El fuerte ajuste que está llevando adelante el gobierno de Javier Milei recayó en enero fundamentalmente sobre los jubilados y pensionados. Sobre los 2,01 billones de pesos de superávit primario que el Ministerio de Economía anunció que se logró el mes pasado, el 44,5% se explica por la poda a los gastos al sector pasivo.
El informe semanal elaborado por la consultora Porfolio Personal Inversiones (PPI), detalló que el viernes último el Ministerio de Economía dio a conocer el resultado fiscal de enero, el cual mostró un superávit primario récord de $2,01 billones y uno financiero de $0,52 billones, tras el pago de intereses por $1,49 billones.
Desde la cartera que conduce Luis Caputo explicaron que es la primera vez desde enero 2011 que se obtiene un superávit financiero, aunque la metodología es comparable desde 2015.
“Si bien un superávit primario era esperado, dado que el primer bimestre del año suele ser superavitario ya que la estacionalidad del gasto juega a favor, la magnitud del ajuste fue imprevista”, apuntó el informe de PPI y también agregó que “el buen resultado de enero ratifica que se está siguiendo el rumbo económico en pos de alcanzar el equilibrio financiero en 2024”.
Sin embargo, a la hora de desentrañar cómo el gobierno llegó a estos números, desde PPI explicaron que “se explica prácticamente en su totalidad por un fuerte ajuste del gasto, más que por un aumento en los ingresos”.
El informe detalló que los ingresos totales treparon apenas 0,7% real anual, contribuyendo con sólo $0,43 billones adicional en términos reales respecto a enero 2023. En cambio, el gasto primario se desplomó 39,4%, lo que representó una contracción de $2,69 billones en pesos constantes en la comparativa anual.
Los que pagaron el ajuste
Mirando en detalle las erogaciones, el informe detalló que los gastos primarios corrientes se hundieron 35,3% real anual o $2,22 billones.
Este resultado se explica principalmente por una caída de 29,7% o $1,13 billones en prestaciones sociales, explicado en casi 80% por la merma en jubilaciones y pensiones (-38,1% o -$0,89 billones), debido a que la fórmula de ajuste de las prestaciones no acompañaron la inflación.
De este modo, sobre si se tiene en cuenta que el resultado primario fue superavitario en 2,01 billones de pesos, el 44,5% está explicado por la fuerte poda al sector previsional.
Por otra parte, desde PPI explicaron que también el resultado superavitario se debe a una contracción de 64% o $0,45 billones en los subsidios económicos, justificado prácticamente en su totalidad por el recorte de los subsidios energéticos (-77,2% o -$0,37 billones) por la postergación de transferencias a Cammesa.
En tercer lugar, se explica por un ajuste de 28,3% o $0,34 billones en los gastos de funcionamiento, basado mayormente en una licuación de los salarios del sector público (-27,2% o -$0,26 billones); y, finalmente por una baja de 72% o $0,16 billones de las transferencias corrientes a provincias.
Por otra parte, el informe detalló que los gastos de capital, es decir la obra pública, se desplomaron 86% real o $0,47 billones, “llevándose las transferencias de capital a provincias casi a cero”.
“Al observar las variaciones nominales, detectamos que los únicos dos conceptos que tuvieron un recorte fueron las transferencias a provincias (-0,9% nominal anual) y los gastos de capital (-50,3%), por lo tanto, la licuación hizo gran parte del ajuste”, indicaron desde PPI.
Y ante esto se preguntaron qué tan sostenible es el ajuste fiscal de enero, dado que se sustentó principalmente en una licuación del gasto público más que en un recorte nominal de las partidas.
Ante eso, consideraron que “el fuerte ajuste en prestaciones sociales (jubilaciones y planes) luce reversible no sólo por el alto costo político, sino también por el rezago de la fórmula de indexación”.
En tanto, “tener la fórmula lag (demora) de un trimestre, estas erogaciones van a representar una carga abultada y una traba para ordenar las cuentas públicas una vez que la inflación baje, ya que comenzarán a ajustar por la inflación pasada”, explicaron desde PPI.
Además, dijeron que “tampoco luce sostenible la postergación indefinida de las transferencias a Cammesa, aunque destacamos que el nuevo esquema tarifario propuesto ayudará a reducir efectivamente los subsidios energéticos”.
Más allá de esto, consideraron que “el dato de enero es una noticia positiva ya que denota el compromiso del equipo económico con alcanzar la meta propuesta de equilibrio financiero en 2024”.