En la madrugada del sábado los tiros volvieron a retumbar en Ayacucho al 6200; casi en la esquina con el Pasaje Arrieta, allí vivía Ana Beatriz Monzón, de 48 años, una mujer conocida en la zona. Según testigos al menos dos hombres se pararon frente a su casa del pasaje y dispararon. Una versión de un testigo indica que uno de los hombres habría ingresado, lo cierto es que la policía recogió nueve vainas servidas y 4 cápsulas de plomo. Los hombres corrieron en dirección a Ayacucho y los familiares llevaron a Ana hasta el hospital Roque Sáenz Peña, lugar en que falleció pasadas las 4 de la homicidio es el número 50 en lo que va del año.
De acuerdo a las primeras informaciones, el ataque se produjo minutos antes de las 3, cuando sujetos balearon esa vivienda de Pasaje Arrieta (Ayacucho al 6200). Las balas alcanzaron de lleno el cuerpo e Ana. Una llamado al 911 policial alertó de detonaciones contra el domicilio, al llegar la patrullas sólo encontraron a un grupo de vecinos conmocionados, aunque este tipo de ataques sea frecuente en la zona.
Fuentes policiales señalaron que la mujer ingresó al hospital con once orificios de arma de fuego en el abdomen, la pelvis y en las piernas. Tras ser atendida por los médicos del lugar se confirmó su muerte cerca de las 4.30 de este sábado. Según testigos del hecho, los atacantes serían dos hombres que llegaron a pie y que tras la balacera huyeron a la carrera por los pasillos del barrio y en dirección a Ayacucho.
El caso quedo en manos del fiscal Lisandro Artacho, de la Unidad de Homicidios Dolosos, quien ordenó la comisión de gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones (PDI) para el relevamiento de la zona del hecho, pericias fotográficas, levantamiento de rastros, croquis y toma de testimonios a vecinos de la zona.
Una de las puntas de la investigación que comenzó es saber si la causa de la muerte podría encontrarse en el narcomenudeo barrial. Así se investiga si la mujer tenía vinculación con la venta de estupefacientes en la zona donde fue asesinada ya que habría estado mencionada en denuncias al respecto. Además, según trascendió, tenía antecedentes penales por otros delitos.
Algunos vecinos señalaron el asesinato de Ana como una consecuencia de una pelea entre bandas, lo que recuerda las batallas entre los clanes de Renee "Brujo" Ungaro y la familia Funes, que fue antecedido por los asesinatos que dejó en la zona sur el otro clásico de la violenta, la guerra entre los Caminos y los Funes.
En su momento las bandas se disputaron palmo a palmo la zona sur para comercializar estupefacientes. Esos enfrentamientos arrojaron decenas de muertos y ríos tinta en los distintos expedientes.∏