“El verdadero arte siempre es experimentación”, dice uno de los protagonistas de “Simulacro”, y la frase queda flotando en el aire.
Por Pedro Squillaci
“El verdadero arte siempre es experimentación”, dice uno de los protagonistas de “Simulacro”, y la frase queda flotando en el aire.
Es que en base a un juego sutil entre ficción y realidad, esa fue una de las claves de “Simulacro”, la primera película filmada en vivo en la Argentina en un hecho con pocos antecedentes incluso en la historia del cine y que ocurrió anoche desde una sala céntrica de Rosario.
A lo largo de una hora y media, los protagonistas del filme dirigido por Gustavo Postiglione dieron una clase de actuación en una historia que habla de amor y desamor, de pérdidas, del sentido de la vida, de los fantasmas que anidan en la mente, de la crisis existencial y de cómo ser un cineasta creativo sin ser abducido por la industria del entretenimiento.
Y como si fuera poco, también el texto atraviesa la incertidumbre de la pandemia, una crítica al periodismo de baja monta y alta influencia, y la obra de algunas celebridades del rock argentino, como Charly García y Gustavo Cerati, y de cineastas como Wim Wenders, principalmente.
En ese ida y vuelta, Gustavo Guirado como Miguel, el director alter ego de Postiglione; Lara Todeschini como Karen, la actriz que desafía todos los infiernos personales y Claudia Schujman como Julia, la voz de la conciencia que es también una suerte de fantasma de carne y hueso, van desandando un camino de reflexiones, virtudes y miserias tan propias como ajenas.
Postiglione desafía la formalidad de los relatos. Más allá de que su trabajo pueda gustar a algunos más que otros -como ocurre en todas las expresiones artísticas- eso no es lo que le mueve el amperímetro al director rosarino. Lo distinto de Postiglione no es sólo lo que muestra sino cómo lo hace.
Porque “Simulacro” fue realizada en plano secuencia anoche, a las 21, en la sala central del Complejo Cultural Atlas, donde se actuó al mismo tiempo que se filmó, se musicalizó en vivo (gracias a la maestría de un pianista enorme como Iván Tarabelli) y se emitió, tanto por streaming vía la plataforma gratuita de Octubre TV -donde ya está colgada la película para quienes deseen verla- como al aire libre, en una pantalla gigante ubicada en la calle Mitre, frente al Atlas, para que 50 personas cómodamente sentadas la pudieran disfrutar y también quienes pasaban caminando se detuvieran a pispear a ver qué onda y se quedaron hasta que terminó.
Filmada en blanco y negro, la historia le hace un guiño permanente a “París, Texas”, aquella película de Wenders en la que un melancólico Travis (Harry Dean Stanton) buscaba comunicarse en el desértico paraje texano con Jane (Nastassja Kinski), su amor perdido, que ahora trabaja en un peep show, un espacio íntimo separado por un vidrio, en el que ella ofrece un servicio erótico pero nunca ve quién se lo pide.
Ese encuentro confesional y ese juego de espejos fue el disparador para “Simulacro”, pero Postiglione fue más allá. Porque fiel a su estilo de cruzar géneros atravesó el espionaje de una de James Bond con un crimen sin resolver y se ancló en “Crimen”, de Cerati en un puente tan atípico como efectivo. Y siempre, pero siempre, el amor como nave insignia, el amor en tiempos de soledad. “Hablamos de amor y estamos todos solos”, dirá Karen. Y nada sonará tan absolutamente cierto.
¿Qué reflexión hizo Postiglione después de finalizar la película? “Creo que la reflexión que puedo hacer es que correr riesgos vale la pena, es como aprovechar la vida y vivirla de la manera más intensa que se puede, porque las chances de arriesgarte no se dan todos los días ni en todo momento, y me parece que cuando tomás esas decisiones hay que llevarlas hasta las últimas consecuencias”, le dijo ayer a La Capital.
“Cuando Gustavo (Guirado) dice «el arte siempre es experimentación», es una frase que puede sonar incómoda y hasta pedante, y que deja afuera a un montón de cosas y personas, pero el personaje de Julia (Schujman) le responde «¿y quién está hablando de arte?». Y bueno, de eso se trata, cada uno juega el juego que mejor cree que debe hacer, sea arte o lo que fuera. Hoy ya no hace falta ponerle rótulos, lo importante es que jugar en los límites y buscando confrontar con lo que nos quieren imponer también es pelear por una identidad propia, más allá de los resultados, y si los resultados son buenos, doble ganancia”, concluyó el director de películas como “El asadito”, “El cumple”, “La peli” y “Brisas heladas”, que junto a otros filmes y documentales integrarán una retrospectiva de la obra del realizador, que emitirá Octubre TV desde el 7 de febrero en su plataforma.
“Tampoco se puede vivir la vida como si fuera un simulacro” dirá un personaje del filme. Puede ser Miguel, Karen o Julia, y quizá sea también Postiglione o cualquier espectador o espectadora. “Simulacro” interpela, se filmó en vivo y es noticia. Pero hay algo mucho más importante que filmar en vivo: la película está viva.