Los hostels rosarinos siguen dando la lucha. Llegaron a ser 45, hoy quedan 15 pero resisten. En su mejor momento, allá por 2010, se llenaban de turistas extranjeros. La muerte de la noche, la inseguridad, Airbnb y la pandemia los golpearon. Hoy ven una mejora, de la mano de un descenso del delito y la tracción de los eventos masivos, y pelean por reconquistar al turismo joven.
"Se nota una mejoría en lo que se había perdido, el turismo de ocio. El que venía a pasear a Rosario sin ninguna obligación, solo a conocer. Lentamente está volviendo y tienen otra perspectiva. Cuando consultaban por la ciudad tenían miedo, y eso está cambiando. También están llegando algunos extranjeros, que hace unos años no venían más. No son masivos, son pocos pero constantes. Eso nos sorprendió gratamente", comentó Leo Gabenara, titular de la Cámara Rosarina de Hostels.
Apogeo
En su momento Rosario llegó a ser una de las ciudades con más hostels del país respecto de la cantidad de la población. En 2004 arrancó la movida con 4 o 5 hostels y llegó a haber 45 en 2010, lo que representaba unas 1.800 camas. Se creó una movida, donde los mochileros europeos, australianos, israelíes y estadounidense que tenían una ruta por toda Latinoamérica y Argentina, habían agregado a la ciudad en sus recorridos y la entrada de contingentes era constante.
En 2010, cuando fue el summun de la actividad, no hubo temporada baja: todo el año estuvieron a tope. No solo con la movida mochilera de extranjeros, sino con los grupos de eventos académicos, deportivos y recreativos. "Logramos captar toda la franja de público joven, de 18 a 30 años. Despedidas de soltero, gente de Buenos Aires, el Conurbano y La Plata, todos los fines de semana", recuerda Omar Ortiguela, que hace 19 años que está al frente de CoolRaul, y es presidente de la Asociación Federal de Hostels de Argentina.
Los fines de semana largo se supieron hacer unas 50 fiestas interhosteles en boliches, donde los visitantes se juntaban con los rosarinos y se daba un intercambio cultural. En el 2011 se armó la Cámara de Hostels de Rosario, pioneros a nivel nacional junto a Buenos Aires y Córdoba. Hoy sigue activa.
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Caída
El gran quiebre fue cuando aumentó la violencia urbana en 2014-2015. "Con el tiempo llegó Airbnb y los departamentos temporales, que muchos no están habilitados, mientras nosotros sí tenemos todo en regla. Esa competencia, que antes no existía, provocó el cierre de algunos hostels", agregó.
A esto se sumó la decadencia nocturna: no hubo una política fuerte del Estado local para que siguieran los boliches y bares con shows en vivo y movidas nocturnas, y un montón empezaron a caerse. El centro quedó desértico. "El cierre de bares y boliches nos afectó un montón. Por estas dos cosas, los extranjeros que venían a Rosario nos sacaron de la ruta mochilera", apuntó.
Los hostels intentaron inventar un circuito aparte de la nocturnidad: la isla, los kartings, eventos en los parques, el Planetario, los museos. "Los israelíes llenaban 6 hostels. Venían porque el paracaidismo era el más barato de Argentina, y porque tenía la noche número 1 junto con Buenos Aires. Después todo cambió. Ese circuito, cuando se fue, no se recuperó más de esa manera", subrayó Ortiguela.
Cuando llegó la pandemia, que pegó tan fuerte en la economía, la nocturnidad tuvo su golpe de gracia. El turismo también se hundió. Y el sector entró en crisis.
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Resurrección joven
Pero hubo un repunte en los últimos meses. Según Gabenara, el rubro está en varios aspectos muchísimo mejor que año pasado, aunque todavía falta mucho. "En Rosario hay muchos eventos de deporte masivos, como maratones, muchos espectáculos musicales y congresos. Eso está traccionando la demanda. De acá a fin de año tenemos muy buenas perspectivas por todas esas fechas. Rosario es muy convocante en eso, se ha hecho un trabajo muy interesante desde lo público y lo privado", comentó.
Por eso, los fines de semana están teniendo ocupación casi plena, siempre con grupos y delegaciones que es el fuerte de los hostels. Y de a poco se está retomando el turismo de ocio, en donde Buenos Aires estaba muy marcado y hoy es más federal: "Es un sector va a llevar un tiempo largo, porque influyen otros factores como el económico. Ese es el mercado más vulnerable en ese sentido. A eso se suman los extranjeros, fundamentalmente europeos de Francia, Alemania e Inglaterra", detalló el presidente de la cámara local.
"Mejoraron ciertos aspectos de la noche, cierta flexibilización con el cambio de la ordenanza de nocturnidad. Quedamos 15 hostels. Hay 30 que no existen más. Pero se trabaja bastante bien, con temporadas bajas como cualquier rubro. La alta es la primavera, porque vienen muchos grupos de congresos académicos y encuentros deportivos. La política deportiva siempre fue buena, bien coordinada con los clubes, asociaciones, municipio y provincia", completó Ortiguela.
El fin de semana largo por el feriado del 20 de junio ya anda por un 90% de reservas, con actividades como la jura de estudiantes en el Monumento, actividades de atletismo, vóley y un poco de turismo recreativo. "Rosario es una ciudad hermosa, que fue top 5 de turismo hostelero, y se perdió por varios factores. Ahora hay que recuperarlo. Siempre estamos abiertos a batallar por la cultura y el turismo joven de la ciudad. El turismo mejora la calidad de vida de la gente, del rosarino, del emprendedor y del turista mismo", cerró.