes Alejandro Fantino charló sobre el tema con Milei en Neura. Le preguntó de dónde sacaría los dólares para este esquema. “De dónde se les dé la gana. Necesitás hacer una transacción, no tenés pesos, sacás los dólares y lo pagás en dólares”, respondió.
Cuando el conductor lo alertó sobre una posible sanción de ARCA (exAfip) y GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional) contestó: “A mí me importa un rábano. Algunas cosas que los políticos definen como delito para mí no son delito. (...) Que 50 mil dólares pueda usarlo sin problemas te parece bien. Si quieren que usen 50 palos verdes, me importa un rábano. (...) Me importa un rábano. Habrá que hacer un blanqueo más flexible para que puedan blanquear”.
La mesa se empieza a servir y deja interrogantes para el futuro y una certeza: el drama narco no parece dimensionarse del todo más allá del existente Plan Bandera. Si prospera este blanqueo blue, ¿podría convertirse el país y la región en una vidriera para lavadores? ¿No es contradictorio avanzar a través de operativos de Seguridad sobre el narcotráfico, como propone como única salida Milei, pero a la vez habilitarle la capacidad de usar sus beneficios económicos? ¿No sería correr detrás de la zanahoria?