Un trágico episodio tuvo lugar en Westbury, Nueva York. Un hombre de 61 años fue arrastrado por una máquina de resonancia magnética, luego de ingresar sin permiso a la sala donde su esposa se estaba realizando un estudio y sin quitarse la pesada cadena metálica que llevaba en su cuello. Por el accesorio que lucía, el artefacto médico funcionó como un potente imán.
Todo sucedió en el centro médico de Nassau Open MRI el miércoles pasado, aunque la noticia demoró en trascender. Según reportes, el hombre ingresó a la sala de resonancia para asistir a su pareja, quien le pidió que la ayudara a levantarse. En el apuro, el hombre no se quitó la cadena que tenía alrededor del cuello, y su cuerpo fue atraído por la máquina. Falleció un día después.
Según el Departamento de Policía del condado de Nassau, Long Island, el hombre de 61 años llevaba una “gran cadena metálica” alrededor del cuello cuando entró en la sala del Nassau Open MRI hacia las 4:34 p. m. No tenía autorización para entrar en la sala, aseguraron las autoridades.
Cabe destacar que las máquinas de resonancia magnética utilizan imanes y corrientes de radiofrecuencia para producir imágenes anatómicas detalladas. Según el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería de Estados Unidos, la fuerza magnética de una máquina de resonancia magnética es lo bastante potente como para arrastrar una silla de ruedas a través de una habitación.
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Por este motivo, hay un fuerte protocolo de seguridad en lo vinculado al uso de esta máquinas. Y se aconseja a los pacientes que se quiten la joyería y los piercings antes de entrar en una máquina de resonancia magnética, y las personas con algunos implantes médicos, en particular los que contienen hierro, no deben someterse a resonancias magnéticas, detallaron desde el instituto.
El caso del hombre que fue succionado por una máquina de resonancia magnética
Los protagonistas de esta tragedia son Adrienne Jones-McAllister y Keith McAllister, matrimonio que el miércoles 16 de julio acudió al centro médico Nassau Open MRI para que Adrienne se realizara una resonancia magnética.
En conversación con el medio local News 12 Long Island, Adrienne Jones-McAllister relató el insólito episodio que terminó con la vida de su marido. La mujer contó que le pidió a su pareja que la asista para salir de la máquina: “Grité el nombre de Keith, Keith, Keith, ven a ayudarme a levantarme", comenzó Adrienne.
Frente al pedido de su esposa, el hombre entró en la sala sin quitarse la cadena en el cuello. La máquina, que se encontraba todavía encendida, atrajo violentamente el objeto metálico, arrastrando al hombre hacia el equipo. “En ese instante, la máquina lo atrajo y lo golpeó”, describió Jones-McAllister en conversación con el medio local.
De acorde a lo relatado por la esposa del fallecido, tanto ella como el técnico de resonancia intentaron apartar a Keith McAllister de la máquina. “Le digo (al técnico): ‘¿Podrías apagar la máquina? Llame al 911. Haz algo. ¡Apaga esta maldita cosa!’”, recordó la mujer, sobre esos minutos críticos.
La fuerza del campo magnético de la máquina hizo que la cadena actuara como un proyectil, lo que derivó en un “episodio médico” que requirió el traslado urgente de McAllister al hospital, donde falleció al día siguiente.